«No podemos resolver la crisis climática sin cambiar nuestra relación con la naturaleza y con nosotros mismos.»

Naomi Klein.

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EL AÑO DE LOS DERECHOS HUMANOS

Hoy 24 de Abril, se cumplen 40 años, del llamado del Cardenal Raúl Silva Henríquez a realizar en Chile el “Año de los Derechos Humanos”.

Era el año 1978. La dictadura cívico militar de la derecha tiene al país sumido en el dolor y la angustia. Los militares y sus cuerpos especializados en la represión, realizan operativos intimidatorios en todas partes buscando supuestos extremistas. Los despidos de los trabajadores son cosas de todos los días. El hambre y la cesantía golpean a las familias populares. Toda respuesta a la opresión es castigada violentamente. El temor y el miedo recorre las poblaciones. La decisión de oponerse a la autoridad pone ciertamente en riesgo la vida.

El gobierno y sus fieles adherentes, niegan todas las acusaciones de detenciones y violaciones a los derechos humanos. Sus medios de comunicación siempre serviles impiden que se conozca la verdad, hablan de los “supuestos desaparecidos” inventados por la campaña del comunismo internacional contra Chile. Los tribunales no acogen los recursos de amparo y aceptan sin cuestionar las inverosímiles informaciones del gobierno.

Dos años antes, el Dictador había presionado hasta lograr el cierre del Comité de Cooperación para La Paz, organismo creado por la Iglesias para defender a los presos y perseguidos. Pero el Cardenal Silva, había creado de inmediato el 1 de Enero de 1976, la Vicaria de la Solidaridad, que había retomado el trabajo del Comité y dado una perspectiva mayor a la defensa y promoción de los derechos humanos, incentivando el trabajo en las zonas, en la información y difusión de los derechos, y tratando de comprometer a toda  la Iglesia en una pastoral de solidaridad y derechos humanos.

Es por eso, que ante la arremetida del gobierno en contra del propio Cardenal, los ataques a  la acción que realiza la Vicaría y su descalificación por las denuncias que ésta hace de las violaciones a los derechos humanos del régimen, el Arzobispo convoca en 1978 al “Año de los Derechos Humanos”, buscando reafirmar y comprometer aún más a la Iglesia en el trabajo de los derechos humanos y demostrar al mismo tiempo, el apoyo internacional que tiene dicho trabajo de la Iglesia Chilena en el exterior.

Esta iniciativa representó un esfuerzo extraordinario y valiente por poner el tema de los derechos humanos a nivel de todos los sectores de la vida nacional. Cientos de reuniones realizadas en las distintas  zonas de Santiago, parroquias, capillas comunidades de base, locales sindicales, clubes y sedes de organizaciones sociales. Hombres, mujeres y jóvenes se atreven a participar en estos espacios de libertad, a conversar sus problemas, a entregar testimonio de lo que ocurre en cada lugar.

Encuentros en casas de ejercicio de la Iglesia donde participan los profesionales, académicos, artistas, estudiantes, dirigentes sindicales, grupos juveniles, dirigentes de organizaciones campesinas y órdenes religiosas. Se discute el tema de los derechos humanos a la luz del magisterio de la Iglesia y otros documentos universales y la situación de su vigencia en ese momento en el país.

Se preparan diversas publicaciones, folletos y documentos de trabajo para apoyar la discusión y el análisis de los temas relacionados con los derechos humanos a los diferentes grupos convocados.

Se llama a los artistas a participar en concursos de afiches, literarios, de pintura, de canto a expresarse sobre el tema de los derechos humanos. 30 artistas chilenos se comprometen en la confección de una Carpeta Serigráfica con láminas sobre los artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Participan más de 170 artistas chilenos tanto residentes en el país como del exilio con sus trabajos para exponer en una Exposición Plástica Internacional que se realiza en el Museo del Convento de San Francisco.

Para el cierre del Año de Los derechos Humanos, se realiza el Simposium Internacional, que reúne en Santiago a 39 personalidades del más alto nivel mundial en el campo de los derechos humanos. Durante cuatro días plantean sus ponencias en los salones de la Vicaría de la Solidaridad y participan también en diversos encuentros masivos con grupos de chilenos en distintos lugares de Santiago. En el acto inaugural del Simposium en la Iglesia Catedral de Santiago, se interpreta  la “Cantata de los Derechos Humanos”, obra escrita especialmente para esa ocasión.

Al terminar el Simposium el día 25 de Noviembre de 1978, todos los participantes firman la “Carta de Santiago”, un compromiso para continuar trabajando en la defensa de los derechos humanos.

La realización del “Año de los Derechos Humanos” y sus múltiples actividades en ese 1978 nos muestra como a pesar a las difíciles condiciones existentes en el país, se pudo lograr la movilización de muchos chilenos por una causa justa, motivando la participación de amplios sectores en la defensa y promoción de los derechos humanos, creando espacios de libertad y las condiciones para poder resistir situaciones adversas entregando esperanzas en un futuro distinto.

El conmemorar en este día la realización del “Año de los Derechos Humanos”, durante ese convulsionado 1978, además de testimoniar y reconocer lo realizado esos años, nos recuerda el compromiso que siempre debemos tener en la defensa de estos derechos, y que a pesar de los años transcurridos no deja de interpelarnos y desafiarnos. La situación diferente del Chile de hoy nos reclama no olvidar dichos principios, revisar críticamente el actual estado de muchos de ellos y a continuar luchando por hacerlos realidad.

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