
POR LA CONVERSACIÓN O LA FUERZA
“La dictadura se presenta acorazada porque ha de vencer. La democracia se presenta desnuda porque ha de convencer”
Antonio Gal
1. La pedagogía de la historia
En países que han sido sometidos a prolongados periodos de regímenes dictatoriales subsiste, por largo tiempo, una tenaz interrogante sobre la capacidad de la democracia recuperada para estabilizarse como tal, cuando debe atravesar situaciones de estrés social, ya sea por razones económicas, sociales, políticas, de orden público, o de cualquier combinación de éstas, que parecieran generar un contexto anómico, caótico o de franco desgobierno.
Pero esta pregunta no es nueva en la historia y para no ir muy lejos hacia atrás proponemos partir en la medianía del siglo recién pasado. No cabe duda que la Segunda Guerra Mundial cambió la estructuración del mundo en muchos sentidos, siendo uno de ellos – como era esperable – la forma de entender y de buscar la anhelada Paz.
De hecho, tras la devastación de esta guerra y apenas terminada ésta, el 26 de junio de 1945 se convocó, en San Francisco, una Conferencia de las Naciones para debatir sobre cómo acordar nuevo ordenamiento Internacional y, con tal propósito, se firmó una Carta que dio nacimiento a la Organización de las Naciones Unidas, que empezó a funcionar oficialmente el 24 de octubre de ese mismo año, constituida como una organización de Estados soberanos, afiliados voluntariamente, para colaborar en la preservación de la paz mundial, la promoción de la amistad entre todas las naciones y apoyar su progreso económico y social.
Sin embargo, tuvo que pasar bastante agua bajo los puentes recién desplegados, incluyendo el dramático proceso de “pasada de cuenta” de los Juicios de Núremberg, antes de iniciar las conversaciones sobre lo que había que hacer para reconstruir las bases de un nuevo modo de relacionarse entre los países beligerantes, conversaciones que finalmente se llevaron a cabo entre julio de 1946 y febrero de 1947, en el marco de lo que se conoció como el “Tratado de París de 1947”, que definió las condiciones bajo las cuales las naciones intentarían convivir en el futuro.
Es imaginable que dichas conversaciones no fueron nada fáciles, entre otras cosas, porque las contrapartes poseían poderes y facultades muy desiguales, ya que unos eran los triunfantes y, otros, los derrotados. De hecho, cuando finalmente se reunieron en Paris para definir los términos de un tratado definitivo de paz, concurrieron a su firma, por una parte, los representantes de los cinco países que lucharon al lado de Alemania, (Bulgaria, Hungría, Finlandia, Italia, y Rumania), y, por otra, representantes de los Aliados (URSS. USA, Reino Unido, Francia, Polonia, Yugoeslavia, Checoslovaquia, Albania y Grecia).
El tratado les permitió a Italia, Rumania, Hungría, Bulgaria y Finlandia recuperar su calidad de Estados soberanos, pero eso sí. previo pago de las reparaciones de guerra, de asumir un compromiso explícito de respetar los derechos de las minorías, de evitar el resurgimiento de ideas u organizaciones de corte fascista o similar y de aceptar los ajustes territoriales (como poner fin al colonialismo italiano en África y revisar varios de los límites fronterizos en Europa oriental).
“¿Cuánto deberemos esperar hasta que también los demás se tornen pacifistas? Es difícil decirlo, pero quizá no sea una esperanza utópica la de que la influencia de la actitud cultural y el fundado temor a las consecuencias de la guerra futura pongan fin a los conflictos bélicos en el curso de un plazo limitado. Nos es imposible adivinar a través de qué caminos o rodeos se logrará este fin. Por ahora solo podemos decirnos: todo lo que impulse la evolución cultural obra contra la guerra”[1]
Lo primero que debieron asumir los líderes del mundo de la época fue el reconocimiento de lo sucedido, como parece quedar expresado en el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias”.
Es muy posible que en el proceso que antecedió a la firma del Tratado coexistieran dos tipos de actitudes básicas: Una orientada a imponer condiciones y a controlar las conductas futuras de los países derrotados y, otra, más bien orientada a construir acuerdos que facilitaran el desarrollo voluntario de conductas nacionales que favorecieran la Paz internacional, que era, precisamente, el sentido fundamental del Tratado. Pero, muy probablemente, hubo dos cosas que no estuvieron en el imaginario de los firmantes del Tratado de Paris:
a) El profundo cambio que vendría en la forma de entender la Paz,
b) La persistencia, a lo largo del tiempo, del dilema entre conversar o imponer.
