«Es el hombre quien envenena el Universo. Ensucia su propio nido. Solo los seres humanos profanan».

David H. Lawrence

 

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BUENAS NOCHES

Gladys Semillán Villanueva

Embajadora por la Paz de las Naciones Unidas por la Letras UNILETRAS. Ave viajera de Semillas para la Juventud Primer Premio Internacional de Dibujo, otorgado por U.F.P. Argentina.

Desde Castelar, Argentina

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BUENAS NOCHES

Despedirse con esta suerte de expresión mágica.

Llego la noche.

Nada termina.

Sólo un espacio de tiempo aparte de todo.

¿Creemos?

Posiblemente sí.

De todo aquello que no deseamos continuar en ese lapso

En que las horas nos separan de la realidad

para entrar en el profundo misterio del sueño.

Allí vagando en lo desconocido.

En esa maraña de cosas insólitas que no comprendemos

y muchas veces no recordamos.

Se esfuman de la memoria, pero dejan una inquietud desconocida.

Avidez de saber.

¿Por qué ese sueño?

Paisajes, gentes, voces, diálogos, esa

loca fusión de lo que no entendemos y nada tiene que ver con nuestra realidad.

¿Seguro nada que ver?

Esta en nosotros.

Es nuestro cuerpo.

Nuestro pensamiento.

Nuestros sentimientos.

Pero que nos pasa.

Estamos atrapados.

El sueño arribó.

Inertes, desprotegidos, el otro sueño avanza.

Ese que jugará impiadoso con el descanso y nos llevará

por ámbitos desconocidos y será a su antojo triste, doloroso o bueno.

Y me enfrentó.

Allí estaba mirando cómo mi cuerpo se movía desesperadamente

tratando de cubrir un ventanal para no ver el cielo que se iba retorciendo

en una tormenta brutal que se gestaba en la altura.

Embrutecidos nubarrones bajando, intentando con su intensidad

anular la belleza de los árboles.

Relámpagos como lenguas de fuego y el sonido agobiado del viento queriendo

sofocar los rugidos de los truenos.

Tormenta seca.

El agua ausente.

Tal como hombres enardecidos en una cruel contienda.

Sin razón

Sin motivo.

Sólo con el propósito de dañar.

Sin importar que angustia causarán con su conducta.

De pronto creí que un rayo me alcanzaba.

Salté.

No se hacia dónde.

Desperté.

Estaba en el borde de la cama.

Angustiada.

Me faltaba el aire.

Corrí a la ventana,

necesitaba comprobar que pasaba afuera.

Sosiego.

La luna estaba entre las ramas de mi árbol centenario.

Erguí el cuerpo.

Respire hondo.

Qué sufrimiento.

¿Qué me llevé al sueño?

Ah…Dios…

Había leído las ultimas noticias

sobre los rehenes que tienen los terroristas.

No los nombro, se conocen, se padecen.

El deseo de…buenas noches…

Buenos sueños…

Siempre y cuando ellos quieran.

Y mi caja craneana con su conteniendo lo permitan.

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Gladys Semillán Villanueva

Argentina

Octubre 23, 2024

D.R.A.

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