«El mayor problema ecológico es la ilusión de que estamos separados de la naturaleza.»

Alan Watts.

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A 22 AÑOS DE LA GESTA DE ESQUEL [2]

Carlos Bonifetti Dietert

Ingeniero C. Mecánico UdeC. Ambientalista.
“Es muy claro que el extractivismo se impone con la violación de los derechos humanos. Latinoamérica lleva infinidad de muertos y en Chubut tuvimos criminalización y represiones. Incluso hubo servicios de inteligencia que hicieron espionaje. Y en otros lugares, como Andalgalá, se ve igual o peor, con mucha represión y decenas de judicializados. Entonces, o defiendes de verdad los derechos humanos o estás con el extractivismo, no se pueden ambas cosas”.

  Viviana Moreno, Asamblea de Vecinos de Esquel.      

El 23 de marzo de 2024 se cumplieron dos décadas de la histórica votación que, con el 81 por ciento de los votos, rechazó el extractivismo impulsado por los gobiernos y la empresa canadiense Meridian Gold. Esquel, ciudad de ca. 35.000 habitantes ubicada en la precordillera andina a 300 km al sur de Bariloche, se transformó en un emblema de la lucha socioambiental, con sus asambleas ciudadanas y su decisión de nunca abandonar las calles. Los veinte años de la gesta, fueron celebrados con una multitudinaria marcha en la que se volvió a gritar «¡el agua vale más que el oro!». «Veinte años de pie. No a la mina», es la consigna que se repitió en Esquel. Se leía en remeras (poleras), pintadas en las paredes y calcomanías en autos y negocios.

El año 2002, la crisis de 2001 continuaba muy presente con desocupación y pobreza en alza. Y, de repente, aparece un ofrecimiento tentador: un proyecto minero que prometía desarrollo local, trabajo y bienestar. La información era escaza, no como en la actualidad; Internet era incipiente. Un grupo de vecinos conscientes desconfió Y comenzó a leer, estudiar y a contactarse con otras regiones. Comenzaba así a gestarse la “Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Esquel”. Se contactaron con el pueblo de Tambo Grande (Perú), que había pasado un proceso similar, en el que se realizó la primera votación contra la megaminería en América Latina. Fue fundamental también, haber recibido la visita de vecinos de Andalgalá (Catamarca), donde ya conocían la experiencia de la Minera Alumbrera, con sus promesas incumplidas de trabajo y bienestar. «Todos nos dijeron lo mismo. Que la minería no trae nada bueno», recordó Viviana Moreno, de la Asamblea de Vecinos de Esquel.

En octubre de 2002, en la primera reunión de vecinos por el tema, participaron cientos de personas. Fue una sorpresa. Y ahí también decidieron: nada de estructuras verticales ni jefes, nada de partidos políticos y mucho de procesos asamblearios, donde todo se discutía y se buscaba el consenso. Por la propia movilización en las calles, los vecinos lograron que en febrero de 2003 el Concejo Deliberante apruebe la realización del plebiscito, el primero en su tipo para Argentina. Y el resultado fue contundente: el 81% dijo «no a la megaminería”. También se realizaron consultas populares en los municipios vecinos de Trevelin, Lago Puelo y Epuyén, donde más del 90 % también rechazó la actividad extractiva. Poco después lograron la sanción de la Ley 5.001, que limita la actividad en la provincia.

«Esquel es un antes y un después cuando hablamos de luchas socioambientales», afirmó Pablo Quintana, activo militante de la primera camada de asambleístas de Esquel y que fue despedido del medio donde trabajaba por su compromiso con las luchas contra el extractivismo. Y precisa dos ejes en la gesta de Esquel: en lo ambiental, destaca la toma de conciencia del agua, que permitió comprender la magnitud del problema y hacer palpable la tragedia a la que se enfrentaban de desarrollarse la minería en Esquel. «Lo segundo, fuimos conociendo que esto venía de la década del 90, todas las leyes vienen de esos años, es monstruoso y una de las tantas estafas para el país. Las empresas tienen estabilidad tributaria y fiscal durante 30 años, un tope del tres por ciento de regalías, entre otras ventajas. Es decir, la alfombra roja tendida para que las multinacionales hicieran su ingreso. Y Esquel, y luego todo Chubut, dijo ‘no’ también a eso, al saqueo», explicó.

