¿Cómo nos preparamos para la Inclusión? Desarrollo de la “Inteligencia Inclusiva”.
Estamos tan acostumbrados, desde pequeños a discriminar a aquel que es diferente a la mayoría, a dejar de lado al que piensa distinto e incluso a atacar al otro por que no tiene el mismo punto de vista, sentimiento o fe, que yo. Descalificamos las expresiones de libertad de pensamiento de aquellos que no tienen los mismos estilos de vida, sin embargo celebramos las manifestaciones que representan públicamente nuestros ideales. ¿Qué significa vivir en sana convivencia, en una sociedad más evolucionada, que se respeta y aporta de forma creativa y eficiente al desarrollo de todos?.
Aprender a trabajar con una “Mentalidad Inclusiva”, implica re-aprender una nueva forma de trabajar e incluso de vivir y de cómo nos relacionamos unos con otros. Hoy, existen leyes de convivencia escolar, inclusión laboral y de no discriminación, que están lentamente modelando una sociedad más inclusiva. Pero, ¿qué hacemos mientras vivimos el cambio? ¿Cómo nos adaptamos a nosotros mismos y a nuestros equipos de trabajo?.
Desde el punto de vista Educacional, la ley sobre violencia escolar promulgada el 2011, impulsa un sistema de gestión, al interior de cada colegio, que se orienta por una parte, a resolver situaciones críticas entre los estudiantes, pero principalmente para desarrollar las competencias de la Tolerancia, el Respeto y la Asertividad entre los estudiantes; cuando existe un conflicto, el sistema educacional a través de los protocolos de convivencia, se les enseña a los niños y niñas a resolver sus diferencias y conflictos, de manera Conversacional y Empática, entendiendo el Sentir y la Razones del otro. Y ¿Qué hacemos los adultos? Junto con el aprendizaje de convivencia que están recibiendo nuestros hijos, nosotros los adultos, tenemos que llevar adelante un aprendizaje acelerado de convivencia en nuestros propios entornos laborales, ya que, de acuerdo a la ley de inclusión del trabajo, todas las empresas con más de 100 empleados, deberán incorporar el 1% de empleos, con personas con discapacidad de todo tipo, a sus equipos de trabajo (www.gob.cl).
Cuando se anunció la promulgación de la Ley de Inclusión, se reportó que las empresas que se atreven a actualizar sus culturas organizacionales para ser inclusivos, son empresas que desarrollan la capacidad creativa de sus colaboradores, la cual bien orientada, se ha demostrado que genera incluso aumentos en la productividad.
Cada vez que nos enfrentamos a un cambio organizacional, necesariamente realizamos un cambio en las personas que lo componen. Son las personas y no las máquinas quienes necesitamos aumentar nuestra Inteligencia Inclusiva, es decir nuestra capacidad para relacionarnos de forma efectiva con diferentes tipos de personas, ser flexibles y aprovechar las oportunidades que nos brindan.
El trabajo que está desarrollando la Psicóloga chilena Andrea Squadritto, desarrolla la ponencia sobre la discriminación en el proceso de Selección de Personal en las empresas, y de la necesidad de sensibilizar las áreas de Recursos Humanos para impulsar culturas de trabajo que desafíen los prejuicios de estereotipos que afectan la posibilidad de acceso al mundo laboral, debido al Género, Etnia, Religión, personas con estado de situación de Discapacidad, etc., quienes a pesar de tener las competencias requeridas para el cargo, son discriminados. Andrea nos plantea que “Sensibilizar y tomar conciencia de éstas barreras discriminatorias, es el primer paso para poder generar trabajos colaborativos, con equipos diversos y diseñar políticas, prácticas y procedimientos que permitan aumentar la posibilidad de inserción al mundo laboral y donde lo que prime sean las competencias y habilidades de las personas para desempeñarse en igualdad de condiciones”.
¿Qué opinan ustedes? Tenemos un gran desafío por delante, no me cabe duda que lo lograremos.
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