
Comprendiendo las campañas electorales (Parte IV)
La Parte III sobre las campañas electorales en el derecho electoral mexicano explicaba aspectos de las bases jurídicas de las campañas electorales, centrándonos en la Constitución Federal. En esta última parte proseguiremos con las bases jurídicas en la legislación electoral vigente.
El artículo 233, primer párrafo, del abrogado Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) que a la letra decía: “La propaganda y mensajes que en el curso de las precampañas y campañas electorales difundan los partidos políticos se ajustarán a lo dispuesto por el primer párrafo del artículo 6° de la Constitución”. Quedando manifestado que la campaña electoral si conlleva, al mismo tiempo, libertad de expresión interrelacionada la de imprenta.
Hoy en día, la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE) consideran apropiado hacer alusión a los dos preceptos de nuestra Carta Magna; esto se verifica en los artículos 246, segundo párrafo y 247, primer párrafo:
Artículo 246. […] La propaganda que en el curso de una campaña difundan por medios gráficos los partidos políticos, las coaliciones y los candidatos, no tendrán más límite, en los términos del artículo 7o. de la Constitución, que el respeto a la vida privada de candidatos, autoridades, terceros y a las instituciones y valores democráticos.
Artículo 247. La propaganda y mensajes que en el curso de las precampañas y campañas electorales difundan los partidos políticos se ajustarán a lo dispuesto por el primer párrafo del artículo 6o. de la Constitución…
Del mismo LGIPE encontramos la definición legal de campaña electoral en el artículo 242, párrafos primero y segundo, como a la letra dice:
La campaña electoral…es el conjunto de actividades llevadas a cabo por los partidos políticos nacionales, las coaliciones y los candidatos registrados para la obtención del voto.
Se entiende por actos de campaña las reuniones públicas, asambleas, marchas y en general aquéllos en que los candidatos o voceros de los partidos políticos se dirigen al electorado para promover sus candidaturas.
Vemos claramente cómo se vincula la propaganda dentro de la campaña electoral, de la misma manera vemos complementado con la estrategia de campaña en el mismo artículo, cuarto párrafo, de la ley en comento que literalmente regula lo siguiente: “deberán propiciar la exposición, desarrollo y discusión ante el electorado de los programas y acciones fijados por los partidos políticos en sus documentos básicos y, particularmente, en la plataforma electoral que para la elección en cuestión hubieren registrado”.
Es de sumo interés que en relación a la fiscalización y regulación de los gastos de campaña se incluyen tanto al LGIPE como en la Ley General de Partidos Políticos (LGPP). Es más detallada en la segunda legislación electoral complementaria donde deben rendir cuentas de todo aquello que van a emplear, tanto propaganda electoral como sus estrategias, durante la campaña electoral, en concordancia con los artículos 75 en delante de la LGPP.
Finalmente, ¿qué se pretende alcanzar en su reconocimiento legal de las campañas electores? Juan Pablo Navarrete nos da una respuesta sobre este apartado: […] se encuentra que una campaña electoral es el mecanismo por el cual, candidatos y partidos compiten por el poder político. Ésta incluye una serie de actividades formales, legales, organizativas y comunicativas. No obstante, dichos aspectos no son excluyentes, más bien pueden agregarse otros. La campaña representa el esfuerzo de candidatos y dirigentes del partido para que la mayor cantidad de votantes elijan la propuesta y plan de gobierno de un partido en particular (Partidos políticos y campañas electorales, 2012, página 90).
En pocas palabras, podemos notar que las campañas electorales tienen un sustento doctrinal y legal que buscan erradicar la improvisación sobre el tema; de no diseñarse de forma estructural y con recursos (humanos, materiales y financieros) deficientes, generarían directrices sin rumbo o el fracaso total para alcanzar un cargo público de elección popular (Lauro Rubén Rodríguez, Manual básico para el diseño de una estrategia de campaña política, 2016).
En mi opinión, es muy acertado que el proselitismo y las estrategias de campaña sean el soporte necesario para operar correctamente a las campañas electorales donde requieran un compromiso verdadero en tomar decisiones para hacer un buen papel frente a sus contrincantes en la posibilidad de ganar las elecciones.
Queda evidenciado que una campaña electoral requiere de una normatividad para limitar el ejercicio y establezca restricciones en caso de quebrantarlos; la base constitucional se radica en la libertad de expresión tanto oral como escrita, además constituye uno de los pilares para el partido político; se encuentra incluida en la LGIPE y en la rendición de cuentas de su empleo por la LGPP.
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