La lucha de Esquel contagió resistencias en los 5.000 kilómetros de cordillera y también en otras latitudes, como en Gualeguaychú (en su lucha contra las pasteras, de pulpa de celulosa). Y el «no» se extendió por toda la provincia, desde las montañas hasta el mar, pasando por la Meseta (centro geográfico de la provincia). Nació también la Unión de Asambleas de Chubut (UACH), que dio potencia organizativa.

En diciembre de 2021 el gobierno provincial autorizó sorpresivamente la megaminería. Fue tomado como una burla a casi dos décadas de rechazo popular a la actividad. El gobernador Mariano Arcioni, en una entrevista televisiva y sonriendo, fue tajante: «Yo nunca retrocedo». El pueblo salió a la calle. Fueron siete días de movilización, represión (con decenas de heridos de balines de goma), cortes de calles e incendio parcial de la Casa de Gobierno. El Gobernador, y los legisladores, retrocedieron y volvieron a dejar vigente la Ley 5.001 y la prohibición de la megaminería en Chubut. «Chubutazo», fue el nombre elegido por el pueblo de la provincia para esa gesta popular.

Desde el ingreso a la ciudad de Esquel, por la Avda. Ameghino, se ve un prolijo cartel de madera que recuerda el rechazo al extractivismo. «Ya forma parte de nuestra identidad. Es algo que une e identifica. Si hoy hubiera un nuevo plebiscito, más del 95 por ciento diría ‘no a la mina'», afirmó Andrés Massip, de la Asamblea de Vecinos. La hipótesis se confirma al hablar con adolescentes en la plaza, con abuelos en los bares, en la estación de servicio y en la terminal de micros. En teoría, el proyecto minero «Cordón Esquel-Suyai» está aún en carpeta, ahora en manos de la multinacional Yamana Gold, aunque todos saben de su imposible desarrollo. En una semana repleta de actividades -desde charlas y muestra de fotos hasta recitales y murgas- para celebrar los «veinte años de pie», el 23 de marzo por la tarde hubo una movilización masiva, que recordó que los pueblos pueden decidir su futuro, que construyen poder desde las calles y que luchar por lo que creen justo da sus frutos. Hubo personas de todas las edades y estratos sociales, flamearon juntas las banderas mapuche-tehuelche y la argentina y, como hace veinte años, y dos gritos volverán a estremecer la Patagonia: «¡No a la mina!» y «¡El agua vale más que el oro!».

Con la Agencia de Noticias Tierra Viva, a veinte años de la gesta, Viviana Moreno, repasó aquellos días, las dos décadas de lucha y también el futuro: «Luchamos por el agua de todos, luchamos por el agua de las generaciones futuras».

Ante la pregunta ¿cómo recuerda ese 23 de marzo de 2003? Viviana respondió: “Lo recuerdo con mucha alegría y con mucha emoción. Sabíamos que íbamos a ganar, pero no me imaginé que sería por el 81 por ciento de los votos porque desde el gobierno y las mineras hicieron una campaña enorme para tratar de seducir a la gente, con plata, electrodomésticos, de todo. Pero la gente recibía lo que le daban y luego iban y votaban contra la megaminería. Y siempre destaco a los barrios más humildes, donde ya había problemas de acceso al agua, que fueron muy conscientes de lo que podía implicar la megaminería y de lo importante que era defender el agua”.

Viviana Moreno ve como una enorme contradicción estar a favor de los derechos humanos, por un lado y por otra, también a favor del extractivismo. “Es muy claro que el extractivismo se impone con la violación de los derechos humanos. Latinoamérica lleva infinidad de muertos y en Chubut tuvimos criminalización y represiones. Incluso hubo servicios de inteligencia que hicieron espionaje. Y en otros lugares, como Andalgalá, se ve igual o peor, con mucha represión y decenas de judicializados. Entonces, o defiendes de verdad los derechos humanos o estás con el extractivismo, no se pueden ambas cosas”.

Esta reseña de la “Gesta de Esquel” muestra claramente como se obtienen resultados cuando se trata de defender la naturaleza y los bienes naturales comunes más vulnerables, los bosques, el suelo y el agua que ambos proporcionan a todos los seres vivientes: Con la unión de los ciudadanos para luchar contra el extractivismo neocolonialista que nos llega desde el norte opulento con fuerza y constancia; no hay otra manera de lograrlo.

