«La conservación es un estado de armonía entre el hombre y la tierra.»

Aldo Leopold.

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¿EVITAREMOS LA CATASTROFE? (II)

El jefe del Programa Mundial Climático de Datos y Monitoreo de la OMM, Omar Baddour, especificó que “el aumento del nivel del mar se está acelerando lo que significa que el riesgo de inundación de áreas de tierra bajas está aumentando con el tiempo (lo que significa un peligro para el 20% de la población chilena que vive en áreas costeras)” y que “la combinación de aumento del nivel del mar, hace que las tormentas sean más devastadoras en las áreas costeras, dañando los puertos, instalaciones pesqueras y viviendas de los pescadores”. Agregó, que “el calentamiento de los océanos ya ha causado graves daños a la flora y fauna marina como los corales”, y que “esto tiene dramáticas consecuencias en la reserva y diversidad de peces. La reducción del nivel de oxígeno en el océano y la acidificación del mar afectan la vida marina como un todo” (Ibid.).

Baddour concluyó señalando que “estas no son buenas noticias para nada”, aunque añadió que “una drástica reducción en la emisión de CO2 y una rápida transición a una economía descarbonizada ayudará a ahorrar tiempo y disminuir los riesgos de los escenarios más devastadores”. También, señaló que todos podemos contribuir significativamente a evitar la catástrofe: “La única manera de revertir la tendencia es disminuyendo la demanda de carbón antes de alcanzar el punto de inflexión de muchos indicadores climáticos, que se encuentran en grado naranja, cuando no rojo”. Y que “la electricidad y la calefacción contribuyen con un 25% de las emisiones de CO2, el transporte entre 14% y 25%, y la industria en un 20%”, por lo que “la gente común puede optimizar el uso de estos factores” (Ibid.).

Evidentemente que el factor de fondo de este nefasto proceso lo constituye el modelo de desarrollo de un productivismo extremo y de maximización ilimitada de ganancias privadas que los grandes poderes económicos han logrado establecer mundialmente desde la Revolución Industrial. Ha sido tal el poder político y la hegemonía cultural que aquellos han conseguido, que, pese a que desde hace décadas ha habido crecientes evidencias científicas del progresivo desastre ecológico de dicho modelo de desarrollo, éste se ha mantenido virtualmente incólume, conduciéndonos al borde del apocalipsis planetario. Por tanto, si no somos capaces – ¡y rápidamente! – de sustituir ese modelo económico y valórico, por uno donde se privilegie el bien común – social y ambiental – es prácticamente seguro que la humanidad desaparecerá de la faz de la tierra en cuanto sociedad civilizada.

Por cierto, que no será para nada fácil salvar la civilización. La tendencia de quienes acumulan poder y privilegios es a mantenerlos por cualquier medio. Y no sólo por un egoísmo desmesurado, sino también por el natural autoengaño que se produce en el ser humano cuando se trata de preservar situaciones humanas y sociales con las que uno está satisfecho, y a las que uno está profundamente acostumbrado y que considera plenamente legítimas. De este modo, tenderán a convencerse a sí mismos de que las evidencias científicas no son tales o, que al menos, son muy exageradas; por lo que considerarán que cambios menores dentro de la conservación del mismo modelo de desarrollo, bastarán para evitar el desastre y permitirán que la humanidad continúe con el creciente progreso material experimentado efectivamente desde hace dos siglos.

Por otro lado, buscarán desacreditar a los científicos como exagerados y, especialmente, a quienes lideren una lucha para hacer efectivo lo antes posible el cambio del modelo económico vigente. Ya estamos viendo como ha empezado una despiadada campaña de desprestigio en contra de la voz mundial más connotada en este sentido: la de la adolescente sueca Greta Thunberg, que se ha ganado la admiración mundial por su notable liderazgo en la materia. Y, por cierto, en la medida que se fortalezca un movimiento mundial por el cambio del modelo, las resistencias de los principales detentadores del poder y las riquezas aumentarán significativamente.

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1 Comentario en ¿EVITAREMOS LA CATASTROFE? (II)

  1. Directo a la vena, como suele decirse cuando las cosas se dicen de frente. Y con pocas palabras. La verdad descarnada que la sociedad se niega a aceptar.

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