«La injusticia en cualquier parte, es una amenaza a la justicia en todas partes».                                        

Martin Luther King

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Algunas Consideraciones Sobre el Desarrollo del País

Hasta aquí candidata y candidatos a la presidencia han dicho bastante poco respecto de las principales tareas que nuestra sociedad tiene que enfrentar en el corto y largo plazo.

Sin duda que las fuerzas democráticas y populares deben apuntar a mejorar las condiciones de vida de los chilenos, formulando un programa nítido que, al tiempo, de expresar los problemas más apremiantes de las mayorías, se haga cargo cabalmente de la estrategia de desarrollo del país, esto es, el crecimiento sostenido, cualitativo y sustentable.

Avanzar tras esos objetivos no es cuestión que se logre en plazo breve y sin un esfuerzo persistente del conjunto de la sociedad. De allí que es imprescindible establecer un horizonte de desarrollo cuyos objetivos permitan alcanzar posiciones más sólidas en el plano económico, social e institucional, sobre la  base de una estrategia en torno a la cual se ordenen las diversas iniciativas que es necesario llevar adelante.

Esas orientaciones deben apuntar a profundizar el intercambio internacional, a fortalecer y ampliar el mercado interno, a reducir los niveles de desigualdad y a elevar la calidad y eficiencia de la institucionalidad pública.

A partir de estas orientaciones corresponderá definir las tareas prioritarias que    se deberán emprender en infraestructura, energía, educación, capacitación de la mano de obra, comunicaciones, turismo, seguridad pública, energía, investigación e innovación tecnológica, en el plano institucional, etc.

Distraer energías de esas tareas fundamentales nos sitúa al filo de farrearnos la posibilidad de avanzar sostenidamente en el desarrollo de nuestra sociedad. En esta perspectiva es necesario privilegiar el ahorro y la inversión por sobre el gasto; fortalecer el sector productivo, promover la diversificación de la actividad industrial; utilizar los recursos naturales del país al servicio de todos los chilenos, así, restablecer el carácter público de las aguas.

Con vista a incrementar los recursos públicos es estratégicamente necesario llevar adelante la estatización de la gran minería del cobre en manos de capitales foráneos. De igual modo, establecer una empresa estatal de explotación del litio con carácter monopólico. Los requerimientos financieros del desarrollo hacen aún más necesaria adoptar estas decisiones.

Este curso estratégico amerita del concierto entre el estado, las empresas y los trabajadores, si se quiere alcanzar altos niveles de competitividad, consolidar las opciones alcanzadas, abrir nuevos mercados y alternativas para nuestros productos. 

A este respecto es preciso adoptar iniciativas que apunten a fortalecer el sector productivo, promover su diversificación y a un enérgico despliegue del sector industrial.

Una política más equitativa en la distribución de los ingresos se funda en la necesidad de avanzar hacia un desarrollo más armonioso de nuestra sociedad, condición indispensable para que el país y sus empresas sean más competitivas.

De allí que el propósito de mayores grados de “flexibilidad laboral”, cuyo único objeto es abaratar el costo de la mano de obra, constituye una amenaza a las potencialidades competitivas del país. De persistir altos grados de desconfianza y de tensiones las empresas se harán menos eficientes, lesionarán su productividad y la calidad de los productos.

Por el contrario, ante la necesidad de competir mejor, es clave el aumento sostenido de remuneraciones de los sectores asalariados. Se trabaja mejor si se está debidamente remunerado.

En este sentido, cabe afirmar que la competitividad de las empresas debe descansar, en lo principal, en la estabilidad social del país, en sus certezas institucionales y jurídicas, en las mayores destrezas de nuestra mano de obra, en la innovación y desarrollo tecnológico y en la propia eficiencia de las empresas.

Al mismo tiempo, es estratégicamente decisivo ampliar y fortalecer el mercado interno, incrementando los ingresos de los sectores medios y populares. A este respecto es clave sostener tasas altas de empleo en virtud de sus efectos positivos sobre la demanda lo que permite, a su vez, generar una dinámica que potencie el conjunto de las actividades económicas.

En función de ese objetivo es fundamental llevar adelante una política agresiva de promoción de las micro y pequeñas empresas, otorgando créditos estatales blandos y en condiciones flexibles de servicio de ellos, porque sus posibilidades de desarrollo están sujetas a la disponibilidad de soporte financiero fluido y de oportunos refinanciamientos operacionales. En la realidad, ninguna empresa puede desenvolverse con éxito si está ahogada financieramente.