2. El cambio de la Paz
La Paz es una palabra queproviene del latín pax (pacis), que significa «acuerdo o pacto» y es explicable que, después de una guerra tan cruenta como la que acababa de finalizar, se entendiera, a nivel social y personal, que la Paz es un estado en el cual están ausentes la guerra y las luchas entre dos o más partes No debiera sorprendernos esta forma de entender la Paz si consideramos que las guerrasfueron los acontecimientos que marcaron la vida de las sociedades y los individuos durante buena parte del Siglo XX.
“En la era de la paz posterior a la II Guerra Mundial, los guardias y sistemas de seguridad privada se han convertido en una de las principales industrias del mundo. En este mismo período han muerto más de 20 millones de personas en conflictos armados. De los 82 conflictos armados entre 1989 y 1992, sólo 3 fueron entre países; el resto eran entre combatientes que mataban a sus propios compatriotas. A principios del siglo, el 90% de los muertos en un conflicto armado eran militares; hoy, el 90% son víctimas civiles. Entre 1960 y 1992 la cifra de refugiados subió de 1.4 millones a18.2 millones (24 millones adicionales se encuentran relegados en sus propios países)”[2]
Pero, es evidente que el presente siglo muestra un conjunto de acontecimientos y tendencias que, o no estaban presentes o aún no habían alcanzado a madurar durante el siglo pasado. Desde esta constatación, es necesario diferenciar más nítidamente la concepción de paz como un estado sin guerra, de lo que es un proceso de vivir en paz con otras personas, con otros seres vivos, con el entorno y con el planeta. En realidad, vivir en paz es una experiencia a la vez interna y externa.
Como experiencia interna implica: i) Valorar en vez de controlar a los demás; ii)Relativizar sus propias convicciones para considerar los puntos de vista y las perspectivas de los demás; iii) Aceptar que hay cosas que no es posible cambiar; iv) Rechaza la violencia o el conflicto como parte de su filosofía de vida; v) Reflexionar antes de actuar; vi) Perdonar en lugar de buscar venganza; vii) Vivir con alegría; viii) Comprometer sus mejores esfuerzos en las tareas de cambio cultural y social que requiere la Paz
Como experiencia externa implica, i) reconocer y asumir los factores que condicionan la posibilidad de vivir en paz como la incertidumbre, la dilución de los límites de la distancia y del tiempo o la impredictibilidad del futuro; ii) defenderse de la inseguridad y la violencia de los últimos tiempos iii) Ajustarse a las inestabilidades de la economía y a los impactos de la tecnología; iv) combatir la desigualdad social y los abusos;
“Y así llegamos a nuestro último interrogante: ¿Es posible controlar la evolución mental del hombre como para ponerlo a salvo de las psicosis del odio y la destructividad? En modo alguno pienso aquí solamente en las llamadas “masas iletradas”. La experiencia prueba que es más bien la llamada “intelectualidad” la más proclive a estas desastrosas sugestiones colectivas, ya que el intelectual no tiene contacto directo con la vida al desnudo, sino que se topa con esta en su forma sintética más sencilla: sobre la página impresa”[3]
3. ¿Prevalecerá el Acordar o el Imponer?
El mundo pudo observar una evolución casi en paralelo de dos modos antagónicos de gobernanza, uno sustentado en la búsqueda de acuerdos en la sociedad (democracia) y, el otro, dedicado a imponer la voluntad de los gobernantes (dictadura). Ante la pregunta acerca de cuál modelo tiende a prevalecer y bajo qué condiciones, la respuesta de los analistas no suele ser muy asertiva. Los más optimistas apuntan a favorecer la causa democrática y, los pesimistas, más bien advierten el riesgo lo contrario. En todo caso, la evidencia muestra que, hasta el momento, los pueblos no tienen clavada la señalética de su historia.
