
EDITORIAL. Crecer o decrecer
La humanidad ha llegado a una encrucijada: se han sobrepasado seis de los nueve límites planetarios clave para la estabilidad de la Tierra e indispensables para la sostenibilidad del desarrollo de los países, termino que no debemos confundir con crecimiento.
Los nueve límites son: Cambio climático, uso de agua dulce, uso de suelo, pérdida de biodiversidad, ciclo del nitrógeno y fósforo, contaminación química, destrucción de la capa de ozono, acidificación de los océanos, aerosoles atmosféricos.
Seis de los nueve límites planetarios ya han sido superados los seis primeros y los tres últimos aún están en campo favorable pero no podemos descuidarnos sus límites están muy cerca.
Tanto los recientes estudios científicos actualizados en el marco de los límites planetarios demuestran ineludiblemente que las actividades humanas son las responsables de desatar los cambios drásticos en las condiciones generales de la Tierra que estamos comprobando todos los días. Ya estamos llegando o hemos llegado ya a los límites del crecimiento determinados en el famoso estudio del MIT de 1972, “Los límites del crecimiento”, encargado por el Club de Roma.
En de mayo de 2023 se realizó en la sala de plenarios de la sede del Parlamento Europeo, en Bruselas, un evento cumbre denominado «Más Allá del Crecimiento – 2023», con más de 4 mil participantes, organizado conjuntamente por veinte eurodiputados de cinco grupos políticos diferentes y más de sesenta organizaciones asociadas.
Las ponencias y el debate en la conferencia llegaron a conclusiones que conducen a que el desarrollo debe cambiar de rumbo hacia responder a las expectativas concretas de los conciudadanos, tanto europeos como de todo el mundo. La conclusión concreta es la urgente necesidad de diseñar vías para vivir bien dentro de los límites sociales y medioambientales. Y como los límites planetarios están sobrepasados, como señalamos al comienzo, no es ya posible seguir predicando el “crecimiento” y, en cambio, comenzar a preocuparnos del “decrecimiento”. Muchas organizaciones mundiales están en ello.
El mundo ya no está para fantasías como eso de “ser grande otra vez”. El dilema entre crecer y decrecer va en serio y es indispensable tomarlo en serio en nuestro país, aunque no les agrade a ciertos economistas.
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