
LAS BUENAS HORAS
Desde Castelar, Argentina
… Ya que vamos a andar sueltos ¿no te animas a ir a tomar algo?…
Sugeriste,
y me pareció oportuno.
Recuerdos, música.
Tu vida en tiempos en que el canto hacía de tus días lo distinto.
La vida que pasó, pero no se fue,
está,
palpita.
Regresa,
y nos toma de la mano, aunque el agua haya seguido corriendo.
Entonces, aún con los ojos cerrados vemos…
«El caserón de tejas» y todo el poema que se cantó
en ese tango con tu voz cobrando vida y vuelve a ponernos jóvenes,
románticos y nostálgicos.
Pero esta tarde, vi un paisaje no olvidado pero dejado un tiempo de costado.
Acaso, porque vibramos en la misma cuerda se dio y me dije…debo atrapar
aquellas horas y
convertirlas en horas buenas.
Desde la mesa del té jugaban entre tú y yo,
suspendido el tiempo de alegría,
ignorando que nos íbamos a cruzar.
Ahora busqué otros paisajes que me atraparon así.
Los encontré.
Pero estoy sola en ellos.
Bueno, tal vez.
Creo que debía hallarlos para darte a conocer otros sonidos,
otros soles, otras lunas
Sin moverme, el milagro de la memoria concediendo visiones
que alegraron mi vida y siguen latiendo.
La vida, que regalo.
Está frente a mí.
Me mira,
y le digo …sí, vayamos juntas construyendo, sacando malezas.
Sembrando en surcos dolidos para que se sientan vivos, útiles,
no importa por cuánto tiempo.
Pero que el resultado sea glorioso.
¿Por qué temer?
Si igual partiremos, pero que sea lo más espléndido posible
de tal suerte
que desconcertemos a la muerte…
y dude…
Es de noche.
El Sol y la Luna ya se cruzaron y se besaron.
Yo me quedé con ese beso,
te lo presto.
***
Gladys Semillán Villanueva
Argentina.
Abril 10, 2025
D.R.A
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