La organización intergubernamental “Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA)”, que mide el nivel de pluralismo de las instituciones de gobierno en todo el mundo, consignó que, en 1975, un 36% de la población mundial vivía bajo algún tipo de régimen democrático, porcentaje que ha aumentado al 56% en la actualidad, mientras, un 15% vive en regímenes híbridos (a medio camino entre el pluralismo y el autoritarismo) y un 28% de la población mundial, distribuida en 34 países, sigue siendo gobernada por regímenes dictatoriales o híbridos, siendo el más antiguo el de Arabia Saudí (en el poder desde 1932) y los más recientes los de Venezuela (desde la asunción al poder de Maduro) y de Myanmar, donde militares dieron un golpe de estado después de acusar al partido de Win Myint y de la consejera de Estado Aung San Suu Kyi (premio Nóbel de la Paz) de fraude por su reciente victoria electoral, sin presentar evidencia alguna.
Además de los casos de dictaduras más conocidas mundialmente como las de Hitler, Mussolini, Stalin, Franco o Pinochet, la historia de la humanidad está plagada de ejemplos de dictaduras menos conocidos, pero igual de brutales, tales como las de Albania, Guinea Ecuatorial, Ruanda, Mongolia o la desaparecida Rodesia.
En la actualidad, de acuerdo a los antecedentes aportados por IDEA los regímenes autoritarios actualmente vigentes son los siguientes (Ver Anexo):

En relación a la interrogante original de este trabajo hay dos guarismos especialmente interesantes. Por una parte, la mitad de los regímenes dictatoriales fueron implantados en los últimos 30 años, es decir, se trata de un fenómeno plenamente actual, sobre todo observando que un 54% de estos regímenes tomaron el poder en este siglo, lo que quiere decir que estamos ante una opción muy “a la mano”.
El otro dato relevante es el que muestra que el medio más utilizado por las dictaduras para llegar (capturar) al poder es la violencia de los derrocamientos forzados o de los golpes de estado. Si se piensa que, dentro de la legalidad (no confundir con legitimidad), de los Estados, el uso de las herramientas más potentes de aplicación de la violencia – las armas – es concedido en condiciones exclusivas a las fuerzas armadas y a las policías, lo cual obliga a las democracias a resolver el problema de la frecuentemente áspera y difícil subordinación de estas instituciones a las decisiones y propósitos de los poderes civiles legítimamente constituidos por vías democráticas. Y esto puede tensionar hasta el límite de lo razonable la relación entre el poder civil y el militar, porque muchas veces los argumentos con fusil no siempre responden a la razón en lugar de la fuerza. El reciente golpe de Estado en Myanrmar que reinstaló la estratocracia militar o la sistemática destrucción de Venezuela por el régimen de Maduro, muestran que cualquier pretexto sirve para tomarse el poder o para aferrarse a él.
Revisemos algunos testimonios críticos sobre las dictaduras de Argentina, Chile, Nicaragua y Venezuela
La dictadura de Videla (Argentina)
El 24 de marzo de 1976 una sublevación militar derrocó a la presidenta María Estela Martínez de Perón, instalando una dictadura de tipo permanente autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, gobernada por la una Junta Militar, integrada por tres militares, uno por cada fuerza, que elegía a un funcionario con el título de “presidente”, con funciones ejecutivas y legislativas designado y supervisado por la junta mientras no perteneciese a esta; sin embargo, al pasar los días esto no llegó efectuarse. lo cual no se llevó a cabo sino hasta 1982. La Junta Militar quedó disuelta de facto el 22 de junio de 1982, debido al retiro de la misma de la Marina y la Fuerza Aérea, como consecuencia del impacto político de la derrota en la Guerra de Malvinas. La Junta Militar fue reconstituida el 10 de septiembre de 1982, permaneciendo en el poder hasta el 5 de diciembre de 1983, cinco días antes de que asumiera los poderes constitucionales.
La dictadura de Pinochet (Chile)
“El 11 de septiembre de 1973 Chile vivió uno de los acontecimientos más importantes de su pasado reciente: un golpe de Estado que interrumpió la democracia y trajo implicancias sociales, políticas y económicas que perduran hasta hoy. Se suceden 17 años de dictadura militar (1973-1990), en la que se realizan reformas económicas y sociales orientadas hacia un modelo neoliberal y se dicta una nueva Constitución (1980) que perpetúa el orden político-social impuesto. El aspecto más cruento de la dictadura se remite a la violación a los derechos humanos, pues se ejercieron como política sistemática de Estado muerte, tortura, desaparición forzada, exilio, exoneración y persecución de ciudadanos disidentes, instaurando un clima de miedo y amenaza constante en toda la población.
