
El colapso de la religión — El colapso de la ciencia [*]
¿Qué pasó con estos dos pilares de la sociedad? Tanto la religión como la ciencia yacen sin vida en el suelo de la memesfera occidental. ¿Qué pasó que destruyó estas dos entidades que hasta no hace mucho veíamos como pilares de la sociedad? |

Un punto especialmente interesante del libro es la importancia que Todd le da al declive de la religión, del protestantismo en particular. Antes de leer el libro de Todd, ya noté (already noted) el declive de las creencias en Dios en los Estados Unidos, y lo llamé un «colapso de Séneca» de la religión. Todd ofrece una interpretación similar: la religión está decayendo o colapsando en todas partes. En las últimas décadas se ha visto una aceleración del colapso que llevó a la sociedad occidental a su estado actual, que Todd define como “nihilismo”.
En esta etapa, Occidente ha perdido todos sus puntos de referencia y ahora se mueve completamente al azar, ni siquiera como un zombi, que, al menos, tiene un objetivo en el cerebro humano. En cambio, dice Todd:
La implosión gradual de la cultura WASP -blanca, anglosajona y protestante- desde los años 1960 ha creado un imperio desprovisto de centro y proyecto, una organización esencialmente militar dirigida por un grupo sin cultura (en el sentido antropológico) cuyos valores fundamentales son poder y violencia. A este grupo se le suele denominar «neoconservadores».
Estados Unidos ya no tiene una clase dominante nacional en el sentido clásico; si ya ni siquiera tiene una cultura central bien definida, pero sí un Estado y un mecanismo militar gigantescos, son concebibles otros resultados además de la simple retirada de un Estado-nación.
… El protestantismo fue ciertamente la matriz del despegue de Occidente, pero su muerte hoy es la causa de su desintegración y, más prosaicamente, de su derrota.
En su libro, Todd no parece demasiado preocupado por explicar las razones profundas del colapso de la religión. Es simplemente algo que sucede y que puede usarse para explicar el colapso demográfico de Occidente y su evidente desorientación, derrotas y locura.
Al mismo tiempo, Todd no explora la trayectoria de la “otra religión” de Occidente, la llamada Ciencia. Tampoco explora la profunda ruptura en la sociedad occidental creada por la pandemia de COVID-19 que dañó, quizás sin posibilidad de reparación, el tejido mismo de la ciencia.
Creo que tenemos que profundizar más en esta historia. En mi publicación anterior (In my previous post), cité a Balaji Srinivasan diciendo que “no es sólo Dios el que está muerto. Es el Estado el que está muriendo. Porque aquí, en los inicios del siglo XXI, la fe (faith) en el Estado está cayendo en picado”. Y permítanme agregar que vimos durante la pandemia cuán profundamente se basa el Estado moderno en la ciencia. La confianza en el Estado cae paralelamente a la de la Ciencia.
Entonces, ¿por qué sucede esto? Creo que necesitamos una definición general de las cosas que estamos discutiendo: ciencia, religión, el sistema legal de un estado y algunos otros elementos de la sociedad que normalmente damos por sentado. Todas ellas son herramientas de comunicación. Podría definirlos como «idiomas».
Un lenguaje hablado no es suficiente para una comunicación significativa. Es posible que entienda lo que alguien le está diciendo, pero se niegue a actuar en consecuencia, por ejemplo, adorando a Baphomet o disparando a prisioneros desarmados. En cambio, la religión se comunica en términos de creencias compartidas, incluso sin palabras. Si ves a alguien haciendo la señal de la cruz, inmediatamente sabrás algo sobre sus creencias básicas y su visión del mundo. Lo mismo ocurre con la ciencia. Algunas de sus emanaciones, como el uso de mascarilla, son comprensibles para la gente común como banderas de determinadas creencias. Más en general, la sociedad es una red y los idiomas son la herramienta que permite a los nodos (personas) comunicarse entre sí. Es la comunicación la que mantiene unida la red. Sin comunicación, sin red.
Entonces, ¿por qué perdimos la herramienta que hace posible la red que llamamos sociedad, su sistema de comunicación? Ya sea que pensemos en la religión o en la ciencia, las vemos a ambas tiradas sin vida en el suelo: cadáveres de un mundo que ya no existe. Para usar las palabras de Tolstoi sobre l invasión del ejército de Napoleón a Rusia, ¿”Qué causó este suceso extraordinario”?
Balaji propone que la Inteligencia Artificial ha vuelto inútiles tanto al Estado (incluida su ciencia) como a la religión. Puede que tenga razón, aunque creo que va demasiado rápido. El declive de la ciencia y la religión comenzó mucho antes de que la IA apareciera en escena. Creo que hay una explicación más básica que tiene que ver con los recursos.
Normalmente, los historiadores y economistas parecen pensar que la sociedad crea los recursos según sea necesario. En la visión de Todd, el protestantismo creó una sociedad industrial que luego explotó el carbón y otros combustibles fósiles. Sin embargo, existe una idea que llamamos “economía biofísica” que ve las cosas de otra manera: la sociedad se crea a partir de recursos (bienes naturales comunes). En otras palabras, el protestantismo fue creado por los combustibles fósiles como una herramienta de comunicación que nos permitió gestionar la sociedad de tal manera que se explotara la energía fósil. Sin la energía generada por los combustibles fósiles, esta sociedad desaparecería. Y el protestantismo también. Esto es lo que está sucediendo con la desaparición de los combustibles fósiles. Se debe a la desaparición gradual de aquellos recursos que eran lo suficientemente baratos como para crear la sociedad que conocemos hoy.

Explica el colapso de Occidente y su continua derrota. Explica lo que Todd llama la “mancha” de Washington, definida como “un grupo de líderes sin vínculos intelectuales o ideológicos fuera de la propia masa”. La comunicación implica compartir y obtener beneficios mutuos, pero eso sólo es posible cuando los recursos disponibles son relativamente abundantes. Cuando dejan de serlo, como está sucediendo ahora, algunos sectores de la sociedad acaparan lo que les queda. En este punto, las élites no tienen nada que comparar con el resto de la sociedad, excepto en términos de fuerza bruta, física o intelectual. Este último toma la forma de la monstruosa máquina de propaganda que Occidente ha creado, diríamos, con el propósito específico de destruirse a sí mismo. (Todd comenta a menudo que Occidente se está suicidando.)
Parafraseando a Martín Lutero: «Estamos aquí porque no podemos evitar estar aquí». Pero no nos quedamos quietos; vamos a alguna parte, aunque no sepamos dónde. Una sociedad cuyos miembros no pueden comunicarse entre sí no puede existir por mucho tiempo. Algo nuevo surgirá con un nuevo sistema de comunicación. ¿Podría ser Inteligencia Artificial, como sugiere Balaji? Bien puede serlo, al menos si logramos mantener la enorme máquina llamada Internet. Si no, tendremos que inventar algo más. ¿Una nueva religión? ¿O la resurrección de una vieja? ¿O tal vez la ciencia podría regresar de una manera más amable y menos odiosa como una entidad cuyo propósito es ayudar a las personas? El futuro sabe perfectamente hacia dónde va y nosotros sólo podemos seguirlo.
h/t Sys ATI por haberme señalado el libro de Todd en un comentario y a Attila Altan (¿tal vez la misma persona?) por haberme proporcionado una copia del libro.
UB
26/05/2024
Fuente: 26.05.2024, desde el substack. com de Ugo Bardi “The Seneca Effect” (“El Efecto Séneca”) autorizado por el autor.
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