Acá, sin duda, es clave considerar debidamente la magnitud del esfuerzo y la perseverancia que él requiere porque se trata de una tarea que no puede ser encarada  con las exclusivas fuerzas del pequeño productor y que, por consiguiente, requiere de un adecuado soporte estatal.

Estas orientaciones estratégicas debiera situarnos en términos más precisos y exigentes respecto de los asuntos educacionales. Si hemos de proponernos alcanzar tales niveles de intercambio en cuáles plazos, de ello resultará también la proyección de qué nivel de escolaridad requerirá el país, qué calidad del profesorado, contenidos y métodos pedagógicos, etc.

Es claro que “la educación” es un factor clave en el ascenso y movilidad social, pero antes que nada es esencial en términos de productividad, manejo de tecnologías y calidad de los productos. La tarea de mejorar la calidad de la mano de obra es asunto relevante.

Sin ir más lejos, la exigencia de un segundo idioma es inevitable tanto para el plantel profesional y técnico de las empresas orientadas al intercambio como para los trabajadores de ellas que manejan tecnología más avanzada o cuyas labores residan en los servicios que se prestan a los diversos flujos de visitantes extranjeros, especialmente al turismo.

Es también relevante elevar los niveles de la seguridad ciudadana en cuanto tiene directa relación con mejorar la calidad de vida de las personas y también desde el punto de vista de las actividades económicas si se pretende, por ejemplo, desarrollar extensivamente la industria turística.

En otro plano, las cifras de investigación son bajas y, además, los antecedentes indican que la investigación financiada por el estado no guarda una estricta relación con el tramado productivo del país. No se puede ser estratégicamente competitivos si nos limitamos sólo a adquirir conocimientos.

Acá, correspondería que el gobierno constituya un comité público-privado, que a plazo breve y fijo establezca criterios respecto de qué tipo de investigación requiere el desarrollo del país. Alcanzar aquí un consenso puede resultar significativo para impulsar esta área y facilitar sus requerimientos de financiación.

Es conveniente revisar el sistema de municipios y de regionalización a fin de incrementar su eficiencia y, en especial, profundizar las iniciativas para vincularlos más directamente en los procesos de intercambio, a partir de planes estratégicos en función de potenciar sus ventajas productivas y/o de la explotación intensiva de aquellos rubros transversales, como es el caso del turismo. Estos son los cimientos  en que se sostiene un real proceso descentralizador.  

Es necesario que el estado, más allá de sus funciones institucionales, ejerza una suerte de liderazgo en impulsar una estrategia de desarrollo se trata, como dice Eugenio Rivera en La Mirada Semanal, de “un estado emprendedor”, que no se limite sólo al ejercicio eficiente de sus facultades.

De modo general, se precisa de un tipo de estado más reducido pero de mayor calidad; menos “ingerente” en ciertos ámbitos pero con mayores facultades y eficiencia en su tarea fiscalizadora; menos asistencial y más promotor de emprendimientos; más ágil y menos burocrático-administrativo; y en algunas áreas, definitivamente propietario y “gestionador”.

La política de subsidios debe focalizarse, una cosa es que frente a situaciones de grave crisis económica, desastres naturales o pandemia, el estado aporte un subsidio a damnificados o personas en el límite de la sobrevivencia, pero cosa muy distinta es hacer del subsidio estatal al consumo una política permanente.

La asistencia estatal debe orientarse en prioridad hacia los sectores más vulnerables de la sociedad, esto es:  tercera edad e infancia.

Otro tipo de subsidios, como el habitacional, tienen un efecto “virtuoso” en la marcha de la economía, en cuanto demanda a diversos rubros, con efectos positivos sobre el empleo y las remuneraciones. Así, en general, por un período no breve, los egresos fiscales deben orientarse en prioridad a la inversión a fin de potenciar y dinamizar las actividades productivas.

En suma, es necesario subrayar que la estrategia de desarrollo debe sostenerse por un período prolongado, en esta perspectiva es preciso apuntar a generar un “clima virtuoso”, exento de toda demagogia, tras el sentido de un país que se propone como horizonte hacer las cosas del mejor modo posible para responder adecuadamente a los desafíos que nos están planteados, es necesario convocar a trabajar “más y mejor” y a que ese trabajo sea debidamente remunerado.