La dictadura de Ortega (Nicaragua)
El 19 de julio las tropas sandinistas tomaron Managua y los miembros de la Junta llegaron a la capital. A diferencia de lo que todavía sostiene la historia oficial de la izquierda autoritaria latinoamericana, la dinastía de los cayó como consecuencia de un gran movimiento nacional, que incluyó obreros, campesinos y estudiantes, la iglesia católica, clases medias, empresariado, comunidades indígenas y un favorable contexto internacional. La caída del somocismo no fue obra exclusiva de una guerrilla marxista-leninista de inspiración cubana. Muchas revoluciones han visto traicionados sus consensos originarios, pero en el caso nicaragüense se hace más evidente por el hecho de haberse desarrollado en medio de la crisis final del campo socialista y el arranque de las transiciones democráticas en América Latina. Al contrario de Cuba, el anti somocismo, a la hora del triunfo, era una alianza de valores e intereses sin una hegemonía clara. La fabricación de esa hegemonía, entendida como control del Estado nicaragüense, no fue obra del proceso revolucionario: fue un objetivo posterior. En cuarenta años, Nicaragua pasó de una dictadura a otra, con una revolución auténtica por el medio. Se trata de dos autoritarismos de muy distinto signo: el de los Somoza era un régimen anticomunista, corrupto y despótico; el de Ortega es un régimen también corrupto y despótico, pero antiliberal.
La dictadura de Maduro (Venezuela)
La degradación de la democracia y los derechos humanos en.Venezuela es tal que Nicolás Maduro ha optado por abandonar incluso su fachada democrática. Los hechos hablan por sí solos. En Venezuela la absoluta concentración de poder le ha permitido al ejecutivo cometer todo tipo de abusos sin rendir cuentas a nadie. El Tribunal Supremo, un apéndice del presidente, valida rutinariamente sus decisiones y sostiene expresamente que no cree en la separación de poderes. Desde que la mayoría opositora asumió el control de la Asamblea Nacional, el tribunal se dedicó a despojarla de sus facultades y declarar inconstitucional toda ley que le disgustara al gobierno. En un momento de gran descontento popular, no parece haber interés en organizar comicios que el gobierno vaya a perder. El Consejo Nacional Electoral-con cuatro de cinco miembros chavistas-no ha organizado elecciones de gobernadores, previstas en la Constitución para el 2016, y dilató la realización de un referendo revocatorio sobre la presidencia de Maduro para asegurar que el régimen permaneciera en el poder”.
Considerando las infamantes consecuencias de estas y otras dictaduras, ciertas conductas de quienes suelen ser los principales beneficiarios de un determinado sistema socio – económico, llamando a la intervención de los cuarteles cada vez que perciben que SU ORDEN está siendo alterado, cabe que sean calificadas de sediciosas, ya que apuntan a quebrar la legalidad y la institucionalidad vigentes según su conveniencia o. incluso, de traición a la Patria, si esos llamados apuntan a que poderes extranjeros intervengan trastocando el curso normal de los procesos de organización y gobernanza de un país (como ha sucedido)
Cuando estos llamados son escuchados, la respuesta buscada y obtenida es por lo regular una captura (“golpe”) del Estado que, en palabras del profesor Serrano su “historia en América Latina es indisociable de una violencia política que atraviesa con sistematicidad el siglo XX, vive a raíz de este proceso de militarización una transformación paradigmática. No sólo se dará fin a la estructura tradicional de Estado, a partir del cual los proyectos modernizadores encontraban su realización programática (en el «Estado nacional desarrollista» o en el «Estado nacional populista», por ejemplo); sino que, a su vez, toma lugar la «extinción» de la idea misma de Estado, de su protagonismo ideológico, digamos: de su condición de aparato. El Estado pierde así su centralidad en las decisiones políticas y económicas, relevando su lugar a la estructura supranacional del capitalismo mundial.[4]
Esta pérdida de centralidad del Estado, decididamente impulsada por el neoliberalismo, también expresa un cierto agotamiento de la sociedad civil y de las prácticas públicas tradicionales. En este sentido, la instalación continental del neoliberalismo constituye un acontecimiento político más que económico, puesto que las llamadas políticas económicas puestas en práctica (privatización, desregulación, liberalización, descentralización) conforman una economía política uno de cuyos objetivos centrales es el desmantelamiento del Estado nacional para traspasarle al sector privado el rol de ser el promotor exclusivo del desarrollo económico y convertirlo, al mismo tiempo, en un intermediario ante el capital internacional en su afán de aumentar su injerencia en la Región.
