
MANIFIESTO
MANIFIESTO
(Ajeno a toda controversia)
¿Que porqué escribo…?
Muy simple: porque puedo.
Vivo lo que vivo, siento como siento
pienso lo que pienso, escribo lo que pienso.
No veo contradicción alguna, y si la hay
tampoco importa.
¿Alguien pregunta a un ave porqué canta
porqué silban las ballenas
murmura el agua, crepita el fuego
o rugen el viento y la tormenta…?
*
Pienso y hablo, digo bien / digo mal
y alguna vez también maldigo,
con algún orden, sin concierto
o a la inversa; mas
nunca los dos a la par.
*
Todo vale: un desvarío, un mal pretexto
un contrapunto, un buen ritmo, un contracomas
¿y, por qué no, saborear simplemente
la grata frescura del idioma?
¿O es que tiene más sentido
un derramo de dulzura, una verdad viscosa
un infierno de mentiras, una mentira piadosa?
¿Pontificar?
Dejemos las verdades a los viles.
*
Hablemos pues, del más gastado
y siempre lozano embeleco, los amores…
pero, ¿de cuál de ellos:
…primerizos, filiales
carnales, sonrosados
mutilados, verdes o seniles?
Me canso al primer intento.
*
¿Volcar gobiernos, quizá
acosar las tiranías – primero, la del renglón
cambiar sistemas sociales, rehacer de un buen plumazo
la pasta arcillosa del hombre, reescribir la historia
para volver a lo perfecto de la nada?
Nada sirve / todo sirve ¡pardiez!, aunque mejor par
sean veinte, cualquier cosa que convenga
que promueva el buen agite, que tonifique la mente,
mente-menta, da lo mismo
no mentar a tu mentor no es un mentir:
no es lo mismo desmentir, que deshojar una flor.
*
Y hasta aquí dejo las letras
cansado de tanta patria, de banderas y proclamas
que otros pongan más enjundia, más carne en el asador
ante dudosas verdades, me quedo con los verdores:
las verdes sanas verduras, que sumar colesterol.
(Tarde de 18 de setiembre)
***
ROCOMAR
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