LA FUGA DEL SIGLO
Desde Madrid, España.
El “Comandante Ramiro” (Mauricio Hernández Norambuena) está de regreso en Chile. Cumplirá aquí el resto de su larga condena por su responsabilidad en el asesinato de Jaime Guzmán y en el secuestro de Cristián Edwards. Estaba encarcelado en Brasil, país que ahora concedió la extradición solicitada por los tribunales chilenos. Su propia familia ha mostrado su complacencia ya que aducía condiciones inhumanas en la cárcel brasileña.
Este hecho ha reabierto diversos temas relacionados con el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, sus acciones armadas en contra de la dictadura de Pinochet, pero que continuaron después cuando el país luchaba por reconstruir la democracia. Es decir, ahora es complicado calificar al Comandante Ramiro como un luchador contra Pinochet o un terrorista en tiempos de democracia.
Además, su extradición ha reabierto el tema de la llamada “Fuga del Siglo”, en la que él y otros tres dirigentes frentistas fueron sacados desde la Cárcel de Alta Seguridad (CAS) mediante una audaz acción utilizando un helicóptero. Menos de un minuto duró aquel operativo de rescate, en el cual se utilizó armamento de guerra desde el helicóptero, que neutralizó a los guardias del penal instalados en las torretas de vigilancia, mientras los presos se subían a una cesta que colgaba de la aeronave.
El hecho sorprendió a todos y dejó en muy mal pie al Gobierno de Eduardo Frei Ruiz Tagle. Se buscaron responsables y la primera cabeza que se cortó fue la del Director de Gendarmería de ese entonces, el arquitecto socialista Claudio Martínez Cerda.
A más de veinte años de aquel hecho que conmovió al país, Martínez Cerda ha recordado con claridad la situación previa a la fuga (él le llama “recate”), responsabilizando directamente a quienes estaban a cargo de la seguridad del país. “Falló la inteligencia”, dice el ex Director de Gendarmería. Y argumenta que casi un año antes del episodio y por presiones de familiares de los detenidos, la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara suscribió en forma unánime (derecha e izquierda) una declaración pública donde señalaba que no se respetaban los derechos humanos en la Cárcel de Alta Seguridad. Con ello, agrega, se debieron hacer cambios en la CAS que facilitaron la preparación de la fuga. Tal es el caso de la eliminación de los locutorios y la instauración de las visitas conyugales, entre otras.
“El informe de la Comisión de DDHH de la Cámara, firmado por izquierda y derecha, fue muy duro”, dice Martínez. Y agrega que fue mérito de los familiares de los presos, entre ellos, Lorena Astorga, pareja de Hernández Norambuena. Y en Gendarmería se quedaron sin algunas instancias para obtener información de los presos. A la vez, a éstos se les facilitó el contacto con el exterior.
Estas clarificaciones de hoy, con la actual realidad, permitirán hacer una evaluación política más a fondo de los hechos derivados de la llamada “Fuga del Siglo”. Los políticos de ayer, muchos de los cuales permanecen vigentes, se van quedando sin piso para justificar lo ocurrido y que tensionó tanto la realidad de nuestra incipiente democracia. Y, de paso, hará algo de justicia con quienes pusieron la cara en su día, creyendo en una lealtad mal entendida y asumiendo responsabilidades que no les correspondía.
Qué tema mas complejo y delicado, que difícil resulta opinar con convicción.
Difícil, muy difícil, para ser honesto