¿Qué otras formas de violencia aparecen en este nuevo siglo? La globalización trae como consecuencia ideas que violentan fuertemente nuestra subjetividad al imponernos formas de vestir, pensar y actuar que no son elegidas por propia voluntad como nos hace creer nuestro o insuflado, sino que, en realidad responden a una aculturación producto de siglos de dominación económica, política y cultural”[5].
4. Las Dictaduras
La dictadura es un régimen gubernamental en el que todos los poderes del Estado se concentran enun individuo, un grupo o un partido, que no permite la oposición a sus acciones ni a sus ideas, y pretende tener un poder y autoridad absolutos, eliminando toda posibilidad a la participación del pueblo.
“Las dictaduras son modelos de gobierno en los cuales todo el poder reside en un individuo o una élite. Por ser regímenes de fuerza, la forma de la dictadura es susceptible de ser aplicada en el marco de cualquier tendencia política, de manera que han existido dictaduras de derecha y dictaduras de izquierda. Así, todas las dictaduras comparten los mismos rasgos de los regímenes totalitarios.”.[6]
Si recordamos los principales rasgos de las dictaduras podemos comprobar que no hay ninguno que sea compartible por una democracia:
- Se originan por un golpe de Estado o por una ocupación ilegal del gobierno, ante un vacío de poder o como resistencia a abandonarlo. Son, por tanto, gobiernos de facto, que no responden al marco legal del Estado y, por lo tanto, no gozan de legitimidad política alguna.
- Descartan la separación de poderes y, por el contrario, concentran todo el poder en el dictador y la elite que lo rodea.
- Las decisiones son tomadas de manera arbitraria. El dictador y la élite gobernante actúan de espaldas a la ley o adaptan y dictan leyes acomodaticias a sus intereses.
- No reconocen ni respetan el estado de derecho, basado en el principio de que todos los habitantes de la nación, incluidos los gobernantes, son iguales ante la ley y deben responder ante ella.
- Se atribuyen a sí mismos la decisión de interpretar, satisfacer o desechar las necesidades del pueblo y para ello suprimen las elecciones o las manipulan para garantizar el resultado que les conviene.
- Suprimen de la libertad de opinión y la libertad de prensa, ejerciendo un férreo control y censura de los medios de comunicación,
- Ilegalizan a los partidos políticos o los obligan a subsistir en la clandestinidad. En algunos regímenes híbridos, no siempre se ilegalizan los partidos, pero sí suelen ser perseguidos y amedrentados.
- Persiguen toda forma de oposición, y rechazan las críticas tildándolas de ser una amenaza para la estabilidad de la Nación, justificando con ello las prácticas de persecución política, tortura y la desaparición de ciudadanos en manos de la policía política.
- Tienen una duración indeterminada y resisten en el ejercicio del poder el mayor tiempo posible, por lo que, con alguna frecuencia, las dictaduras deben ser derrocadas mediante una acción armada y, cuando no es así, son obligadas por un sector militarizado o una movilización popular.
La experiencia histórica parece indicar que existe una acentuada creencia entre los que se sienten privilegiados por un modelo de desarrollo particular, que siempre disponen de las dos modalidades de gobernanza – democracia o dictadura – y que pueden elegir una u otra según su conveniencia, creencia que, dadas en ciertas circunstancias, los ha llevado y aún los puede llevar a propiciar la instauración de una dictadura si ello les asegura la preservación de sus privilegios.
Dejando de lado por un momento lo que acabamos de comentar, la pregunta que cabe hacerse es bajo qué condiciones un pueblo podría resignarse a vivir bajo un régimen de este tipo o, cuando menos, podría ser transitoriamente sorprendido por promesas de solución por la vía del control, la fuerza y la imposición Es necesario advertir que no parece existir una respuesta única a esta pregunta. Más aún, pareciera existir una notable variedad de respuestas como consecuencia de la diversidad de paradigmas culturales y socio-políticos interesados en proponer este tipo de respuestas.
