
Nuevo record mundial: 418 [ppm] de CO2 en la atmósfera
Esta es una noticia de junio 2020. El principal gas de efecto invernadero -el dióxido de carbono- ha batido su propio récord: la concentración ha llegado a 418 partes por millón. Esto, pese a la gran reducción de actividades y, por tanto, de emisiones por la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 en el mundo. Este nivel es el más alto alcanzado en, al menos 800.000 años, según registros de la red AEMET, la Agencia Estatal de Meteorología de España [1], y otros.
Las medidas impuestas a raíz de la pandemia han provocado una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero estimadas en alrededor a un 25%. Esto está indicando que el impacto en los registros globales de esta reducción es bajísimo y que lo que gravita es principalmente lo ya acumulado en décadas anteriores, es decir, en un concepto de la mecánica: un “efecto volante de inercia”. El aumento de la concentración de CO2 -principal gas responsable de la emergencia climática que enfrenta el planeta- no ha cesado desde los años ‘60.
De acuerdo a datos del IPCC, para mantener el incremento global de temperaturas dentro de un umbral seguro, y no superar los +1,5ºC sobre la temperatura media del siglo XX [2] es necesario reducir las emisiones a 2030 en un 45% desde las cifra de 2017, para llegar a cero emisiones en 2050.
Ahora bien, frente a todos los registros que se vienen haciendo sobre los niveles de temperatura [3] [4] y de concentración de CO2 y de sus efectos directos en la crisis climática, hay científicos de todo el mundo -que se deberían considerar como dignos de credibilidad-, que niegan insistentemente que una concentración sobre las 400 [ppm] sea peligrosamente elevada. Dicen, además, que la temperatura del mar no ha subido ni siquiera 1°C durante el siglo XX, que los huracanes no han crecido en cantidad ni en intensidad por el “cambio climático”, y que no hay un aumento notable en el nivel del mar. Y exigen más evidencias para aceptar esos hechos, según ellos, propios de personas “catastrofistas”. [5]
Hay muchas personas en todo el mundo, y en Chile también, que les creen y piensan como ellos, así como muchas también comprenden y aceptan que esos aumentos están sucediendo de modo cada vez más evidente, y lo difunden en columnas y ‘blogs’ para crear conciencia entre los escépticos que es así y que aún es posible revertir esos cambios que están poniendo en alto riesgo la existencia de la humanidad y de muchas especies que comparten con los humanos esta Tierra.
Entre estos últimos me incluyo, porque estoy convencido de ello. Y lo estoy, no para ‘vestirme de verde’ simplemente porque sí, sino porque a través de mis años de estudios, conversaciones con amigos y científicos, y observaciones en la Naturaleza, he llegado a esas conclusiones que considero cada vez más irrebatibles. Junto a todos los que estamos en esto, creo que un cambio de rumbo es todavía posible, pero como sucede en el fútbol o en el basquetbol, los minutos de tiempo adicional se acaban y el partido termina.
No son muchas las décadas que tenemos por delante para tomar decisiones acertadas. Aprovechemos el poco tiempo remanente y comencemos a re-pensar nuestro país (y el mundo) en todo: relaciones sociales, salud, educación; en fin, mejorar las cosas que van mal y comenzar a hacer las cosas bien ya, ahora,…y no esperemos más. Vamos por la recuperación de los suelos, el agua, la flora autóctona, por el respeto a la Naturaleza, por una nueva economía sustentable y a escala humada, y veremos en pocas décadas como la situación comenzará a mejorar. Pero para ello hemos de trabajar muy duramente.
No somos catastrofistas, los que creemos que el colapso se acerca, sino conscientes; y creemos en esto porque sabemos que es posible revertirlo. Frenemos la alocada carrera de la humanidad; nuevos récords como el que motivó estos comentarios no serán de ningún modo alentadores.
Fuente de figura: https://twitter.com/antropocenista/status/1257104245637001223
Referencias:
[3]https://www.bbc.com/mundo/noticias-46426822
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