SON TIEMPOS DE COLAPSOS
“No es verdad que no se pueda hacer nada para parar el colapso”. Antonio Turiel |
He estado investigando y estudiando acerca de lo que está pasando en este “Siglo de la Gran Prueba”, como lo bautizó el poeta, filósofo y científico español Jorge Riechmann Fernández y lo dejó como título de uno de sus libros.
Está inquietud me nace al tratar de entender lo que estaba pasando en este mundo, principalmente y con mayor intensidad desde el año 1978, cuando a raíz de un artículo leído en una revista sobre el libro ‘Los límites del crecimiento’ publicado por el Massachussets Institute of Technology (MIT) en el año 1972, me enteré de algo de lo que ya tenía una inquietud latente: que existen límites para el crecimiento -o los crecimientos- y que estos se habían estudiado y analizado en profundidad por un equipo multidisciplinario de científicos jóvenes a una solicitud que les hiciera el industrial italiano Aurelio Peccei, presidente del Club de Roma, a fines de los años ’60.
De este tema ya he escrito varios artículos que se han publicado en este semanario, a partir de 2017, y que cobra mayor importancia y vigencia en los actuales tiempos en los que se están cumpliendo esos límites con una aparentemente increíble precisión. Y digo aparentemente porque el rigor del estudio, la solvencia intelectual y ética de sus autores y la calidad del programa computacional usado para “correr” las ecuaciones matemáticas de correlación entre las 5 variables -llamado World3, sucesor de las dos primeras versiones- ameritaba su éxito. Y así fue.
Ello no gustó en aquellos años, para nada, a las poderosas élites del hemisferio norte que son las que dominan el desarrollo tecnológico y económico mundial por la vía del crecimiento ilimitado, cosa que se ha mantenido y extendido hasta la actualidad. Lo vemos en la mayoría de los países del orbe y también en Chile, porque se sigue hablando de lo mismo de siempre, con la monserga que para salir de la pobreza debemos crecer. Nada más errado. Han transcurrido 52 años desde la publicación del famoso informe del MIT y, pese a que se han publicado obras con varias actualizaciones de diversos autores independientes además de los propios autores de la versión original, se mantienen casi exactamente las conclusiones de 1972.
Continuamos metidos en un proceso de colapso, el que fue advertido con los debidos respaldos que están ahí, en los gráficos y las curvas que los respaldan, los de la Figura N°35 del informe original mencionado y sus actualizaciones. Estamos viviendo las consecuencias de no hacer caso de lo que nos ha advertido la ciencia y, sin embargo, continuamos tozudamente en nuestra alocada “huida hacia adelante”, hacia el “Acantilado de Séneca”, concepto tan bien desarrollado por el científico italiano Ugo Bardi, mencionado en su libro “Antes del colapso” [3]:
“[…] aquello que dijo Séneca acerca del colapso en una de sus cartas a Lucilio: “Consuelo sería para nuestra debilidad que las cosas pudiesen restablecerse tan pronto como quedan destruidas; pero sucede lo contrario: el desarrollo es lento y rápida la ruina”.[11]
Colapsaremos, pero podríamos colapsar mejor. Bardi esboza una estrategia de Séneca que puede ayudarnos en ello: aceptar que el cambio es necesario y que, en muchos casos, oponernos al mismo lleva a un derrumbe más rápido. Aceptar lo inevitable nos permitirá prepararnos para colapsar mejor (y quizá incluso evitar el colapso): “La estrategia de Séneca consiste en no oponerse a la tendencia del sistema a ir en una determinada dirección, sino en dirigirlo de tal manera que el colapso no tenga que producirse. La clave de la estrategia es evitar que el sistema acumule tanta tensión que luego se vea obligado a descargarla de forma brusca”. [3][4]
La pregunta que surge es, ¿porqué hemos llegado a esta lamentable encrucijada pudiendo soslayarla conocidas las advertencias ya comentadas? Dejemos a Antonio Turiel para que nos lo explique:
“[…] el crecimiento económico llega un momento en que tiene que detenerse. No podemos seguir indefinidamente creciendo porque al final llegaremos a toparnos con esa limitación de la energía disponible. Incluso aunque fuera cuatro veces nuestro consumo de energía actual, nos encontraríamos que, al cabo de 60 o 70 años, a ritmos de crecimiento actuales, se nos agotaría este potencial.”
“La segunda de las limitaciones que tiene el modelo REI, de energía renovable eléctrica industrial, es que es un modelo que es muy dependiente de materiales que no son tan abundantes en el planeta. Estamos hablando de sistemas de una tecnología bastante avanzada, por ejemplo, las placas fotovoltaicas o los aerogeneradores, y al final todos estos sistemas requieren materiales. Estos materiales no son abundantes. Hay cierta cantidad, pero no son lo suficientemente abundantes como para que todo el planeta pudiera hacer la sustitución al mismo tiempo. Hay unos estudios muy buenos que son referencia a nivel europeo e internacional de la profesora Alicia Valero, de la Universidad de Zaragoza, y ella con su grupo ha analizado cuál es la disponibilidad material en el planeta y, contando con las reservas conocidas y las que probablemente están ahí, con un 50% de probabilidad, faltarían materiales suficientes de unos 14 elementos químicos, que esto incluye el litio, el níquel, el cobalto y el manganeso para hacer las baterías; incluye el telurio para hacer las placas fotovoltaicas; incluye también, y esto es más grave, el cobre. El cobre, que se necesita para todo. Está claro que para hacer un sistema de electrificación masiva hay que pensárselo muy bien porque probablemente no vamos a tener materiales suficientes.” [6]
“El genocidio no es el hundimiento general de la civilización entendida como sistema de poder, es la supervivencia de unas partes del sistema provocando el colapso de otras y beneficiándose de él”. Emilio Santiago Muiño |
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Fuente de figura: https://www.bbc.com/mundo/articles/cevv9egypd7o
Referencias:
[2] Vídeo: https://youtu.be/CPiW_ByBGts
[4] https://climatica.coop/entrevista-antonio-turiel-critic/
[5] https://laventanaciudadana.cl/el-colapso-es-un-proceso-no-un-destino/
QUE DOLOROSO CARLOS COMPROBAR QUE PARA CRECER NOS LLEVA 60 AÑOS Y LUEGO EN UN SOPLIDO TODO DESAPARECE.
LA PREGUNTA..Y EL FUTURO?
SOLO UNA ILUSIÓN CARGADA DE IMPOSIBLES…
YO NO.IMPIRTO OERO.MIS SMORCITO QUE ESTAN COMENZANDO Y SE DEDICAN CON UNA INOCENCIA E ILUSION?
LOS ESTAMOS ENGAÑANDO?
QUE LES DEJARAMOS?
AH…DOLOR DE LO.INEVITABLE
GLADYS