
GERMANISMOS GASTRONÓMICOS
No son pocos los términos del idioma alemán que se mantienen vigentes en nuestro estándar cotidiano. Esto se debe ciertamente al intercambio de lenguas que se ha producido a raíz de las tres inmigraciones que se han producido desde Alemania hacia nuestro país. La primera ocurrió a fines del siglo XIX; la segunda, al finalizar La Primera Guerra Mundial y la tercera, al cabo de la Segunda Guerra Mundial.
Los colonos alemanes se radicaron en nuestro país y entonces, porque conservaron varias de sus tradiciones de origen, en especial en las comidas que mantuvieron su vigencia a través de las décadas, se incorporaron numerosos elementos léxicos en nuestro idioma castellano.
En el ámbito de la repostería se han acuñado varias unidades léxicas conocidas a cualquier hablante del castellano de Chile. Así, tenemos por ejemplo, la palabra kuchen que es una” tarta cubierta con frutas”, término proveniente del alemán. También tenemos el conocido strudel de manzanas que es un rollo de masa de repostería relleno con manzanas, pasas, nueces y muy especiado; o el famoso Streusselkuchen o “kuchen de migas”.
Los populares berlines o en alemán Berliner Pfannkuchen, originales de la ciudad de Berlín, son dulces grandes y redondos, rellenos con una mermelada ácida, dulce de membrillo – de preferencia en nuestro país – o con una simple crema pastelera para luego proceder a freírlos en abundante aceite. Una innovación chilena es rellenarlos con el delicioso manjar nuestro, pero los alemanes no lo prefieren por ser demasiado dulce y hostigoso.
Conocemos también los zepelines , dulces rellenos con crema pastelera y espolvoreados por encima con mucha azúcar flor. El nombre de este pastel nos recuerda la forma de un vehículo militar dirigible, diseñado por el conde Ferdinand von Zeppelin, aeronauta alemán (1839 – 1917), muy utilizado con propósitos bélicos a fines del siglo XIX y comienzos del XX.
Muy típico alemán es también el Apfelmus o Mus , puré demanzanas que se usa para acompañar preferentemente carne asada de cerdo, ave o asado molido alemán. Otro acompañamiento favorito de los alemanes y los chileno-alemanes del sur son los Kartoffelpfannkuchen , palabra compuesta en alemán por Kartoffel (“papa”) y Pfannkuchen, es decir,” kuchen al sartén”, o sea, “panqueques de papas”.
Entre los platos salados tenemos el “repollo morado” – del alemán Rotkohl – guisado a la olla con manzanas, vino blanco, cebolla rehogada y muchas especias como pimienta, canela y clavo de olor; muy adecuado como acompañamiento de carnes asadas.
A quien no se le se activan las papilas gustativas y se le “hace agua la boca”, al pensar en un Eisbein – pernil de cerdo cocido o ahumado – acompañado de Kartoffelkloesse – albóndigas de papa – papas cocidas y Sauerkraut o chucrut , este último ítem léxico no es de etimología germánica, sino francesa y viene de chou y crue que se refiere a un proceso de fermentación al que se somete al repollo blanco antes de ser consumido.
Los diferentes tipos de salchichas, típico alimento popular germano, mantienen muchos de ellos su fisonomía del alemán. Por ejemplo: “vienesas”, conocidas en alemán como Wiener Wurst (“salchicha de Viena”); el “paté de jamón” o Teewurst (literalmente “salchichón para el té”), lo prefieren los alemanes y otros no alemanes a la hora del té. “La salchicha blanca” o Weisswurst en alemán, adobada con comino alemán, diferente al comino chileno, es bastante consumida por el público nacional.
La palabra Delikatessen (“comida delicada o especial”) es un término alemán que se maneja frecuentemente en el campo de la gastronomía gourmet y apunta a ciertos alimentos muy selectos para personas de gustos altamente refinados a la hora de comer; así también se denominan en Chile los locales donde se expenden estos productos.
No hay que desconocer el hecho que el francés es el rey en relación a la cantidad de términos que hemos “tomado prestados” de este idioma en los campos de la gastronomía, la repostería y la panadería que se conocen en lingüística como galicismos. Son muchísimos, pero nos comprometemos a reunir algunos para una próxima ocasión. Mientras tanto, digamos Guten Appetit! antes de probar alguna de las comidas aludidas y – como bajativo- brindemos con un Kirsch , un tipo de aguardiente que se elabora y tiene sabor a “cereza”.
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