En la Comuna de Concepción y sus vecinas, hay mucho que podemos perder de modo irreversible si dos de los proyectos más agresivos que nos ha tocado enfrentar llegasen a materializarse: la minería de Tierras Raras a rajo abierto en la ciudad de Penco y una Ruta trazada por el pie de monte en un delicado tramo de 20 km de longitud de humedales continuos de las comunas de San Pedro de la Paz y Coronel.

No es verdadero lo que nos dice la propaganda a través de los medios de prensa escrita, radio y TV. Los mineros nos dicen que las Tierras Raras son necesarias para la electromovilidad, sí es verdad, sin embargo, lo que no dicen es que la electromovilidad está decayendo día a día [5]; tampoco que el mundo está en un proceso de colapso. Los amigos de las concesiones viales, léase del Ministerio de Obras Públicas, nos siguen diciendo y con majadería, que con la Ruta Pie de Monte (que se tambalea como estando en una cuerda floja), se acabarán las congestiones viales. Y eso no es efectivo porque las congestiones seguirán como siempre mientras no se corrijan las verdaderas causas que las provocan. [6]

A menudo escucho repetidamente frases como esta: “Ya no podemos hacer nada porque el proyecto lo van a hacer igual porque ya está todo cocinado”. Hacer caso de este derrotismo inaceptable es entregarse al enemigo sin luchar. Debemos tener siempre presente lo que expresó claramente la activista de Esquel, Viviana Moreno: “el extractivismo es incompatible con el respeto por los derechos humanos”.  

Nuestros vecinos orientales allende Los Andes nos han mostrado el camino del éxito. Por el mismo camino debemos transitar nosotros, con trabajo tesonero, fe y esperanza, todos unidos y sin claudicar. La única manera de ganar batallas es luchando hasta vencer. Con estrategia y constancia no podrán vencernos.

«No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo»

Galería de fotografías

Viviana Moreno

Marchas contra la minería en Esquel

Fuente de figura: https://www.elciudadanoweb.com/a-20-anos-del-plebiscito-no-a-la-mina-y-el-efecto-esquel-que-perdura-hasta-hoy/

Referencias:

[1] Fuente: https://www.pagina12.com.ar/534106-esquel-20-anos-del-no-a-la-mina

[2] https://cdsa.aacademica.org/000-008/899.pdf

[3] https://www.carbono.news/activismo/20-anos-del-historico-plebiscito-del-no-a-la-mina-en-esquel-y-una-lucha-inclaudicable-proteger-las-aguas-de-todo-chubut/

[4] http://congresoantropologia.cl/p07-del-plebiscito-al-estallido-20-anos-de-lucha-contra-la-mineria-en-el-chubut-argentina/

[5] https://noticiasinfodex.com/electromovilidad-recalculando/

[6] https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/c7b69c09-8fdb-4633-8950-05abc459c15c/content

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4 Comentarios en A 22 AÑOS DE LA GESTA DE ESQUEL [2]

  1. Los temas ambientales son y serán confrontacionales, No se puede tener doble estándar! Y la comunidad debe exigir las medidas de mínimo impacto de cualquier obra o actividad! Es Ley y la ciudadanía también es responsable.

    • Gracias por tu comentario.
      De acuerdo, así es. Sin embargo, muchos son inaceptables per se y hoy, más que nunca, como es el caso de la salmonicultura en Patagonia y la minería a rajo abierto, sin posibilidades de mitigación alguna ni de medidas de mínimo impacto, estas últimas, un oxímoron.

  2. Que buen artículo y que contrapunto tan grande en las reacciones de los argentinos con la de los chilenos de Penco y la región del BioBío, al menos hasta ahora, cuando está en pleno proceso la evaluación ambiental que hace el SEA del tercer intento de la minera Aclara en ocupar el territorio de Penco para su explotación. Muy buen trabajo de recopilacion Carlos, se agradece. ¡Ojalá sigueramos el ejemplo delos trasandinos!

    • Vale Antonio, gracias. Es la idea. Inspirarnos en nuestros vecinos y hermanos argentinos y seguir sus ejemplos de acción y organización.
      Tienen lejos harta más “polenta” que nosotros, los “chilenitos poca pila”.
      Saludos

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