
Brasil: Renuncia segundo Ministro de Salud.
Pandemia descontrolada. Militarización (II°Parte)
Es así como la Organización Mundial de la Salud (OMS) sigue de cerca la situación en Brasil: el país más golpeado por el coronavirus en América latina y el Caribe.
Y la situación no tiene visos de mejorar porque el presidente Bolsonaro desafía los gobernadores que imponen medidas de aislamiento físico y de restricción de actividades; contrarrestando y boicoteando el combate contra la peor crisis sanitaria mundial desde la gripe española de 1918.
Es así como el Gobernador de Sao Paulo, Joao Doria afirmó incluso, en abril a AP, que están “luchando contra el coronavirus y el Bolsonavirus”. También, en una rara posición editorial, la prestigiosa revista médica The Lancet afirmó que “la principal amenaza para una respuesta de Brasil al covid-19 es, el presidente Jair Bolsonaro.”
Se amplía la Intervención Militar
La crisis profundiza el descalabro de la coalición que llevó al poder a Bolsonaro.
El nuevo ministro interino salud es el general Eduardo Pazuello, jefe del Operativo Acogida para recibir a inmigrantes venezolanos en la frontera. Su hoja de ruta no menciona ninguna experiencia en el área de la salud. Todo indica que la seguidilla de cambios de ministros impactará negativamente en la respuesta brasileña ante la crisis.
Por un lado, un analista opina que con la renuncia de Teich, “el gobierno ultraderechista de Jair Bolsonaro se acabó”. Circulan rumores de remoción del presidente, como con Dilma Roussef, pero las negociaciones entre partidos, bloques de los 513 diputados de la Cámara de Diputados, son complejas en tiempos del coronavirus.
Por otro, el ex presidente Ignacio Lula da Silva, en entrevista con AFP, teme un genocidio por la política de Bolsonaro ante el coronavirus ya que, en lugar de reunirse con gobernadores, “transforma a quienes están preocupados por el coronavirus en enemigos”.
Por su parte, el vicepresidente y ex general nostálgico de la dictadura, Hamilton Mourao, habla de ampliar la intervención militar en el gobierno y se ofrece para sustituir a Bolsonaro. Ya nueve de los 23 ministros de Bolsonaro eran militares, también hay militares en puestos estratégicos de la administración pública. Los militares, activos o en retiro, consolidan su intervención política, aprovechando el vacío creado por la pésima gestión de Bolsonaro.
Emir Sader argumenta precisamente en que los militares están llenando el vacío de poder creado por Bolsonaro. Aunque, ante la debilidad de los partidos tradicionales, el estilo de Bolsonaro le haya permitido erigirse como única alternativa de la derecha contra el Partido de los Trabajadores, no es un buen presidente. Ello crea un vacío político que las FF.AA. brasileñas buscan llenar. Ya “… lo hicieron en 1964 y se proponen hacerlo de nuevo”.
Perspectivas inciertas.
El impeachment de Jair Bolsonaro aparece difícil. Por lo pronto, el ex presidente Lula, teme que ya hay menos civiles que militares en el Palacio de Planalto y, “…no siempre los militares saben lidiar con la democracia. Los militares hoy tienen más influencia en el gobierno que durante el régimen militar”. Pese a que la pandemia del coronavirus cree un contexto diferente del que prevalecía en los años sesenta, la situación actual recuerda lo ocurrido con el débil gobierno de Joao Goulart en 1964.
Es así como que luego de la ofensiva derechista contra el progresismo del PT con el golpe de Estado institucional contra Dilma Roussef, que llevó al giro neoliberal del corto reino de Michel Temer y el encarcelamiento de Lula; la creciente militarización del gobierno Bolsonaro, se erige como un nuevo obstáculo; no solo para enfrentar la grave crisis sanitaria creada por la pandemia, sino que en permitir el funcionamiento democrático en Brasil.
En una coyuntura donde la política vuelve a su esencia – la de asegurar el buen funcionamiento de la polis, la gestión de la pandemia del Covid-19, por gobiernos como el brasileño, revela las falencias de las nuevas alternativas populistas de la derecha en América latina.
Advierte también, sobre las derivas militaristas cuando fracasan estas derechas; en contexto de agotamiento de propuestas de los progresismos como el del PT en Brasil.
La crisis del Covid-19 en Brasil, desvela la debilidad histórica del rol redistributivo que debieran tener los estados latinoamericanos, más aún, en una región considerada como la de la clase media del planeta.
En realidad, de acuerdo a un reciente informe de la CEPAL; América latina esta marcada por profundas desigualdades sociales y económicas. Además, los índices macroeconómicos ocultan un importante sector económico informal que no es considerado en las políticas públicas.
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