
HUMEDALES URBANOS, ¡SIN PROTECCIÓN!
El incendio ocurrido en el Humedal Paicaví (o lo que queda de él), el miércoles 17 de noviembre, comenzó poco antes de las 21:00 horas, aparentemente iniciado por una bengala lanzada por un hincha del equipo de fútbol Universidad Católica, desde el exterior del Hotel Diego de Almagro. Resultado: más de 5 hectáreas de totorales y pastizales quemados, con numerosos ejemplares de fauna aviar con resultado de muerte y una notable estampida de coipos. Un desastre ambiental provocado por la irresponsabilidad humana y la negligente actitud y lenta reacción de las instituciones del estado que no fueron capaces de apagar el incendio. La noticia se expandió de inmediato por la reacción casi instantánea de la Red de Humedales del Biobío para informar y comentar el suceso por Facebook Live: https://www.facebook.com/2211161482453878/videos/1077717363060941/
Esperamos que esta verdadera tragedia logre un cambio de actitud de parte de las autoridades del país hacia escuchar a las organizaciones ciudadanas.
Cuando las organizaciones ambientalistas preguntaban años atrás a autoridades y funcionarios de los departamentos de medio ambiente de las municipalidades ¿por qué no protegen los humedales urbanos?, las respuestas típicas y recurrentes eran (y aún son) del siguiente tenor: “No podemos hacer nada, estamos atados de manos, porque no hay una ley que los proteja; además, los humedales, en general, son de propiedad privada y expropiarlos para protegerlos sería muy costoso”. Sin embargo, ahora que desde 2020 tenemos ley para su protección: la Ley N° 21.202 [1] que modifica diversos cuerpos legales con el objetivo de proteger los humedales urbanos, promulgada el 16.01.2020 y publicada el 23.01.2020, los humedales urbanos siguen sin protección como si no hubiese ley. Cosas que suceden en un país enfermo de “legislitis aguditis” [2].
Nos preguntamos ¿por qué, ahora que tenemos ley que los protege seguimos en las mismas, como antes de su promulgación? Y la respuesta es bien simple: la institución responsable de solicitar la declaración de humedal urbano al Ministerio de Medio Ambiente -requisito “legal” para su protección- es la municipalidad de la comuna, y la gran mayoría de las municipalidades simplemente no emiten esa solicitud, por negligencia o vaya a saberse por qué otras razones.
Si las municipalidades no solicitan la declaración, es el Ministerio de Medio Ambiente (MMA) quien puede hacerlo por oficio. Pero no lo hace.
Y así las cosas, el compromiso del MMA de declarar 40 humedales urbanos, no se ha cumplido. Sin embargo algo se ha avanzado: el 2 de febrero de 2021, Día Mundial de los Humedales, el MMA inició por oficio el proceso de declaratoria de 33 humedales urbanos del país, cuatro de éstos ubicados en la región de Los Ríos. El Humedal Angachilla sigue pendiente, como asimismo el Humedal Tres Puentes de Punta Arenas, el Humedal Los Batros de San Pedro de la Paz, entre varios otros.
Humedal Angachilla Valdivia
Mientras tanto, continúan el uso de los humedales urbanos como basurales y botaderos clandestinos de escombros y sufriendo rellenos para su urbanización y construcciones debido a los mal elaborados y permisivos planes reguladores comunales y metropolitanos.
Por último, la Corte Suprema de Justicia, ha sentado jurisprudencia en sendos fallos que protegen a humedales urbanos: el Humedal Llantén de Puerto Montt y el Humedal Laguna La Señoraza de Laja, los que se deben considerar como tales aunque no tengan la declaración oficial según laLey N° 21.202. Y esto tampoco se está cumpliendo.
Podemos concluir, por tanto, que con o sin ley de protección, los humedales urbanos siguen completamente desprotegidos y en vías de extinción, por la negligencia e irresponsabilidad de las instituciones del Estado ante el poderoso embate de empresas inmobiliarias que siguen rellenándolos a su antojo ante la vista gorda de las autoridades. El incendio en el Humedal Paicaví es una consecuencia de esta negligencia de parte del Estado. Y todo esto porque, como bien lo dijo Sergio Federovisky: “[…] –aunque hay muchos que se preocupan, se desgañitan, se desgarran y se inmolan– el medio ambiente no le importa a nadie: es la historia de la postergación eterna” [4].
Lo expresado por Juan Pablo Bertazza, en una columna de Página 12 [5] comentando el libro de Federovisky ‘El medio ambiente no le importa a nadie’,es certero: “En definitiva, lo más grave del medio ambiente –ese medio por el que nadie deja de perseguir sus fines– es que muchos de sus problemas tienen solución. Y eso es, precisamente, el mayor problema. Lo más preocupante”.
Fuente de imagen
Referencias
[1] https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=1141461
[2] https://lahora.gt/legislitis-aguditis/
[3] https://forecos.cl/2021/11/declaran-tres-humedales-urbanos-en-valdivia/
[4] https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/futuro/13-1028-2004-12-11.html
[5] https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/futuro/14-1674-2007-03-24.html
[6] https://laventanaciudadana.cl/a-alguien-le-importa-el-medio-ambiente/
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