Hasta en Vitacura, se cuecen habas
Raúl Torrealba del Pedregal, es un empresario y dirigente político con militancia en el partido Renovación Nacional. En 1996 fue elegido alcalde de la comuna de Vitacura y volvió a triunfar en 2000, 2004, 2008, 2012 y 2016, completando un cuarto de siglo como “servidor público”. En la última elección no pudo postular por disposición legal y fue reemplazado por la militante de Evópoli Camila Merino Catalán.
Vitacura, con Lo Barnechea y Las Condes, forma parte del triángulo de las “comunas del rechazo” llamadas también “comunas del privilegio” por algunos maledicentes. Su disponibilidad de recursos públicos es abundante y se estima que, por persona, es 35 veces la de los municipios más pobres. Por supuesto, casi todos sus pobladores son “gente bien”.
Merino, a pocos días de asumir el cargo de alcaldesa descubrió que su antecesor gestionaba variadas actividades municipales a través de programas llamados “Vita”: “Vita Salud”, “Vita Deportes”, “Vita Emprende”. y también al Consejo Local de Deportes. Torrealba transfería a estos entes grandes cantidades de dinero sin que hubiera exigencia de rendición de cuentas ni constancia de alguna contrapartida que reflejara contraprestaciones o servicios conocidos. En el solo mes de enero de 2021 a “Vita Deportes” le fueron entregados 19.994.000 de pesos. El nuevo Director Jurídico del Municipio, Mauricio Irarrázabal, cumpliendo instrucciones superiores, interpuso querella por los delitos de “malversación de caudales públicos y fraude al fisco”. Al contador de ”Vita Emprende”, Arnaldo Cañas, se le entregaron también en enero tres cheques que sumaban $60.995.589.- A todo esto, Antonia Larraín Prieto, sobrina del presidente del Consejo Local de Deportes Domingo Prieto y funcionaria de confianza durante la administración de Torrealba, solicitó declarar voluntariamente ante el fiscal Carlos Ramírez para ”autodenunciarse”, oportunidad en que señaló que desde hacía tres años, recibía todos los meses sobres con dinero efectivo de parte de Cañas y Prieto, cada uno con la suma de $5.000.000.- y que entregaba personalmente a Torrealba.
Torrealba no ha dado explicaciones sobre este caso, pero lo más probable es que se trate de un simple malentendido.
En regiones, tampoco faltan temas sobre los cuales hablar.
Hasta ahora, se vislumbra como el personaje del año a Patricio Kuhn Artigues. Militante de la UDI y hombre de confianza de Jacqueline van Rysselberghe, a cuya sombra ha desarrollado su carrera política. Concejal, alcalde, consejero regional, intendente y, ahora, delegado presidencial.
Kuhn, preocupado por dar el mejor término posible a la gestión del actual gobierno en el Bío Bío, citó a una reunión de su gabinete para la tarde del lunes 30 de agosto.
Lo extraño, es que una sesión de trabajo de esta naturaleza haya sido convocada para realizarse nada menos que al interior de una Comisaría de Carabineros. El diario electrónico <sabes.cl> dio a conocer todos los detalles de esta misteriosa cita.
El lugar era la Comisaría de Lomas Verdes. Más específicamente: el Quincho de la entidad.
Los invitados: todos los seremis de la Región, todos los jefes de gabinete de los seremis, y los jefes de departamentos que militan en la coalición oficialista Chile Vamos. También estuvo presente, curiosamente, el ex intendente Sergio Giacaman, quien actualmente oficia como coordinador del equipo de campaña de Sebastián Sichel. Total: 44 personas.
Otra idea interesante del Delegado Presidencial es que se instruyó a los contertulios para que cada uno llevará su propio cocaví más algo para beber, material de trabajo que debía ser portado en bolsas de basura, opacas, no transparentes.
Al darse inicio a la jornada programática, a todos los presentes se les requisaron sus teléfonos móviles con el propósito de que “prestaran la debida atención” según precisó Kuhn posteriormente a la prensa pero, en ningún caso, para evitar grabaciones o fotografías.
Los hechos ameritan algunos comentarios:
1.- Constituye a todas luces un abuso de autoridad el que se le haya requerido al Comisario respectivo el uso del recinto para una reunión de esta naturaleza, habiendo múltiples lugares para sesiones de trabajo;
2.- Todos los antecedentes disponibles, indican que varios comensales llevaron bebidas alcohólicas, lo que está estrictamente prohibido en recintos policiales;
3.- Se trató, en el caso, sin duda alguna, de una actividad político – electoral con la cual Kuhn, además, desobedece las instrucciones oficiales de no interferencia en el proceso por parte de los funcionarios públicos. La burda explicación en cuanto a que todo se realizó “fuera del horario de trabajo” es inaceptable en el contexto antes descrito.
Así están las cosas en Chile.
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