¡Muchas razones por las que necesitamos más ballenas! [*]
2.2.2.1 Biodiversidad mejorada y potencial evolutivo
Los SE (Servicios Ecosistémicos) de biodiversidad mejorada y potencial evolutivo, y producción primaria mejorada, están interrelacionados. A través del servicio ecosistémico de apoyo del ciclo de nutrientes, a través de abundantes liberaciones de hierro de las heces de ballena y nitrógeno de la orina y los penachos fecales, se produce una mayor producción primaria, incluyendo floraciones extendidas de fitoplancton (Lavery et al., 2010 ; Lundsten et al., 2010 ; Roman y McCarthy, 2010 ; Roman et al., 2014). Además del encuentro y afloramiento de las corrientes oceánicas, el movimiento físico de los animales en la columna de agua, especialmente los animales más grandes como las ballenas, contribuye a una distribución más amplia de nutrientes y oxígeno en el agua, lo que lleva a una mayor producción primaria (James et al., 2017). Las áreas ricas en producción primaria también tienden a estar asociadas con una abundancia de presas y, por lo tanto, suelen tener mayor biodiversidad. Por el contrario, las áreas marinas que han sufrido pérdidas de grandes ballenas se han asociado con cascadas tróficas, lo que ha llevado a la disminución de las poblaciones de muchas otras especies, como las nutrias marinas, los bosques de algas marinas y las aves rapaces (Wilmers et al., 2012 ; Roman y otros, 2014). Además, los cadáveres hundidos de grandes ballenas, de caídas de ballenas, proporcionan un importante hábitat en aguas profundas para más de 100 especies que pueden considerarse especialistas en caídas de ballenas (Smith et al., 2019). Es probable que la pérdida de estos hábitats como resultado de la caza comercial de ballenas haya tenido un gran impacto en la diversidad de especialistas en caídas de ballenas en áreas donde las ballenas han sido cazadas durante siglos.
2.2.2.2. Regulación del clima (secuestro de carbono)
A lo largo de su vida, las ballenas contribuyen a la eliminación de carbono de la atmósfera mediante la acumulación de grandes cantidades de carbono en sus cuerpos (Smith y Baco, 2003 ; Roman et al., 2014 ; James et al., 2017). Después de la muerte, las ballenas se hunden en el fondo del océano. Las llamadas «caídas de ballenas» provocan la retención de contenido de carbono orgánico en el fondo del mar. Smith y Baco (2003) informaron que el cadáver de una ballena gris de 40 toneladas puede aportar un nivel de contenido de carbono orgánico equivalente a alrededor de 2.000 años del flujo de fondo. Además, un estudio de Pershing et al. (2010) informó que restaurar las poblaciones de ballenas barbadas a los niveles previos a la caza de ballenas eliminaría 1,6 × 105 toneladas de carbono cada año a través de las caídas de ballenas.
Fuente: 16.09.2023, desde el blog de Ugo Bardi “The Proud Holobionts” (“Los Orgullosos Holobiontes”), autorizado por el autor.
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