BRASIL, DESPUÉS DEL “DOMINGO 7” (Parte 2)
Bolsonaro en la política partidaria (1)
En 1988 Bolsonaro entró a la política contingente siendo electo Concejal de la ciudad de Río de Janeiro por el Partido Demócrata Cristiano (PDC). Participó por dos años de la Cámara Municipal. Desde 1991 es Diputado Federal, cambiando de partido con frecuencia, siempre en partidos conservadores, entre los más importantes el PP (Partido Progresista), el PFL (hoy Demócratas) y el PTB, siendo el PP y el PFL derivados de la antigua ARENA, sustentación política partidaria de la dictadura militar (la “UDI” de Brasil) y con notoria participación en diversos procesos de corrupción desde la época de la propia dictadura, que los escondía. El PTB (Partido Trabalhista Brasileiro), recreado con apoyo de la dictadura, aprovechó el nombre del antiguo partido de Getulio Vargas y de João Goulart, pero es de derecha (travestido de “laborista”) y conocido como antro de corrupción desde su cuna dictatorial (años 80.)
La ética y los valores de Bolsonaro.
Aunque Bolsonaro se presente como “defensor de la familia y sus valores” y de la “palabra de Dios”, ya tuvo más de dos matrimonios, siendo uno de sus procesos de separación exageradamente litigioso. La revista Veja, el 05/10/18, le dedicó una edición a ese proceso (iniciado en 2008 y que tiene más de 500 páginas), que Bolsonaro tuvo con la ex esposa Ana Cristina Siquiera, después de diez años de casados. Ana Cristina declaró que Bolsonaro escondía su renta mensual real. Hoy él estaría ganando en torno de 183 mil reales por mes (más o menos 50 mil dólares), lo que es casi tres veces superior a la suma de su sueldo como Diputado Federal con el de la jubilación como capitán de reserva.
Estas acusaciones y otras como robo de un cofre con joyas y dinero de Ana Cristina y “agresividad desmedida” contra ella, contradicen plenamente la imagen de sí mismo que Bolsonaro le vende al electorado en la campaña presidencial.
Otra demostración de que este personaje se preocupa más con valores patrimoniales que con valores éticos está en las informaciones divulgadas en la prensa sobre el gran crecimiento de su patrimonio (incompatible con su renta), principalmente en inmuebles, desde que entró a la política contingente. Hoy, después de algunos años en política, él y sus hijos son dueños de 13 inmuebles (algunos de lujo, en puntos altamente valorizados) en la ciudad de Rio de Janeiro, con valor estimado de 15 millones de reales (en torno de 4 millones de dólares). Esto fue publicado en el diario “Folha de São Paulo” con fecha 7 de enero de 2018. El valor patrimonial declarado por estos políticos a la Justicia Electoral es bastante inferior.
Algunas medidas previstas para un gobierno de Bolsonaro.
En su programa de gobierno, Bolsonaro contempla medidas como: privatización casi total de las empresas estatales; disminución o eliminación de algunos beneficios laborales; alteración de legislación laboral y previsional (inclusive con creación de sistema similar a las AFP de Chile); mayor abertura de mercado para grandes multinacionales; disminución radical de la cantidad de ministerios; menos impuestos para los más ricos; retirada del Brasil del Acuerdo Climático de París; fin de la marcación de tierras para reservas indígenas; extinción del Ministerio del Medio Ambiente; extinción del Ministerio de la Cultura; fin de multas a los que talan forestas; más ganado para la Amazonia; liberación de compra de armas para la población; menos control de las policías (pudiendo usar fuerza letal si así lo estiman); medidas contra la enseñanza en los colegios de materias humanistas y de la cuestión de género; más enseñanza técnica y religiosa; más disciplina militar en los colegios; más escuelas militares en todo el país; medidas diversas contra el Estado Laico (“el país es cristiano y las minorías tienen que someterse a la mayoría” en las palabras ya declaradas por Bolsonaro), etc.
El candidato Fernando Haddad.
El candidato presidencial de centro-izquierda, Fernando Haddad nació en São Paulo en 1963, casado con la odontóloga Ana Estela Haddad en 1988. Es profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de São Paulo, Abogado, Magíster en Economía, Doctor en Filosofía y político, autor de cinco libros y decenas de artículos académicos y para la prensa. Milita desde sus tiempos de estudiante en el Partido de los Trabajadores (PT).
Los cargos públicos más relevantes que ocupó fueron el de Ministro de Educación de Brasil de 2005 a 2012 y el de Alcalde de São Paulo de 2013 a 2016. Como Ministro de Educación se destacó por diversos logros, como la creación de los Programas Universidad para Todos y Becas de Iniciación a la Docencia, la creación del Sistema de Selección Unificada, de la Universidad Abierta de Brasil, del Instituto Federal de Educación, Ciencia y Tecnología, y la ampliación del Fondo de Financiamiento al Estudiante de Enseñanza Superior (FIES) y del Examen Nacional de Enseñanza Media (ENEM.)
No existen acusaciones de enriquecimiento personal ilícito contra el candidato Haddad. Existen sí acusaciones y procesos en torno de fondos de campañas electorales pasadas (posibles donativos no legalmente registrados), lo que sería errado (si se comprueba) y que es bastante generalizado entre todos los partidos políticos brasileños. Inclusive Bolsonaro también enfrenta ese tipo de acusaciones de fondos de campaña, además de su notorio enriquecimiento patrimonial.
