«Aquellos o aquellas que creen que la política se desarrolla través del espectáculo o del escándalo o que la ven como una empresa familiar hereditaria, están traicionando a la ciudadanía que espera de sus líderes capacidad y generosidad para dar solución efectiva sus problemas.»

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De igualdad

Andrés Cruz Carrasco

Abogado. Doctor en Derecho (Universidad de Salamanca). Magister en Filosofía moral (Universidad de Concepción). Magister en Ciencias Políticas, Seguridad y defensa (ANEPE). Máster en Política Criminal (Universidad de Salamanca).

Para entender que es la desigualdad debemos tener al menos una idea de lo que es la igualdad. Según Luigi Ferrajoli, un primer fundamento de este principio de igualdad radica en que somos diferentes. Una diferencia que surge de la diversidad de las identidades personales. Un segundo fundamento radica en que somos desiguales en el sentido que tenemos distintas condiciones materiales de vida. La consagración de un principio de igualdad es necesaria entonces por cuanto hay que tutelar las diferencias e impedir las desigualdades económicas y materiales. De este modo propendemos a alcanzar como fin una convivencia pacífica y la legitimación democrática del sistema político.

Esta igualdad está constituida por una serie de derechos fundamentales de carácter universal y que contrariamente a los derechos patrimoniales (como la propiedad) son indisponibles en el mercado, ya que nadie puede privarse de ellos. Así, somos iguales porque existe un derecho a la libertad, hay derechos civiles y derechos políticos que se derivan del reconocimiento de nuestras diferencias y también tenemos los derechos sociales (a la salud, a la educación, a la subsistencia, a la seguridad social) que son derechos contra la desigualdad. Las libertades de conciencia, de pensamiento, la libertad religiosa y de prensa, el derecho de asociación y de reunión, tienden a tutelar las diferencias y los derechos sociales tienen por objetivo la eliminación o al menos la reducción de las desigualdades económicas.

El principio de igualdad deviene en una consecuencia del reconocimiento, en primer lugar, de la dignidad de todos los seres humanos. Para Kant: “lo que tiene precio no tiene dignidad y, viceversa, lo que tiene dignidad no tiene precio”. En segundo lugar, de la aceptación del sistema democrático como modelo político y del mantenimiento de la paz y orden social, ya que sólo por este principio podemos levantar una institucionalidad que reconozca la diversidad y supere los derroteros que impidan su desenvolvimiento pleno. Cuando se reducen las garantías de los derechos que son constitutivos del principio de igualdad se produce una crisis del sistema democrático, ya que lo que se está afectando en definitiva es la igualdad en los derechos políticos, al concentrarse en un pequeño grupo el ejercicio del poder, impidiendo se vivan las libertades civiles y suprimiendo la posible optimización de los derechos sociales, consagrándose una casta de privilegiados que harán lo posible por mantener incólume el modelo que impide se despliegue la energía del principio de igualdad en sus diversas manifestaciones.

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