¿Pueden los holobiontes amarse unos a otros? [*]
Dos holobiontes disfrutando de la compañía del otro. Sara duerme tranquilamente en los «brazos» de un haya en la montaña de Amiata. Obviamente está feliz de que la abracen de esta manera. Estamos tentados a pensar que el árbol piensa lo mismo.
¿Los árboles perciben el mundo que los rodea? Absolutamente sí, pero de una forma muy diferente a como lo hacemos los humanos. Los árboles no tienen ojos, músculos ni nervios en la superficie. Pero perciben señales químicas, señales luminosas, vibraciones y, probablemente, cosas que ni siquiera imaginamos que puedan percibirse. Entonces, el árbol que sostiene suavemente a Sara no puede «verla». Pero puede percibir su presencia en forma de vibraciones y señales químicas. El árbol percibe a Sara más o menos como podríamos percibir a un fantasma.
¿Y qué piensa el árbol de Sara? El cerebro del árbol está bajo tierra; es la vasta red de conexiones del sistema radicular, potenciada con la ayuda de los hongos. Se llama sistema micorrícico. Quizás este cerebro alienígena pueda formar una imagen de la extraña criatura descansando cerca de su tronco, aunque, para nosotros, es casi imposible entender en qué forma. Quizás el árbol también esté dormido. ¿Y qué sueña? No podemos saberlo, como tampoco podemos saber qué está soñando Sara. Lo único que podemos decir es que no hay razón para pensar que los holobiontes no puedan estar enamorados unos de otros.
h/t sara
Holobiontes: un nuevo paradigma para comprender el papel de la humanidad en el ecosistema
Tú eres un holobionte, yo soy un holobionte, todos somos holobiontes. «Holobionte» significa, literalmente, «criatura viviente completa».
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Fuente: 05.09.2023, desde el blog de Ugo Bardi “The Proud Holobionts” (“Los
Orgullosos Holobiontes”), autorizado por el autor
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