No obstante, pensamos que el riesgo más claro de un posible abandono de la opción democrática, lo constituiría una evidente y notoria inepcia de los gobiernos elegidos mediante el voto popular, para resolver aquellos problemas, cuyos efectos tiendan a generar, en la “inmensa mayoría” del pueblo, la sensación de estar en una situación de caos y de desorden ante los cuales no se observen propuestas gubernamentales claras de solución. Ejemplos de estos problemas serían:
- La enorme desigualdad en la distribución de la riqueza
- El endeudamiento masivo con la banca y el comercio
- La inestabilidad y precariedad de los empleos
- La expansión de la violencia de diverso origen
- El dominio territorial del narco tráfico y la delincuencia
- Las insuficiencias de los servicios públicos de salud, educación, vivienda y transporte
- La inexistencia de una justicia igualmente justa para todos
- Los abusos económicos, sociales y familiares
Como se ve es una larga lista de problemas de gran complejidad y variedad, cuyas posibilidades de resolución requieren de importantes grados de consenso y de disciplina social, aspecto éste último que al faltar o ser insuficiente, podría favorecer a la idea de apelar a un gobierno “fuerte” y dispuesto a utilizar la fuerza.
Sin embargo, se sabe que la percepción y la capacidad de observación do estos problemas (u otros) depende de la sensibilidad y la matriz cultural de las personas, grupos o sociedades y esto explica que, muchas veces, existan diagnósticos discrepantes (todos presentados como objetivos) que pretenden definir “problemas distintos” y, por consiguiente, modos o estrategias diferentes de cómo solucionarlos. Me parece, por ejemplo, que los que están al lado “amable” o pudiente de la sociedad tienen verdaderas cegueras frente a algunos de estos problemas, lo cual aumenta el peligro de una eventual dictadura a su servicio.
ANEXO
Países bajo régimen dictatorial o híbrido
1) Arabia Saudí (Salman bin Abdulaziz al Saud)
- Año en el que accedió al poder: 2015.
- Llegó al poder sucediendo a su hermanastro Abdalá bin Abdulaziz al Saud tras su muerte.
- Título: rey.
- Tipo de régimen: monarquía absolutista islámica hereditaria.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1932.
2) Corea del Norte (Kin Jong-un)
- Año en el que accedió al poder: 2011.
- Llegó al poder designado por su padre y predecesor en el cargo, Kim Jong-il.
- Título: líder supremo de la República.
- Tipo de régimen: república juche de partido único.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1948.
3) China (Xi Jinping)
- Año en el que accedió al poder: 2012.
- Llegó al poder elegido por el Partido Comunista Chino.
- Título: presidente de la República.
- Tipo de régimen: república socialista de partido único.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1949.
4) Vietnam (Nguyễn Phú Trọng)
- Año en el que accedió al poder: 2018.
- Llegó al poder elegido por el Partido Comunista de Vietnam.
- Título: presidente de la República Socialista.
- Tipo de régimen: república socialista de partido único.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1954.
5) Cuba (Miguel Díaz-Canel)
- Año en el que accedió al poder: 2019.
- Llegó al poder elegido por el Partido Comunista de Cuba.
- Título: presidente de la República.
- Tipo de régimen: república socialista de partido único.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1959
6) Siria (Bashar al-Assad)
- Año en el que accedió al poder: 2000.
- Llegó al poder sucediendo a su padre tras su muerte.
- Título: presidente.
- Tipo de régimen: república semipresidencialista de partido hegemónico.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1961.
7) Yemen (Abdrabbuh Mansur Hadi)
- Año en el que accedió al poder: 2012.
- Llegó al poder sucediendo al primer presidente del país al inicio de la guerra civil,
- Título: presidente.
- Tipo de régimen: gobierno provisional debido a la guerra civil.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1968.
8) Baréin (Hamad bin Isa al Jalifa)
- Año en el que accedió al poder: 1999.
- Llegó al poder ascendiendo al trono tras la muerte de su padre.
- Título: rey y emir.
- Tipo de régimen: monarquía constitucional.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1971.
Emiratos Árabes Unidos (Jalifa bin Zayed Al Nahayan)
- Año en el que accedió al poder: 2004.
- Llegó al poder: sucediendo a su padre tras su muerte.
- Título: presidente de los Emiratos y emir de Abu Dhabi.
- Tipo de régimen: monarquía constitucional federal.
Año en el que se estableció el actual régimen: 1971.
