
En el año del centenario, ingenieros de la Universidad de Concepción celebraron los 50 años de egreso de la casa de estudios
La Facultad de Ingeniería tiene su origen en la Escuela de Química Industrial, una de las cuatro carreras que conformaron los inicios de la Universidad de Concepción, en el año 1919, que surge para responder una necesidad de la sociedad penquista de aquellos años, y de todas las provincias del sur de país, puesto que los estudiantes debían hacer grandes esfuerzos económicos para estudiar en Santiago.
En 1929 la Escuela de Química Industrial pasa a denominarse Escuela de Ingeniería Química Industrial, concretándose la aspiración de formar ingenieros en ese campo, ya que esta categoría sólo era reconocida para la carrera de Ingeniería Civil, formada en las universidades de Santiago. Un año más tarde se instala esta Escuela en su nuevo edificio, ubicado en el predio universitario de La Toma, dotado de oficinas, laboratorios, bibliotecas y modernos talleres.
El auge de la Escuela, entre 1930 y 1939, fue notable y la decisión de la Facultad de Tecnología de dictar en 1931 un primer año de Ingeniería Civil, posibilitó que alumnos interesados comenzaran una carrera en Concepción, para luego proseguir en universidades en Santiago. Esto generó el incremento de la matrícula en un 700%. Posteriormente, se creó el Instituto de Física y Matemáticas, el cual formó parte de la Facultad de Tecnología, que pasó a llamarse Facultad de Matemáticas y Tecnología.
Esta es parte de la historia de la Facultad de Ingeniería que por estos días celebra el Centenario de una de las universidades más importantes del país.
El pasado año 2018 una de sus generaciones cumplió 50 años desde su egreso y por ello prepararon una celebración en el Centro Español de Concepción.
Fue una comida de camaradería en la que se reunieron 17 ex compañeros del curso de Ingeniería Civil Mecánica de la UDEC. Junto a sus esposas recordaron la universidad y la Escuela de Ingeniería, también evocaron a ex alumnos que ya no están como Aníbal Matamala, Ignacio Chacón, Oscar Inostroza y Erico Bittner.
Uno de los asistentes, Carlos Bonifetti, recuerda que “las herramientas que usábamos en nuestros estudios era la regla de cálculo y el tablero de dibujo con tecnígrafo y para las planillas, cuadernillos de papel cuadriculado, predecesores de las planillas Excel. No existían las calculadoras electrónicas ni fotocopiadoras. Recién aparecían las computadoras, enormes y con menos capacidad de proceso que un celular actual. En tercer año fuimos el primer curso que tuvo el ramo computación y aplicábamos nuestros programas en el recién llegado a la U, computador IBM 360, la maravilla de la época”.
Boniffeti también recordó a los profesores que “con sus conocimientos y experiencias nos otorgaron una adecuada formación profesional para que al ejercer la profesión pudiésemos aportar con nuestro trabajo a la sociedad en que vivimos”.
También asistió Esteban Péndola quien recordó: “Fuimos un curso de estudiantes muy distintos unos de otros, nos formamos en un ambiente de absoluta tolerancia, libertad y respeto, en una universidad cuyo lema hace justicia a lo que realmente es el ambiente de formación universitaria y humana integral”. “Nos formamos en una época de mucha confrontación de ideas, de muchos ideales, queríamos hacer una sociedad mejor. Hicimos sin pensarlo 50 años de profesión, nos desempeñamos en distintas áreas de la economía, de la educación, varios de nosotros fueron al extranjero y dejaron muy bien puesto el nombre de nuestra universidad. Somos tan distintos, pero seguimos siendo los mismos”. +
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