¿Qué nos está pasando? ¿Qué nos puede pasar?
Lo de Bolsonaro y su elección puede ser una lamentable tragedia; no sólo es grave para Brasil y su gente sino para toda América Latina y un ‘lunar cancerígeno’ para el mundo.
Si las izquierdas chilenas y los ‘progresistas’, no logran hacer una real y verdadera profunda auto-crítica corremos el riesgo de seguir caminos muy peligrosos, llenos de «acantilados» por donde la Democracia puede precipitarse a los más profundos despeñaderos, dañando insalvablemente la sana convivencia de la ciudadanía.
El riesgo es que Chile también, por moda o por imitación, puede transitar el rumbo seguido por Estados Unidos y el que puede seguir Brasil, marcado por la ignorancia o la perversidad, el fanatismo y la brutalidad.
Mi preocupación es la posibilidad cierta que este fenómeno se traslade haciéndose realidad en nuestro país y, lo cierto es que no veo la preocupación de las cúpulas de los partidos que representan o debieran representar al mundo de las izquierdas y del ‘progresismo.’ En Chile suele suceder que la evaluación pareciera ser una herramienta que se desperdicia o no se usa con la rigurosidad que requieren los procesos sociales en particular y la vida en común.
Vemos análisis débiles, imprecisos e inconsistentes, más bien de ‘tincadas’, lo que da lugar a diagnósticos erróneos. Ello conlleva a programar a definir estrategias poco certeras, en el aire. Tanto en las derrotas, como en los triunfos políticos es indispensable acompañar los procesos con afinadas evaluaciones y diagnósticos y sólo ello nos permitirá elegir y programar los pasos a seguir.
Hoy, los líderes de los partidos tradicionales están buscando caminos y alianzas para enfrentar las próximas elecciones, a ciegas, sin saber con claridad en qué pie se encuentran, ni cuáles son las fuerzas, condiciones y expectativas de quienes se quiere representar o con quienes se espera contar.
¡Juntémonos para ganar!, ¿Cómo, con qué y con quiénes? y, sobre todo, ¿Para qué? Ni siquiera se ha realizado una evaluación respecto de lo que ha sido la transición -aún pendiente en una democracia precaria-. ¿Logramos lo que la gente quería y lo que le ofrecimos cuando se llamó a votar por el NO, por ejemplo?, ¿Cuál ha sido del comportamiento de los partidos y de los gobiernos durante la transición? ¿Van a asumir los partidos su rol con responsabilidad en el próximo periodo, o improvisarán llamando a votar a una ciudadanía que se encuentra absolutamente desprovista de compromiso y conciencia, desorganizada y decepcionada?
¿Qué van a ofrecer aquellos partidos que no han sido capaces de abrir los ojos y hacer una verdadera autocrítica frente a los ciudadanos demócratas de este país? o ¿Esperan que en próximas elecciones la gente termine, como en EE.UU. y Brasil, votando contra los que los decepcionaron y eligiendo autócratas o déspotas destructores de la poca democracia que nos va quedando?
Un solo camino le queda a las izquierdas y a los progresistas: Recuperar la preeminencia y distinción moral que alguna vez tuvieron. Para ello hay un solo camino: limpiar los partidos, expulsando públicamente a todos y cada uno de aquellos -no importando el lugar que ocupen hoy- que se coludieron y se corrompieron ligando dinero sucio con la política.
Considero que el asunto importante es la cultura politica de los pueblos. Con su democracia estable y fuerte, los Estados Unidos, eligieron a un encantador de serpientes, o mas claramente un demagogo que dijo «lo que el pueblo quiere oir», nuestras democracias latinoamericanas preidencialistas se van mas por las emociones que por el analisis de propuestas, !mucha tela para cortar!
Sensacional, me interpreta absolutamente, me permito felicitar este trabajo.
La verdad por sobre todo!
Muy interesante y, a mi juicio, certero analisis. (“La izquierda y la derecha unidad, jamás serán vencidas”, Nicanor Parra.”). Recomiendo ver videos de conferencias de Manfred Max Neef sobre la verdad acerca de los economistas.
Su comentario me parece un salto cualitativo en expresión de una realidad que se quiere esconder.
Nó sólo respecto de que lo de brasil se pueda expresar y repetir en Chile, si nó en la caracterización de la política Chilena, un triunfo del NO grande en participación popular mezquino en el desarrollo de la democracia.
Lo que mas me gustó, es el calificativo a los partidos que ayer fueron democráticos y que hoy, efectivamente nos tienen desilusionados.
Esta es una cátedra política, ética y moral.
Cuándo van a reaccionar nuestros ex líderes, en aquellos en que pusimos tanta confianzas y esperanzas.
Buen artículo señor.
Riguroso análisis.
Que verdades mas tristes y preocupantes devela este artículo, lástima, pero es una gran verdad!
Ojalá mas gente se atreva.
Salud. Al autor.