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3 Comentarios en Algunas Consideraciones Sobre el Desarrollo del País

  1. El señor Carlos Bonifetti ha formulado una interesante
    observación a un artículo publicado en La Ventana
    Ciudadana. El concepto que él critica afirma que “la estrategia
    de desarrollo del país, esto es, el crecimiento sostenido,
    cualitativo y sustentable”…Más adelante se afirma que esa
    estrategia debe sostenerse por un “período prolongado”.
    El señor Bonifatti sostiene que :” Crecimiento sostenido es
    intrínsicamente NO sustentable, que el planeta Tierra, finito
    como es, ya no admite más crecimiento…quien cree que el
    crecimiento económico puede seguir para siempre…es un
    loco o un economista”.
    El concepto de desarrollo está tomado del diccionrio que
    señala : ”Crecimiento de un organismo; progreso cualitativo y
    duradero de la economía de un país o de una empresa”.
    Ahora, por cierto que hasta aquí todo es ”finito”, y lo que se
    plantea es una estrategia que debe alcanzar determinado(s)
    objetivo(s), luego de lo cual habrá que establecer nuevo(s)
    horizonte(s) estratégico, todo lo cual reafirma que el asunto
    debe tener un punto de partida y otro de llegada o finito.
    Estas afirmaciones están referidas a un país que no alcanza
    el “desarrollo”, que tiene un amplio camino de crecimiento,
    además, necesario para los sectores que padecen altos
    niveles de desigualdad, considérese tan solo lo que se debe
    y puede crecer en el plano de la construcción habitacional.
    En el artículo referido se sostiene que los “egresos fiscales
    deben orientarse en prioridad a la inversión”, lo que podría
    considerarse un criterio“economicista”, pero a mi juicio se
    deben considerar una inversión los recursos públicos que se

    orientan a elevar la calidad de la educación y salud que, entre
    otras ventajas, son factores claves en potenciar y dinamizar
    las actividades productivas.
    Por cierto que hay y habrán límites parciales y/o absolutos al
    crecimiento, de allí la necesidad que éste tenga un carácter
    cualitativo, especialmente en el ámbito medio ambiental.
    En suma, las diversas áreas del crecimiento tienen un límite
    que, se puede ampliar, relativamente, en cuanto el desarrollo
    tecnológico genere medios que impidan la explotación
    irracional de recursos y permitan un crecimiento sustentable.
    Fernando Avila I.
    27-octubre-2021

    • Al parecer no se ha entendido bien mi objeción a lo que usted planteó, don Fernando. En primer lugar la aseveración sobre que el crecimiento permanente es imposible en un «mundo finito», como es el planeta Tierra, no es mía -aunque la comparto absolutamente- sino del economista inglés Kenneth Boulding (1910-1993) quien fue presidente de la ‘American Economic Association’ y de la ‘American Association for the Advancement of Sciences’. Otros científicos y pensadores han dicho lo mismo, entre ellos Edgar Morin, James Lovelock y Manfred Max Neef.
      Insisto en mi observación, el único camino que le queda a la humanidad es el del Desarrollo -que como bien dijo Manfred Max Neef, «no necesariamente precisa de crecimiento-, e ir por un camino de de-crecimiento con la meta de alcanzar el CRECIMIENTO = 0, lo más pronto posible. Lo invito a revisar otras columnas de esta Ventana Ciudadana que tratan con mayor profundidad estos temas. Recomiendo los artículos de Ugo Bardi sobre sus enfoques acerca del destino de la humanidad, la crisis climática y los ciclos de enfriamiento y calentamiento que ha sufrido la Tierra a través de su evolución; además de bien desarrollados, son muy amenos y entretenidos.
      Carlos Bonifetti Dietert
      29 de octubre de 2021

  2. Interesante el artículo. Sin embargo hay algo que no me cuadró en ese párrafo donde usted dice …»la estrategia de desarrollo del país, esto es, el crecimiento sostenido, cualitativo y sustentable.» Y esto porque a mi juicio, y la luz del certero cumplimiento -hasta hoy- de las proyecciones graficadas en la Fig. 35 del informe «Los Límites del Crecimiento», queda ya meridianamente claro que el crecimiento sostenido es intrínsecamente NO sustentable, teniendo claro eso sí, el significado de sustentabilidad y que el planeta Tierra, finito como es, ya no admite más crecimiento, lo que estamos viendo desde hace harto rato. Entre otros, ya lo dijo taxativamente Kenneth Boulding: «Quien cree que el crecimiento económico puede seguir para siempre en un mundo finito, es un loco o un economista». Me parece que la cosa está más que clara.

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