
Nuevos problemas en el mundo de la pesca.
Tal como se había anunciado, el pasado miércoles 18 de octubre la Federación de Pescadores Artesanales de la Región del Biobío (Ferepa) presentó un requerimiento que busca que la Contraloría Regional del Biobío ejecute una auditoría al Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca).
Lo anterior, según la Ferepa, tras detectarse irregularidades en desembarques de embarcaciones pesqueras “que dejan en evidencia ilícitos. Lo que se busca, entonces, es determinar responsabilidades en el rol fiscalizador de este organismo, que daña la sustentabilidad de los recursos y que serían sujeto de infracciones a la ley que regula al sector (General de Pesca y Acuicultura, LGPA)”.
En específico, la entidad de pescadores artesanales solicita fiscalizar los procedimientos del Sernapesca y los resultados de estos en el control de cuotas y desembarques de pelágicos pequeños en la flota menor a 12 metros de la región del Biobío.
De acuerdo con la Ferepa, existen “antecedentes fidedignos” acerca de una preocupante sobrepesca en las capturas de anchoveta (Engraulis ringens) y sardina común (Strangomera bentinki), según consta en comunicación del 17 de abril de 2017 de la Dirección Regional del Sernapesca Biobío, cuyas causas y consecuencias se mantienen hasta esta fecha.
En efecto, sostiene el ente representado por Hugo Arancibia Zamorano, en el período informado por el Sernapesca que va desde el 1 de marzo de 2017 al 31 de marzo del mismo año, la flota de embarcaciones con eslora menor a 12 metros habría efectuado desembarques por 64.233,17 toneladas (t), de los cuales 19.936,95 t habrían sido declaradas como sardina común y 322,62 t como anchoveta.
“Lo preocupante es que en esa misma pesquería se declararon 43.972,59 t como fauna acompañante de otras especies, presentadas como ‘bacaladillo o mote, machuelo o tritre, o pampanito’; por lo que en términos generales, estas solas cifras indican que la pesquería no es sostenible y que contraviene todos los principios de manejo pesquero”, argumentó Arancibia, para quien esto permitiría que, mediante el subreporte de pesca, las cuotas asignadas no se agoten, imputando indebidamente las capturas a la categoría de fauna acompañante y afectando con ello la sustentabilidad de los recursos y de la actividad.
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