Eswatini – ex Suazilandia (Mswati III)
- Año en el que accedió al poder: 1986.
- Llegó al poder sucediendo a su madre, Ntfombi Tfwala.
- Título: Ngwenyama (rey).
- Tipo de régimen: diarquía parlamentaria absolutista.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1973.
Laos (Bounnhang Vorachith)
- Año en el que accedió al poder: 2016.
- Llegó al poder elegido por el Partido Revolucionario del Pueblo Lao.
- Título: presidente de la República.
- Tipo de régimen: república socialista de partido único.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1975.
República del Congo (Denis Sassou Nguesso
Año en el que se estableció el actual régimen: 1977.
Irán (Ali Jamenei)
- Año en el que accedió al poder: 1989.
- Llegó al poder elegido por la Asamblea de Expertos en Liderazgo de Irán.
- Título: líder supremo de la República Islámica.
- Tipo de régimen: república constitucional islámica.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1979.
Guinea Ecuatorial (Teodoro Obiang Nguema)
- Año en el que accedió al poder: 1979.
- Llegó al poder derrocando al anterior dictador, su tío, Francisco Macías Nguema.
- Título: presidente.
- Tipo de régimen: república presidencialista de partido hegemónico.
Año en el que se estableció el actual régimen: 1979.
Camboya (Hun Sen)
- Año en el que accedió al poder: 1985.
- Llegó al poder derrocando al régimen de los jemeres rojos.
- Título: primer ministro.
- Tipo de régimen: monarquía constitucional bajo régimen de partido hegemónico.
Año en el que se estableció el actual régimen: 1985.
Chad (Idriss Déby)
- Año en el que accedió al poder: 1990.
- Llegó al poder derrocando al anterior dictador, en el poder desde 1979.
- Título: presidente.
- Tipo de régimen: república presidencialista de partido hegemónico.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1990.
Kazajistán (Kassym-Jomart Tokayev)
- Año en el que accedió al poder: 1990.
- Llegó al poder ganando unas elecciones no consideradas libres
- Título: presidente de la República.
- Tipo de régimen: república presidencialista.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1990.
Eritrea (Isaias Afwerki)
- Año en el que accedió al poder: 1993.
- Llegó al poder liderando las fuerzas que ganaron la guerra de independencia a Etiopía.
- Título: presidente.
- Tipo de régimen: república presidencialista de partido único.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1991.
Uzbekistán (Shavkat Mirziyoyev)
- Año en el que accedió al poder: 2016.
- Llegó alpoder ganando unas elecciones no consideradas libres
- Título: presidente de la República.
- Tipo de régimen: república presidencialista.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1991.
Turkmenistán (Gurbanguly Berdimuhamedow)
- Año en el que accedió al poder: 2007.
- Llegó al poder ganando unas elecciones no consideradas libres
- Título: presidente.
- Tipo de régimen: república presidencial.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1992.
Tayikistán (Emomali Rahmon)
- Año en el que accedió al poder: 1992.
- Llegó al poder ganando las primeras elecciones presidenciales tras la guerra civil que se produjo tras la independencia del país.
- Título: presidente.
- Tipo de régimen: república presidencialista de partido hegemónico.
Año en el que se estableció el actual régimen: 1992.
Azerbaiyán (Ilham Aliyev)
- Año en el que accedió al poder: 2003.
- Llegó al poder sucediendo a su padre como presidente tras unas elecciones no consideradas libres por los observadores internacionales.
- Título: presidente de la República.
- Tipo de régimen: república semipresidencialista.
- Añoen el que se estableció el actual régimen: 1993.
Ruanda (Paul Kagame)
- Año en el que accedió al poder: 2000.
- Llegó al poder elegido por el Tribunal Supremo tras la dimisión de su predecesor,
- Título: presidente.
- Tipo de régimen: república presidencialista de partido hegemónico.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1994. .
Bielorrusia (Aleksandr Lukashenko)
- Año en el que accedió al poder: 1994.
- Llegó al poder ganando las primeras elecciones presidenciales tras la independencia.
- Título: presidente de la República.
- Tipo de régimen: república presidencialista.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1994.
Qatar (Tamin ben Hamad al Thani)
- Año en el que accedió al poder: 2013.
- Llegó al poder sucediendo a su padre tras su abdicación.
- Título: emir.
