
LA TORMENTA
Salí a chapotear charcos, la lluvia había cesado aunque el cielo amenazaba con más agua.
Llevaba puesto el chubasquero comprado en la rua DO VILAR en Santiago de Compostela unos días antes de esta aventura de paraguas botas y ganas de disfrutar hasta de la lluvia y la humedad.
De otro modo no hubiera experimentado totalmente el estar en esa ciudad de mis sueños.
Unos retumbones parecían atravesar las torres de la Catedral, me guarecí en la recova del palacio Raxoi y desde allí fascinada miré como un par de rayos atravesaban la espalda de ese recinto destacando por momentos con su luz enloquecida la figura del Apóstol en el centro de la arquitectura.
Comenzaron a encenderse las farolas del Hostal de Los Reyes Católicos, las luminarias del mismo Pazo Raxoi dónde estaba protegida y el pavimento de la plaza seca del Obradoiro se convirtió de pronto en un enorme espejo dónde se reflejaba todo lo que pasaba en el cielo.
Era una visión fantástica.
Las tormentas con muchos rayos y truenos no son mis preferidas pero allí
en Santiago siempre todo era diferente.
Me emocionaba captar con avidez esos estallidos mezclados con colores apasionantes y sonidos imperiosos dando idea de un acorde estridente invasivo y luego comenzar a silenciarse lento suave hasta desaparecer.
Una partitura breve… esperando en silencio el nuevo acorde tal vez un poco más suave.
La naturaleza manifestándose en plenitud sin pedir permiso, reina y señora.
Para mi total gozo las campanas de la Catedral comenzaron a sonar y allí tuve otro concierto.
Comenzaron a cerrarse los paraguas, apareció más gente, más murmullos y risas atravesaban la plaza, una gaita sonaba melancólica.
El cielo se abría lentamente para dejar paso a través de su negro azulado a la dama blanca que terminaría mirándose coqueta en ese pavimento espejado.
Mientras que todos nosotros estábamos arrobados siguiendo el paso de la VIDA
en ese milagro de conjunciones de todos los elementos que harían en nuestra memoria casi la idea de una magia irrepetible.
Un caldero, una meiga, un hechizo.
Un bosque encantado la leyenda de la Santa Compaña… los misterios de los duendes y esas mujeres sobre todo una, la de Combarro, que junto a los hórreos se ponía a llorar pues ya sabía que una barca se había perdido en el mar.
No te salvas si vas a Galicia
Todo eso envuelve atrapa, sigues buscando afanoso hasta que después de la lluvia un aroma a eucaliptus embriaga y se busca refugio en una cafetería sintiendo la cara húmeda pero no de agua el cielo sino de lágrimas que se escapan sin permiso pues sabes que debes marchar doliendo ignorar el regreso.
Gladys Semillán Villanueva
Argentina – España
Muy buena ! felicitaciones ! transporta y atrapa el relato
QUERIDO AMIGO CARLOS GRACIAS .
LA ILUSTRACION ES PERFECTA SI CASI PARECE GLADYS CORRIENDO PARA BUSCAR EL REFUGIO DEL PALACIO RAXOI Y TERMINAR DE VER LA TORMENTA…
TENGO UN CHUBASQUERO ROJO.
MIS DIIAS EN GALICIA APORTARON MUCHO TE LOS IRE ACERCANDO DE A POCO, Y SI LA PANDEMIA ME LO PERMITE REGRESARÉ A BUSACAR MAS RECUERDOS QUE DEJÉ ESCONDIDOS AL PIE DE UN MONTÍCUO DE PIEDRAS DONDE LA PRESENCIA DE DIFERENTES CULTURAS DEJARON SEÑAS EL MONTE SANTIAGUIÑO EN PADRÓN.
ABRAZOTE ARGENTINO-GALLEGO
GLA.
Bellísimo, sentido, sentimental, ameno. Gracias Gladys.
QUERIDO AMIGO CARLOS GRACIAS .
LA ILUSTRACION ES PERFECTA SI CASI PARECE GLADYS CORRIENDO PARA BUSCAR EL REFUGIO DEL PALACIO RAXOI Y TERMINAR DE VER LA TORMENTA…
TENGO UN CHUBASQUERO ROJO.
MIS DIIAS EN GALICIA APORTARON MUCHO TE LOS IRE ACERCANDO DE A POCO, Y SI LA PANDEMIA ME LO PERMITE REGRESARÉ A BUSACAR MAS RECUERDOS QUE DEJÉ ESCONDIDOS AL PIE DE UN MONTÍCUO DE PIEDRAS DONDE LA PRESENCIA DE DIFERENTES CULTURAS DEJARON SEÑAS EL MONTE SANTIAGUIÑO EN PADRÓN.
ABRAZOTE ARGENTINO-GALLEGO
GLA.