«El mayor problema ecológico es la ilusión de que estamos separados de la naturaleza.»

Alan Watts.

Actualmente nos leen en: Francia, Italia, España, Canadá, E.E.U.U., Argentina, Brasil, Colombia, Perú, México, Ecuador, Uruguay, Bolivia y Chile.

Parasite: La mejor de 2019

Ganadora de la Palma de Oro en Cannes por voto unánime. Ganadora del SAG Award al Mejor Elenco. Nominada a seis Premios de la Academia, incluyendo Mejor Película, Mejor Director y Mejor Película Internacional. Aunque ya tuvo una exhibición en el marco del Festival de Cine de la Revista Wikén a principios de enero, la obra maestra de Bong Joon Ho, uno de los filmes más elogiados del último tiempo, finalmente se estrena en carteleras nacionales este jueves. Sólo diré que merece llevarse cada Óscar al que postula.

Parasite es la mejor película de 2019. El hechizo que la obra maestra del cineasta surcoreano Bong Joon Ho nos arroja es subrepticio, travieso, un poema punk. Es tan buena que si alguien del público quiere tomarla en términos literales, no se volvería una pieza prosaica. Es también un visionado intimidante, y si te atreves a adentrarte en las varias capas de significado de cada escena, cada plano, cada diálogo, sería como dar un paseo en el infierno que yace en nuestro subconsciente. Parasite alude con suma originalidad a los infiernos de toda índole a los que descendemos cotidianamente, a veces con mayor intensidad que otras, a veces arriesgando hasta la vida.

Es difícil escribir del filme sin revelar sorpresas o desarrollos impredecibles. Esto es porque el guion de Bong y Han Jin Won está estructurado según extensas (y gloriosas) secuencias dramáticas que suceden de manera lineal y que, encima, consisten en los puntos de giro de la historia. Este guion será estudiado por amantes del cine y críticos por años. Empecemos por el detonante. Es una conversación casual en una calle, hasta que un bus pasa por detrás de los personajes, causando un bullicio certero. Si hubiera sido un auto en el fondo, el ruido no habría sido lo bastante notorio como para marcar un énfasis en el primer plano; pero como se trata de un bus, el sonido es dramático y, de manera sutil, dota de importancia a los diálogos subsecuentes de la escena. Algo está por cambiar.

Parasite es una comedia negra y mucho, mucho más. Es natural que los personajes operen en un nivel satírico por buena parte del metraje: debemos atender a lo que Bong quiere comentar sobre ellos, al mismo tiempo que debemos participar de sus extrañas peripecias, viendo cómo el rol del parásito se metamorfosea ante nuestros ojos.

La historia va acerca de una familia paupérrima, los Kim, que viven en un departamento situado en el sótano sucio y opresivo de un edificio. En medio de una crisis económica sofocante que llevan arrastrando por años, encuentran más o menos un alivio a sus problemas trabajando para una familia acaudalada, los Park. Éstos residen en una casa soñada, construida específicamente para la película; el laberíntico diseño de producción de Lee Ha Jun y la preciosista decoración de set de Cho Won Woo crean un festín a los ojos. Es una obra arquitectónica descollante, acogedora y funcional, de espacios amplios, una fortaleza urbana sobre una colina. Decir que es como un palacio contemporáneo no es un disparate, considerando los lujos, la servidumbre y la silenciosa lucha de clases que se libra en sus interiores. La casa fue construida por un arquitecto de renombre quien les recomendó a los Park conservar a su propia ama de llaves, y comporta una metáfora de la cúspide de un sistema, diseñado por un ente poderoso, del que todos dependen, en el que muy pocos consiguen prosperar, y de que el resto saca provecho de formas humillantes y miserables.

Lo anterior jamás es comunicado al espectador con un tono condescendiente; descubrimos los varios secretos, a menudo bien chocantes, a través de los personajes, y, así, el filme muda de un género improbable a otro y penetramos el simbolismo. El resultado es en absoluto pretencioso, ya que la dirección de Bong es orgánica en su eclecticismo. El relato sigue un procedimiento clásico, lo que, sumado a la subversión estética, lo hace accesible a un público masivo.

Bong es también minucioso en la creación de arquetipos propios de este universo doméstico, según cómo interactúan los personajes y las características de sus hábitats. Y hay más. Como ya ha hecho antes en su filmografía, se vale de amuletos y supersticiones para horadar nuestra psicología. Por ejemplo, que tener fantasmas en tu casa trae buena suerte. Los fantasmas pueden rondar por ahí sin causar una conmoción, y puedes confiar en que tu bonanza se mantendrá estable; mas si llegasen a cobrar forma física, su necesidad de atención sería real y tu miedo sería insoslayable. Sin embargo, ¿a qué se debe ese miedo? ¿A reconocer al otro? ¿A compadecerte del sufrimiento ajeno? Es como un cuento de terror a veces, ¿sabes?

Los Park poseen el defecto de ser demasiado cándidos, aunque es razonable. Contaron con dinero para educarse bien, nunca se vieron en la necesidad de entrampar a otro para tener éxito, todo lo que quieren les es asequible; en otras palabras, están hechos para esperar lo mejor de los demás. En cambio, los Kim están investidos del cinismo y la frustración de ser pobres, son acomodaticios a la hora de sobrevivir, y ni se conmueven al hacerle daño a las personas. Sí, ellos son los timadores, no obstante, el punto de vista les pertenece, y nos desgarran el alma.

Una diferencia fundamental entre ambas familias es que los Kim saben qué y cuándo hacen algo malo, mientras que los Park ni cuenta se dan del efecto de sus acciones. Lo más trágico es aquello que los une. Una esperanza básica, primitiva, de que todo ser humano es intrínsecamente bueno. Esto les permite avenirse durante bastante tiempo, antes de la tormenta, donde el capitalismo emerge como el monstruo imbatible que no le permite a nadie llevar una vida honesta. Pueden sobrevivir, pero las partes no estarán satisfechas.

Esta es una de las grandes películas de nuestro tiempo. Parasite merece más de un visionado, no sólo por la entretención y las carcajadas, sino por cuán perspicaz es respecto del comportamiento, en el cual no podemos evitar vernos reflejados.

Y luego está el infierno, ese lugar subterráneo y cavernoso del que algunos no salen por más que lo intenten. Mas siempre queda la opción de asomarnos por el rellano de la escalera y decir bu.

Recuerda que puedes seguirnos en facebook:

Déjanos tu comentario:

Su dirección de correo electrónico no será publicado.

*

2 Comentarios en Parasite: La mejor de 2019

  1. ¡Un comentario de PELICULA!
    Felicitaciones amigo, un detallado y pulcro análisis de una gran película!

sertikex-servicios-informáticos www.serviciosinformaticos.cl