- Tipo de régimen: emirato absolutista hereditario.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 1995. :
Burundi (Pierre Nkurunziza)
- Año en el que accedió al poder: 2005.
- Llegó al poder: elegido por el Parlamento sin celebrar elecciones tras la guerra civil.
- Título: presidente.
- Tipo de régimen: república presidencialista constitucional.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 2005.
Nicaragua (Daniel Ortega)
- Año en el que accedió al poder: 2006
- Llegó al poder ganando las elecciones del 2006 siendo reelegido en las elecciones de 2011 y 2016
- Título: presidente.
- Tipo de régimen: república presidencialista constitucional.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 2006.
Sudán del Sur (Salva Kiir)
- Año en el que accedió al poder: 2011.
- Llegó al poder: ganando las elecciones regionales antes de la independencia del país
- Título: presidente.
- Tipo de régimen: república presidencialista federal.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 2011.
Somalia (Mohamed Abdullahi Mohamed)
- Año en el que accedió al poder: 2017.
- Llegó al poder ganando las elecciones presidenciales.
- Título: presidente.
- Tipo de régimen: república federal parlamentaria.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 2012.
Tailandia (Prayut Chan-o-cha)
- Llegó al poder: liderando un golpe militar contra la primera ministra Yingluck Shinawatra.
- Título: primer ministro.
- Tipo de régimen: monarquía constitucional bajo régimen militar.
- Año en el que se estableció el actual régimen; 2014.
Egipto (Abdelfatah al-Sisi)
- Año en el que accedió al poder: 2014.
- Llegó al poder: ganando las elecciones tras el golpe militar en 2013 contra su predecesor, el presidente Mohamed Morsi.
- Título: presidente.
- Tipo de régimen: república semipresidencialista.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 2014.
Libia (Fayez al-Sarraj)
- Llegó al poder elegido por el Gobierno interino tras la disolución del parlamento.
- Título: director del Consejo Presidencial y primer ministro del Gobierno interino.
- Tipo de régimen: gobierno provisional en guerra civil.
- Año en el que se estableció el actual régimen: 2016
Venezuela (Maduro)
- Año en el que accedió al poder: 2013.
- Llegó al poder: tras la muerte de su mentor, Hugo Chávez, fue elegido presidente interino y posteriormente ganó las elecciones presidenciales.
- Tipo de régimen: república presidencialista federal.
- Título: presidente
- Dictador desde 2017, cuando el Tribunal Supremo suspendió al parlamento que contaba con mayoría opositora, 2017
Myanmar (in Aung Hlaing)
- Año en el que accedió al poder: 2021.
- Llegó al poder: mediante golpe de estado que otorgó el poder a una estratocracia militar.
- Título: jefe de gobierno
- Dictadura militar desde febrero 2021

El índice de democracia de IDEA divide el mundo en 3 bloques, como se muestra en la imagen anterior: democracias, mostradas en verde; regímenes híbridos, lo que abarca desde democracias autoritarias como Rusia o Marruecos a dictaduras en proceso de apertura, como Singapur o Etiopía, que se muestran en azul; y en naranja, lo que denomina «no-democracias».
Dentro de ese último epígrafe, en el que se encuadran las 32 dictaduras que IDEA considera que existen en el mundo, hay variedad de modelos de gobierno, desde repúblicas socialistas de partido único como China, Vietnam o Cuba, a monarquías absolutas como Arabia Saudí, Qatar o Eswatini (ex Swazilandia), o democracias fallidas, como Venezuela, Somalia o Libia.
[1] Sigmund Freud, Viena, septiembre de 1932, respuesta a Albert Einstein
[2] Jorge Id & José Víctor Núñez, “Gestión con Sentido”, A&V Comunicaciones, 2010
[3] Albert Einstein, 30 de julio de 1932 – carta a Sigmund Freud
[4] Felipe Victoriano Serrano, “Estado, golpes de Estado y militarización en América Latina: una reflexión histórico política”, Argumentos, vol.23, México sep. 2010
[5] María Gimena Garibotti & Jimena Alexandra Alcota, ¿Cómo se Manifiesta la Violencia en la Sociedad Actual? Apuntes para Pensar el Concepto de Violencia, Universidad Nacional de San Luis. Argentina
[6] Andrea Imaginario, “Características de las dictaduras”, https://www.significados.com/ marzo 2021
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