
Europa: Si tienes el mapa equivocado, nunca llegarás a tu destino. [*]
| Por qué gastar 800.000 millones de euros en armas no es buena idea. |

Hace años, me perdí en el metro de Moscú. Intentaba seguir un plano que llevaba conmigo, pero, hiciera lo que hiciera, tras varias vueltas, volvía al mismo sitio. Fue una experiencia escalofriante: estaba rodeado de letreros escritos en un alfabeto que no podía leer y una multitud de gente ocupada cuyo idioma no entendía. Finalmente, logré volver a casa. Más tarde, un amigo me señaló que estaba usando un plano que tenía al menos 10 años y que no mostraba las nuevas conexiones construidas desde entonces. ¡Con razón me perdí!
Si tienes el plano o mapa equivocado, no puedes llegar al destino correcto. La historia de la ciencia está llena de intentos de usar teorías erróneas para cartografiar el mundo: ¿recuerda cosas como el «flogisto» y el «éter cósmico»? Y no olvidemos la gran cantidad de desastres en medicina, entre los que destaca la mala gestión de la COVID-19.
El concepto de «mapa equivocado» se aplica perfectamente al reciente plan «Rearma Europa»: gastar 800.000 millones de euros en armas. ¿Por qué quieren hacer eso? ¿Por qué 800.000 millones?
Probablemente sea consecuencia del «Plan Draghi» (“Draghi’s Plan”), un documento elaborado por Mario Draghi, ex primer ministro italiano. En enero de 2025, propuso estimular la economía europea invirtiendo una cantidad masiva de dinero, 800.000 millones de euros al año, para construir nuevas infraestructuras en áreas como la alta tecnología y la investigación. El plan «Rearma Europa» está claramente inspirado en la propuesta anterior de Draghi, aunque algo menos ambiciosa: los 800.000 millones se gastarían en cuatro años en lugar de anualmente.
Draghi es un economista de la vieja escuela que considera que la economía se rige principalmente por factores monetarios. Acertó en su evaluación del problema: la inversión insuficiente en nuevas tecnologías e infraestructuras estaba llevando a la industria europea a ser aplastada por la competencia china. Pero no entendía la razón de la falta de inversiones. Basándose en modelos económicos estándar (mapas erróneos), pensó que el gobierno tenía que intervenir imprimiendo más dinero para estimular al caballo muerto a ponerse de pie nuevamente.
Sin embargo, existe una razón para la falta de inversión en Europa. Se hace evidente si se utiliza el mapa correcto. Según la perspectiva de la economía biofísica, la economía se basa en recursos. Y el recurso más crítico es la energía. Con energía barata, la economía crece. Sin ella, decae y podría colapsar.
Utilizando el mapa de la bioeconomía, se puede trazar el camino que llevó a Europa a su situación actual. Antes de 2022, Europa obtenía la mayor parte de su energía del gas ruso a bajo precio. Este gas permitió a Europa planificar una transición hacia una nueva infraestructura industrial basada en energías renovables. Se estaban logrando avances, pero era un plan de décadas. Luego, todo el proceso se desplomó en 2022, cuando la operación militar rusa en Ucrania obligó a Europa a cambiar a fuentes de gas más caras.
En 2020, el gas natural costaba menos de 10 euros por MWh. En 2021, se disparó a más de 200 euros por MWh. Actualmente, sigue siendo entre 4 y 5 veces superior al nivel anterior a la crisis. El consumo de gas natural en la UE se desplomó casi un 30% desde 2020, compensado solo en parte por otras fuentes y medidas de eficiencia. No es de extrañar que la economía europea se esté estancando: está desesperada por la energía.
En 2022, muchos funcionarios gubernamentales europeos creían sinceramente que la economía rusa colapsaría en cuestión de semanas debido a las sanciones económicas. No se dieron cuenta de que las sanciones son un arma de doble filo y de que Europa no contaba con los recursos naturales que Rusia posee. El desastre sobrevino, con la economía europea contrayéndose y perdiendo cada vez más terreno frente a las economías asiáticas.
Hoy, más de tres años después del descarrilamiento, los funcionarios gubernamentales europeos parecen creer firmemente en el enfoque de Draghi: generar dinero para estimular la economía europea. Pero han modificado el objetivo: ahora la idea es que el estímulo podría provenir del aumento del gasto militar.
Es un mapa equivocado: se puede imprimir dinero, pero no se pueden imprimir recursos. Rearmar Europa significa desviar recursos de donde se necesitan desesperadamente: una nueva infraestructura energética basada en fuentes renovables que podría proteger a Europa de los enormes costes de las importaciones de energía. Incluso desde una perspectiva puramente militar, un ejército fuerte es inútil si no se apoya en una economía sana. Y, sin energía asequible, no hay economía sana.
La Unión Europea corre el riesgo de seguir un camino trillado hacia la ruina, ya recorrido por imperios anteriores. Mientras los responsables europeos sigan el mapa equivocado, «Europa» está destinada a convertirse en un simple término geográfico para una pequeña península en el extremo occidental de Eurasia. ¿Estamos a tiempo de cambiar de rumbo? Quizás no sea demasiado tarde. No será fácil, pero si logramos revivir el plan anterior, el de una nueva infraestructura europea de energías renovables, aún hay una oportunidad.
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Para un poco de optimismo en esta situación desesperada, eche un vistazo al reciente documento de Rethinkx sobre la idea de la «Energía Estelar» (“Stellar Energy”). ¿Irrealista? ¡Tan poco realista como la idea de que la guerra pueda traer paz y prosperidad!

UB
19/05/2025
Fuente: 19.05.2025, desde el substack .com de Ugo Bardi “The Seneca Effect” (“El Efecto Séneca”), autorizado por el autor.
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