
¿Qué haremos ahora sin hidrógeno verde?
Les “están aguando la fiesta” a los hidrogenistas chilenos, a partir de las recientes conferencias del experto de temas de energía Michael Liebreich, de Bloomberg y CEO de Liebreich Associates, que comentó en su ponencia reciente en el Hotel W de Santiago: “La UE dice que tendrá 20 millones de toneladas de hidrógeno a 2030, 10 millones importados de Chile, Namibia, Australia, Arabia Saudita, EE. UU., de donde sea, y otras 10 millones producidas en Europa. Tendrán suerte si llegan a 2 millones de toneladas”; y del estadounidense Robert Bryce, en energía, que informó: «El hidrógeno verde, hidrógeno azul, es una ilusión, una tontería». [1]
El chileno Claudio Seebach, actual decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la U. Adolfo Ibáñez (UAI ligado al sector energético nacional y defensor del H2v, también abordó las dudas que han surgido sobre su viabilidad en el mundo y en la apuesta que ha hecho Chile con él, expresando: “las complejas señales en torno al hidrógeno más que preocupantes, sinceran una realidad«. Donde se equivoca es al decir: […] “el hidrógeno verde es esencial para avanzar hacia una economía con bajas emisiones de carbono. […] este combustible producido mediante electricidad de fuentes renovables, tiene el potencial de descarbonizar usos finales de energía en sectores donde la electrificación directa es menos viable”.
Eso no tiene asidero pues las fuentes renovables (eólica y solar fotovoltaica) para la fabricación de sus componentes, su implementación y su posterior renovación al término de su vida útil, dependen casi 100% de combustibles de origen fósil (carbón, petróleo y gas natural); en otras palabras, se puede asegurar que sin los combustibles fósiles no puede haber ni renovables ni hidrógeno verde. Mal puede, entonces, pretenderse con él descarbonizar la matriz.
Seebach también expresó, a mi juicio erróneamente: […] “Chile no debe frenar sus planes en torno al hidrógeno verde. Pausa no es la palabra […]. No podemos permitirnos ninguna pausa».
Por tanto, lo más saludable es no darle más vueltas a este ineficiente vector energético y abandonar definitivamente los tozudos intentos de seguir persiguiendo una ilusión imposible. Así como funciona la Ley de la Gravedad, también funcionan las Leyes de la Termodinámica y no es posible violarlas, especialmente la Segunda Ley, que en palabras simples y en términos futbolísticos se puede expresar así: “Nadie gana, tampoco empata y lo grave es que no se puede dejar de jugar”. [2]
Remito aquí, nuevamente al breve relato sobre el hidrógeno verde y la advertencia acompañante, extractados de una entrevista al ingeniero español Pedro Prieto. He aquí el extracto: https://www.youtube.com/watch?v=EzYMtKP3of4
Como lo he expresado tantas veces en otros artículos, ante las crisis y el proceso de colapso por el que el que está pasando la humanidad y el planeta Tierra, solo nos cabe bajar las revoluciones, tranquilizarnos y comenzar a pensar –con la cabeza– como nos vamos por el camino del decrecimiento [3].
Fuente de figura: https://www.uc.cl/noticias/el-futuro-es-verde-en-hidrogeno/
Referencias:
[1]https://www.emol.com/noticias/Economia/2024/10/18/1145965/hidrogeno-verde-claudio-seebach.html
[2] https://laventanaciudadana.cl/cuanto-es-suficiente/
[3] https://laventanaciudadana.cl/ha-llegado-la-hora-de-comenzar-a-decrecer/
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