Algunas medidas previstas para un gobierno de Haddad.
En su programa, Haddad contempla medidas como: reinicio de obras públicas suspendidas, para disminuir la cesantía con urgencia; disminución de las tasas de interés bancario, con aumento de crédito para personas y pequeñas y medias empresas; derogar reforma laboral “acelerada” del gobierno Temer, negociando nueva reforma con los sindicatos de trabajadores; realizar reforma tributaria para disminuir impuestos de las capas más pobres, aumentando impuestos para las clases altas; reforma de la previsión, diferente de la del trámite acelerado del gobierno Temer y sin disminuir los beneficios de los trabajadores más pobres; reforma judicial aumentando el control ciudadano sobre la Justicia y disminuyendo privilegios incluso salariales (como el “auxilio vivienda” para jueces que tienen más de una casa propia en la ciudad donde trabajan); reforma del sistema de seguridad incluyendo un tratamiento diferente de combate a las drogas y tráfico; reforma en el sistema de salud pública, con más inversiones, descentralización y controles electrónicos; reforma educacional con más inversiones en colegios y profesores; promoción de agricultura familiar ecológica sin pesticidas; ampliación de programas asistenciales para familias en estado de miseria; cooperación con los países de toda América Latina; fortalecimiento de los vínculos de Brasil con países del BRIC; inversiones en energías limpias; talas de bosques cero hasta 2022; regulación de impactos ambientales de empresas mineras, etc.
Conclusiones resumidas.
Por lo expuesto aquí es más fácil constatar que en las elecciones brasileñas hay realmente un enfrentamiento, por ahora más o menos democrático, entre democracia civilizada y barbarie neoliberal. No es necesario concordar con todas las propuestas del PT, ni con el propio PT de Haddad y Lula (por los cuales yo no votaría si hubiesen otras propuestas), para comprender que la alternativa Bolsonaro significa un retroceso histórico, social, civilizatorio, económico y hasta sinvergüenza.
- El articulista André Barrocal, de la revista brasileña “Carta Capital”, citó una opinión del millonario norteamericano Warren Buffet, dada a la red CNN en 2011: “Hubo una guerra de clases en los últimos 20 años y mi clase venció”. Dijo esto porque sabía que los 400 mayores contribuyentes norteamericanos se habían enriquecido más desde 1992 y pasaron a pagar menos impuestos. Barrocal se pregunta: “¿Será así aquí también?”
Yo diría que puede ser peor, porque aquí no estamos hablando sólo de economía, aunque esta sea muy importante.
- El prestigioso economista brasileño Luiz Gonzaga Belluzo (de escuela “keynesiana”), refiriéndose a la sumisión de los Estados a los dictámenes de las finanzas globalizadas, agrega: “Nada más Nuevo que lo Viejo. Que se friegue la calidad de los servicios prestados, incluso porque los ejemplos son pésimos. En general, en el mundo, la calidad de los servicios prestados por las empresas privatizadas declinó, acompañando el aumento de tarifas y el deterioro de los trabajos de mantención.”
Concuerdo con Belluzo, incluso porque soy del área de la Calidad Total. En el Brasil neoliberal de Temer “El Postizo”, se está permitiendo ahora la tercerización (privatización) hasta de las actividades fin de empresas. El ciudadano que se friegue. Imaginen cómo sería en el reinado de Bolsonaro “El Vándalo.”
- El neoliberalismo y el neofascismo andan siempre de la mano. El ilustre senador Demócrata norteamericano, Bernie Sanders (siempre denunciando a grupos económicos como el de los hermanos Koch) ya alertó sobre esto, y vi hace pocos días en Twiter, su llamado internacional a organizarse contra el neofascismo en todos los países.
- Brasil, como Chile y toda América Latina, está más influenciado con esa tendencia conservadora mundial, que siendo creador e influyente. Por ahora, Chile en algunos asuntos está influyendo más sobre Brasil que al contrario. Después de todo, Chile fue el Conejillo de Indias para la implantación del neoliberalismo mundial, hecha a sangre y fuego por la dictadura pinochetista. Podemos notar la actual “irradiación” del ambiente chileno con la apología a la violencia de la dictadura, el negacionismo de los crímenes cometidos, la impunidad, el desprecio por los DD.HH., las autoridades corruptas, el desprecio por el medio ambiente, la entrega de recursos naturales a grupos privados nacionales y extranjeros, la previsión y la educación como negocios privados, la guerra de informaciones falsas y el populismo fascista, entre otros.
- Si se mantiene la tendencia electoral de Brasil, podrá vencer el neoliberalismo neofascista con toques “neo-medievales”, transformando este gran país latinoamericano en otra (y mayor) “caja de resonancia” del atraso en nuestra región.
(1) – Esta Parte 2 del artículo (así como también la Parte 1) fue escrita antes de las elecciones del domingo 7 de octubre de 2018.
Corrección: este artículo (partes 1 y 2) fue escrito antes del Domingo 28 de Octubre (segunda vuelta de la elección presidencial brasileña) y no antes del Domingo 7 de Octubre (primera vuelta)..