
Deberes de los contribuyentes y bienestar social del adulto mayor
En febrero de este año, un hecho mediático ocurrido en la ciudad de Puerto Montt, motivo un debate a nivel nacional, como este trascendió a lo largo y ancho del país y, por redes sociales se comenzó a dar a conocer situaciones similares, acaecidas en otras ciudades, es menester detenerse y analizar las consecuencias de algo intrascendente para algunos, pero no menos importante, para la economía de nuestro país. El hecho en sí tiene varias aristas importantes por analizar. Sin embargo, por razones de espacio y tiempo, nos ocuparemos en dos cuestiones fundamentales: la no emisión del Documento Tributario Electrónico (boleta de venta) y, la elusión y evasión de impuestos, que este hecho conlleva. El tema no se ha vuelto a exponer, pero es significativo detenerse y analizar sus derivaciones pues, este simple acto denota una falta de conocimiento de las normas de carácter tributario que, normalmente afecta a la población. Este tipo de situaciones es de cotidiana ocurrencia y tal vez esa sea la razón por la que se asume como algo absolutamente normal.
Un sistema tributario reconoce tres elementos fundamentales: El estado como sujeto activo que desde su fundación tiene la potestad de exigir el pago de tributos, el sujeto pasivo, o sea los contribuyentes que estamos obligados a pagar los impuestos y, la obligación tributaria, que corresponde al compromiso del sujeto pasivo de entregar una cantidad de dinero (tributo) exigida por el sujeto activo (estado).
Recientemente el estado chileno ha dado inicio al cumplimiento de un anhelado sueño de la población mayor, correspondiente al mejoramiento de sus pensiones, y del cual todos o por lo menos una gran mayoría dice estar de acuerdo. Esto requiere del estado el desembolso de grandes cantidades de dinero de manera permanente, que previamente debe recolectar, también de forma permanente. La principal fuente de recolección de fondos por parte del estado es a través de los tributos por eso, cada uno de nosotros, que formamos parte de este estado, tenemos el deber de pagar nuestros impuestos, cumplir con el mandato de la ley de exigir la boleta, cuando realizamos una acción de compra, que a su vez el comerciante tiene la obligación de emitirla. No ejercer estos derechos y obligaciones implica violación de la ley y configuran un delito de carácter tributario.
Como consumidores con una actitud pasiva NO debemos normalizar este tipo de hechos. No son anécdotas que nos divierten. Tenemos que actuar con firmeza y demostrar que efectivamente nos preocupa el bienestar del adulto mayor, el impuesto que pagamos en cada compra realizada, aunque sea de un monto mínimo, contribuye a que este beneficio para nuestros pensionados se concrete y mantenga en el tiempo.
El equivalente al 19% de lo que usted paga por cualquier operación de compra es impuesto que va a la caja fiscal y contribuye a esta finalidad. Como habitantes del nuestro querido país, debemos apelar a nuestra personal solidaridad, que decimos tener. Por eso, lo acontecido en Puerto Montt, no debe seguir ocurriendo. Piense en su familiar adulto mayor, pensionado. Cuando usted exige la boleta, le está garantizando esta pensión universal y una mejor calidad de vida
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