«No podemos resolver la crisis climática sin cambiar nuestra relación con la naturaleza y con nosotros mismos.»

Naomi Klein.

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EL ESTALLIDO SOCIAL Y LAS VIOLACIONES A LOS DDHH

Maroto

Desde Canadá.

Las violaciones a los DDHH ocurridas en Chile en estas últimas semanas son una triste y dolorosa verdad, que resulta imposible  negar.

La ONU hizo entrega el 13 de diciembre del informe preparado por la ACNUDH. Sus principales conclusiones pueden resumirse en:

  • “Desde mediados de octubre, la mayoría de quienes han ejercido el derecho a manifestarse en las calles  lo han hecho de manera pacífica. Sin embargo, ha habido numerosos ataques contra miembros de las fuerzas de seguridad y sus instalaciones.”
  • “De la información recopilada por la ACNUDH, hay razones fundadas para sostener que, a partir del 18 de octubre, se han producido un elevado número de violaciones graves a los derechos humanos.”
  • “Estas violaciones incluyen el uso excesivo o innecesario de la fuerza que resultaron en la privación arbitraria de la vida y en lesiones, la tortura y malos tratos, la violencia sexual y las detenciones arbitrarias”.
  • “Ciertas violaciones a los derechos humanos, en particular el uso indebido de armas menos letales y los malos tratos, son reiteradas en el tiempo, en el espacio y con respecto a quienes son los supuestos perpetradores y las víctimas”.
  • “Carabineros utilizó fuerza no letal cuando la manifestación fue pacífica, con el objetivo aparente de dispersar la manifestación o evitar que los participantes llegaran al punto de reunión”.
  • “Hay razones fundadas para sostener que ha habido un uso desproporcionado y a veces innecesario de armas menos letales, en particular escopetas antidisturbios pero también gases lacrimógenos, utilizados a corta distancia”.
  • “El número alarmantemente alto de personas con lesiones en los ojos o la cara da cuenta de esta grave violación. Preocupa en particular la utilización de perdigones que contienen plomo”.
  • “Las mujeres, las niñas y las personas LGBTI han sufrido formas específicas de violencia sexual (incluida la desnudez forzada), principalmente relacionadas con las detenciones”.
  • “Adolescentes y jóvenes constituyen la mayoría de las presuntas víctimas de violaciones a los derechos humanos y se han visto especialmente afectados”.
  • “Las personas defensoras de los derechos humanos, incluido el personal del INDH, periodistas y las y los trabajadores de la salud han sufrido restricciones a su trabajo, así como represalias por el desempeño de sus funciones”.
  • “Las medidas adoptadas por parte de las autoridades no fueron eficaces, expeditas y oportunas para minimizar el riesgo para las personas”.

Estas conclusiones vienen a ratificar las denuncias incluidas en los informes de Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW), dados a conocer el 21 y 26 de noviembre pasados, respectivamente.

Los tres informes antes mencionados coinciden en que a partir del 18 de octubre se ha observado en Chile un alto y grave nivel de violencia por parte de agentes del Estado; violencia que ha sido reiterada, indiscriminada y desproporcionada. Los informes también concuerdan en la inoperancia del Gobierno para hacer frente y poner freno de manera efectiva a las graves acciones en que han incurrido los agentes del Estado.

Frente a estas denuncias y en una muestra de su falta de voluntad por priorizar este tema, el ejecutivo y algunos sectores de la ciudadanía han relativizado las conclusiones de estos informes, calificándolos de irresponsables (informe AI), apresurados (informe HRW) y basados en algunas fuentes no verificadas (informe ACNUDH). Se ha acusado también a estos informes de ser manipulados por la extrema izquierda y el comunismo (informe AI) y carecer del rigor necesario al no esperar el término de las investigaciones judiciales actualmente en curso (informes HWR y ACNUDH).

El último informe del INDH del 12 de diciembre da cuenta de 3.461 personas heridas, dentro de las cuales se incluyen 256 niños y niñas; 1.986 personas heridas por disparos, 1.555 de las cuales sufrieron heridas por perdigones; 357 personas con heridas oculares, 23 de las cuales han sufrido estallido o pérdida de globo ocular; 194 casos de personas víctimas de acoso o violencia sexual en comisarías; y 1.434 vulneraciones de derechos en recintos policiales.

¿Cuánto más sufrimiento tendrá que ocurrir en nuestro país para que la condena a las violaciones de los derechos humanos sea sinceramente unánime? ¿Cuánto más dolor tendremos que observar para que dejemos de relativizar estos graves hechos? ¿Cuánta más evidencia tendrá que ser puesta frente a nuestros ojos para que dejemos de cuestionar lo incuestionable?

Las violaciones a los derechos humanos son inaceptables, siempre. Sin excusas. Sin justificaciones. Su condena es un imperativo ético que no acepta dobleces.

“Debemos siempre tomar partido. La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima. El silencio ayuda a quien causa tormentos, nunca al atormentado”. Cuanta verdad en estas palabras del Premio Nobel de la Paz, Elie Weisel.

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