MUCHOSNOMBRES
Me sorprendió gratamente la novela “Muchosnombres”, de la cual es autor el publicista y relacionador público chileno Aquiles Torres, quien lleva ya 49 años residiendo en el exterior. Eso significa que es una persona que está en las puertas de los 79 años de edad y que debuta en el mundo de la literatura, tras haberse jubilado de su extenso e intenso trabajo en el mundo de la publicidad y el marketing, tanto en Chile como en el exterior. “Nunca es tarde para iniciar una nueva carrera, un nuevo desafío”, me dice con humildad, sin que se le borre su sonrisa permanente
Les voy a contar solamente algunas cosas de la novela, porque creo que hay que leerla sin interferencia, sin incitaciones de nadie. Porque es una trama tan interesante, novedosa y de contenido intenso, que cada lector debe sacar sus propias conclusiones.
Está situada en cualquier punto de la geografía hispana y su personaje central, identificado solamente como “Muchosnombres”, se desplaza desde el mundo de la ficción hacia la realidad cotidiana sobre temas que nos ocupan y nos preocupan. Y ha sido tal el éxito de este libro, que el autor ya se encuentra terminando la segunda parte y comenzando la tercera. Porque da para mucho, es una veta inagotable, es un recorrido largo y ancho por los entresijos de la vida común y corriente, con planteamientos diversos que pueden coincidir con los del lector o no, pero que obligadamente abren debates internos silenciosos en quien recorre sus páginas.
Me pasó eso, justamente. Comencé a leerlo en un vuelo que realicé a Chile. Ya saben que son vuelos nocturnos, donde el pasaje duerme placenteramente mientras se van acortando las distancias, cruzando el Atlántico. Sin embargo, la trama me pescó de tal manera que dejé el sueño para otra oportunidad, hasta terminar la lectura de las 387 páginas de “Muchosnombres”.
Conozco a Aquiles Torres desde los apasionantes años de la Unidad Popular, con Salvador Allende en la Presidencia de la República. Él dirigía la Agencia de Publicidad “Vanguardia”, del Partido Socialista de Chile, y yo dirigía los servicios informativos de la Radio Corporación, también del Partido Socialista. Desde el primer momento hicimos una amistad sincera, muy profesional por sobre lo político. Y ambos sufrimos los rigores de una época ilusionante, cargada de enormes responsabilidades y de desarrollar campañas que abrieran caminos viables a los sueños de mucha gente humilde, sencilla. Y, al mismo tiempo, aunar criterios con otros que ostentaban cargos de gestión que convirtieran en realidad aquellos sueños.
Nos vinimos a encontrar en España, que nos acogió en un exilio injusto e infamante. Y volvimos a asumir tareas de solidaridad con las luchas que se generaban en el Chile oprimido. Pero, además, aportando a este país nuestra experiencia, puesto que el pueblo español reclamaba un retorno a la democracia después de más de 40 años de cruel dictadura. Época bella porque entregábamos y recibíamos. La solidaridad de por medio, de ida y vuelta. Y de mucho aprendizaje, también.
Aquiles Torres se destacó pronto en la Cataluña que le adoptó y su biografía así lo demuestra. Tras titularse en Publicidad, Dibujo y Audiovisual, en la Universidad Técnica del Estado, en Santiago de Chile, en 1968, continuó estudios de Relaciones Públicas en 1979, en la Universidad de Barcelona. Recorrió algunas empresas catalanas, hasta recalar en 1990 en la Jefatura de Publicidad, Promoción de Ventas y Relaciones Públicas en España, de la enorme empresa Mobil Oil. Después de siete años allí, asumió la Jefatura de Prensa del Departamento de Comunicación y Asuntos Institucionales de otro gigante, British Petroleum, en su sección española. Tras nueve años allí, se jubiló, radicándose en la bella localidad catalana de Premiá de Mar.
Junto a su esposa y sus dos hijos ya profesionales, lleva una vida tranquila, donde la meditación y su talento le han llevado ahora a incursionar en la literatura. ¡Y vaya si ha entrado con éxito en este mundo de las letras castellanas!. “Muchosnombres” le abre las puertas y nos deja ese sabor tan especial que nos lleva a esperar con inquietud la segunda parte de esta novela inspiradora.
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