Reflexiones de un Enólogo
El sacrificio del podador.
Nada está olvidado, esa chaqueta que entregó abrigo al trabajador, cuelga en el mejor perchero natural que puede entregar la madre naturaleza.
Ese abrigo descansa en aquella planta de largos sarmientos que cubren como manto celestial la colina en la altura.
La neblina es música para el podador esforzado que sufre de las articulaciones en estos momentos. Que sufre de frío en los primeros minutos de labor, que da las gracias a Dios por la magna vista y el aire puro lejos de los ruidos.
Cortes perfectos entre nudos a la tercera y segunda yema dependiendo del vigor del vegetal. Cortes estratégicos y técnicos para las que gotas de lluvias no pudran la incisión. Tijeras antiguas perfectamente limadas como las mejores navajas, heredadas de ancestros, que se guardan todo el año para volver dar usarlas en estaciones como estas.
¿Quién dijo que las plantas no hablan?,…para podar correctamente, hay que entender lo que quiere la viña y explicarle como debe obrar esta nueva temporada. ¡Esto es cultura señores, esto es ancestral y sacrificio campesino!
El sacrificio del podador ya comenzó. ¡Salud! ?
Fotografía: Ronald Vera Llanos.
Hermoso, felicitaciones al autor.
Estimada, gracias por sus felicitaciones.
Saludos.
Precioso relato y hermosa fotografía. Un buen reconocimiento a los imperecederos oficios.
Es certero «flash» fotográfico, tomada por un joven podador profesional.
muy bonito reconocimiento al sacrificado podador de viñas que si no fuera por su habilidad y amor a las vides no podriamos disfrutar de las sabrosas uvas y mostos.Todo gracias a la habilidad de su poda casi màgica ,como Ud. lo señala….
sergio
Es cosa de arriesgarse don Sergio. Nunca es tarde para comenzar a practicar, con al menos, las rosas del jardín.
Saludos.