El camino de la socialización y educación transformadora. En un ambiente Tecno.
La nueva educación es urgente en el corto, mediano y largo plazo. La creciente y desmedida irrupción tecnológica en general y en particular la IA, es un acicate de velocidad incontenible que en la variedad inconmensurable de la vida actual no tiene atajo visible. Los niños, los pubertos y los jóvenes masivamente tienen acceso a ella.
Ellos, en sus distintas etapas de su crecimiento logran sutilmente un manejo exponencial mayor que los adultos y en una realidad en la cual, la población envejece cada vez más. Por cierto, hay excepciones cuyo impacto no se ve y su ámbito es altamente concentrador, especializado y distante de la gran mayoría de la población.
En este marco (socio-tecnológico), los estudiantes, en los distintos niveles, tienen un manejo y destrezas superiores a la mayor parte del profesorado, lo que es una realidad preclara. En la materia, hace unas pocas semanas atrás, así me lo comentó un amigo director de un colegio público destacado.
Por su parte, los padres de las nuevas generaciones y con acceso no menor a las nuevas tecnologías digitales, entre otras de sus especialidades, individual y fundamentalmente como pareja, carecen del tiempo paternal y familiar apropiado en un contexto ocupacional altamente exigente y muchas veces poco significativo y burocrático, condicionado por normativas y exigencias vacuas que anulan parte importante de su cotidianeidad; y en efecto, con ritmos de vida continuos estresantes y habituales nudos de desazón personal. Situación que dificulta la sana paternidad y su derivada es la opción formativa vía el consumo material o comunicacional. Una argucia subconsciente es el regalo material periódico que les enseña a la nueva generación la facilidad, y la ruta, del consumo por el consumo sin formación.
La organización estatal y empresarial no está ajena a este torbellino y es parte basal de él y amerita ser evaluada, pensada e imaginada de manera distinta. Es preciso, mejorar la productividad por sobre exigencias estresantes y direccionarse hacia formas de organización equidistantes a la vida de sus colaboradores y el entorno. Vivimos tiempos de ocio posible y potencialidad creativa gracias al desarrollo tecnológico, que es una desinteligencia no aprovechar debidamente.
Las élites nacionales y territoriales también están involucradas en este descuadre socio tecnológico que nos embarga. En parte presa de una institucionalidad desgastada por discusiones de poder por el poder sin destino y pleno de incertidumbre. En consecuencia, se acrecienta un manto de inseguridad real y ficticio, de verdad y falsedad.
Una socialización y educación transformadora es necesaria ya. Primero, la cuestión valórica ad hoc a nuestros tiempos en torno al esclarecimiento de deberes y derechos. El uso responsable de la tecnología y al mismo tiempo la generación de una actitud y voluntad vivencial comunitaria. Asimismo, son clave las relaciones dialógicas en todos los ámbitos y su inclinación horizontal, donde todos tenemos que aprender.
Es preciso, recrear un ambiente ciudadano a la altura de los avances tecnológicos haciendo de ésta, una tremenda herramienta humanitaria y parte integrante de lo natural.
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