
Tomás Moro y el sueño de una sociedad fundada en la Ética.
Pablo Fuentealba Carrasco. Sociólogo, Magíster en Investigación Social y Desarrollo.
Se cumplen 500 años de la primera edición de “Utopía”, obra por la que se conoce a Santo Tomás Moro. Pero, ¿Qué es Utopía? Hoy se vuelve necesario, nuevamente, recordar el mensaje que el filósofo renacentista se propuso enviar, razón por la que intentaré dilucidar algunas ideas contenidas en este libro para quien quiera adentrarse en él.
Etimológicamente, el significado del término “utopía” no es completamente seguro, En griego, “topos” significa “lugar”, pero el término “u” puede implicar negación o bien puede ser la contracción del término “eu” que significa “felicidad”. Por lo tanto, “utopía” podría referirnos al lugar que no existe, o al lugar feliz o podría significar ambas cosas. Con esto, podemos preguntarnos: Este lugar feliz que no existe ¿podría llegar a existir? ¿Cómo es este lugar feliz? Estos son algunos de los problemas generales que nos plantea “Utopía”.
Se trata de una obra que, mediante un estilo literario más que filosófico, describe la vida de una sociedad ideal y perfecta. En este sentido, si de buenas a primeras nos adentramos en el texto, posiblemente nos desilusionemos un poco porque encontraremos una narración algo tediosa, sin mucha historia, donde un personaje nos cuenta que, después de un largo viaje, ha logrado conocer una sociedad perfectamente organizada. Sin embargo, detrás de esta narración hay una estructura filosófica profunda que conviene advertir si queremos entender que, más allá de un relato ficticio, estamos ante una obra filosófica.
En la primera parte del texto, el principal personaje, Rafael Hitlodeo, describe a sus amigos la llegada a la Isla de Utopía. El camino no es simple ya que solo ha podido llegar porque su embarcación se ha desviado de las rutas habituales (similar recurso encontramos en “La Nueva Atlántida”, de Bacon, y en “La Ciudad del Sol”, de Campanella). ¿Cuál es el significado de esto? Que concebir una sociedad ideal implica salir o escapar de nuestras habituales verdades, de nuestras formas corrientes de pensamiento, escapar del “sentido común”. Quienquiera llegar a “Utopía”, debe dejar de pensar de la forma normal, debe salirse de la ruta del sentido común y de las verdades socialmente establecidas. Solo de esta forma es posible conocer la verdad acerca de la correcta forma de organizarnos como sociedad, del mismo modo en que lo hizo el prisionero en la famosa alegoría de la “caverna” de Platón, quien logró escapar y conocer la verdad. Hitlodeo vive la misma experiencia, deja lo que conocía y en lo cual creía, asciende, conoce la verdad y regresa, pero, a su retorno, al igual que el prisionero de “la caverna”, se encuentra con personas escépticas, que dudan de sus palabras porque siguen pensando atados a lo que siempre han creído.
¿Cómo es Utopía? A diferencia de “La República” de Platon, Utopía no es una sociedad ideal o perfecta porque su diseño y organización se encuentren fundados en un saber científico (episteme). En Utopía, no gobiernan los sabios. Utopía es la forma de sociedad ideal y perfecta porque sus instituciones sociales y políticas, y sus normas, se encuentran diseñadas de acuerdo a los principios éticos de justicia y de amor al prójimo. Así, toda institución y norma es un reflejo de un conjunto de principios morales; es congruente con esas máximas y esa es la razón por la cual en la sociedad utópica no puede haber espacio para el egoísmo, el individualismo, la injusticia o el mal. Con ello, Moro intenta fundamentar el vínculo que debe existir entre política y ética, porque, para este filósofo, ambas esferas no son independientes, no se encuentran escindidas como lo piensa el realismo político, sino que ética y política se implican mutuamente. En este sentido, la política es para Moro una actividad esencialmente ética. Aquí nos alejamos de la forma realista de entender la política, para la cual la política es esencialmente lucha por el poder. Por ello, Utopía nos entrega una visión invertida de la realidad. Mientras en Europa ( o en nuestras sociedades) los políticos se encuentran preocupados de las pugnas de poder, en Utopía el fin que persigue la política es otro: Crear una sociedad justa y feliz para los seres humanos. Con Utopía asistimos, entonces, a la contraposición más radical entre el “ser” y el “deber ser” de la política, entre lo real y lo ideal. Mientras el realismo se mueve en el plano del ser, de lo real, el pensamiento utópico nos impulsa a pensar en el deber ser de la política, en como idealmente debería ser ésta, sacándonos del aquí el ahora para poder imaginar una sociedad mejor.
¿Cuál es el gran problema de Utopía? Esta sociedad ideal y perfecta, es y solo puede ser, una. La de Moro, así como las utopías modernas, son universales, estáticas, fijas, inmutables. Por ello, Moro nos dice que todas las ciudades de la isla son iguales, que no se diferencian entre sí y que, prácticamente, no han cambiado desde su fundación. ¿Por qué un modelo de sociedad única para todos? Porque la naturaleza humana también es una. Todos los seres humanos, ya que poseemos una misma esencia o naturaleza, debiéramos regirnos por los mismos principios, perseguir los mismos fines o deseos. Sin dejar espacio para el relativismo. Esto refleja el carácter universal del planteamiento de Moro y, también, su mayor peligro, porque significa que la sociedad perfecta debe ser la misma para todos los seres humanos. No existen “utopías” en plural, no existen “utopías” diferentes para cada sociedad o para cada ser humano, sino que la utopía es una sola pues existe un solo diseño correcto y, por ello, el pensamiento utópico moderno, a pesar de sus buenas intenciones, puede conducirnos fácilmente a la sociedad cerrada y totalitaria donde no hay espacios para el individuo.
¿Significa que, por eso, debemos desechar la “utopía”? En absoluto. Solo debemos cuestionar la idea de que esa sociedad perfecta debe ser una sola e idéntica para todas las sociedades. Así, debemos abrirnos a la posibilidad de que cada sociedad pueda tener su propia utopía. Siendo lo importante que en ella se respete la diversidad humana y de sueños, donde pueda existir espacio para la libertad. El pensamiento utópico nos ha abierto a la posibilidad de escapar del aquí y del ahora, de la cárcel de lo que es, para poder construir lo que debe ser, creando un proyecto de sociedad ideal como guía para modificar y corregir nuestro presente.
Y, por último, hoy como siempre la utopía nos vuelve a recordar que la política no puede consistir solo en búsqueda de poder, de puestos, de cargos públicos o de riqueza sino que existen fines éticos trascendentes a los cuales esta actividad debe aspirar ya que ética y política, deben ser inseparables.
Las ideas precedentes pueden contribuir a comprender el sentido del pensamiento de Moro y su importancia actual.
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