LA CIUDAD CREATIVA DE LA MÚSICA. EVENTOS Y GENTE MÍTICOS: MEMORIA Y PROYECCIÓN
Concepción Ciudad Creativa de la Música, así se la declaró a nuestra ciudad (junto con otras dos en Chile: Frutillar y Valparaíso), después de postularla por segunda vez ante la UNESCO, organización de las Naciones Unidas. Se trata de un reconocimiento mundial que tiene proyección cultural y turística para las ciudades del globo que lo ameriten, lo cual significó reconocerle antes méritos inobjetables. Bien por Concepción y el país, y por nosotros sus habitantes que deberemos esforzarnos en mantener este bien ganado galardón, y con ello llegar al mejor nivel aún posible.
Para mí la música es la manifestación más sublime del espíritu humano. ¿De dónde me viene eso? En mi memoria, desde niño yo llegaba a esta ciudad con algunos de mis hermanos (fuimos 8, con 23 años de diferencia entre el mayor y el menor), con uno de los dos padres, las más de las veces con la mamá, a veces con ambos, para asistir a grandes conciertos o a funciones de algún buen ballet extranjero o nacional; veníamos de nuestro lejano pueblo por algunas horas, casi exclusivamente para esos privilegios culturales que solo se tienen en la gran ciudad. Casi puedo recordar todas esas especiales ocasiones, aunque también veníamos a funciones de teatro u operetas del mejor nivel. Mi madre, esforzada empleada pública, siempre estaba especialmente preocupada de que apreciáramos el arte, y principalmente la música con mayúscula, y para eso había que ir a la gran ciudad. Recuerdo nítidamente cuando niño caminando por el centro de la ciudad en la tarde noche con una de mis hermanas mayores cuando desde un alto edificio se abrió una ventana y un buen músico tocó potentes e interesantes acordes con una refulgente trompeta –¡estas cosas pasan nomás en una ciudad como esta!, fue mi reflexión…
Pero en mi nido pueblerino, enclavado en plena cordillera costera y a orillas del río Itata, siempre tuvimos en casa buenos receptores de radio (los Philips holandeses, joyas tecnológicas en aquellos años) donde me daba el gusto de escuchar las trasmisiones nocturnas de mi amada música de jazz, en veleidosa onda corta y directamente desde USA (The Voice of America, Music USA, The Jazz Hour).
Cuando ya adolescente, en verano venía impajaritablemente a la ciudad para los festivales hoy míticos que organizaba el entonces Club de Jazz de Concepción, algunos internacionales, ni más ni menos. Ya algo mayor, cuando reaparecí y anclé en esta ciudad después de mi etapa secundaria en el santiaguino INBA, y ya egresado de la Universidad de Chile, también anclé mis radio-receptores (nunca menos de tres: portátil, mediano y un HF fabricados por mí mismo solo para escuchar bien la buena música) en la Radio Universidad de Concepción, principalmente por sus excelentes programas de música docta, el jazz y también de las otras, como el emergente rock, pero también la folclórica auténtica: Música con mayúscula siempre (además, por mi amistad con locutores y programadores como Fernando Álvarez y Francisco Miguieles, gente de radio ahora mítica). Con esa radio, la de entonces también ya mítica creada por el rector David Stitchkin, la buena música estaba en el aire de la ciudad y la región, pero también con la entonces naciente orquesta Sinfónica de la Universidad y, desde siempre, con conjuntos de cámara.
No obstante, en aquellos años, musicalmente era de peso pesado en Chile el Coro Polifónico, dirigido por el mítico Arturo Medina McKay, coro de la Sociedad Sinfónica de Concepción; y también lo era el Conjunto Folclórico; ambos conjuntos eran de eventos para mí imperdibles, eventos locales, pero muchas veces los hacían en la capital del reino, o fuera del país, porque eran requeridos…Conjuntos también ahora míticos.
Y en la actualidad, con más de una orquesta sinfónica y nutridos conjuntos de cámara profesionales y de alto nivel, con la música en la academia en conservatorios y universidades, bandas de jazz en colegios, ciudades y comunas, con la variedad enorme de conjuntos juveniles de música popular de todo tipo, con este verdadero ámbito musical generado la ciudad se las trae. Y con ella nuestra región del Biobío.
El núcleo de todo esto está obviamente en su gente: aficionados amantes de la música como yo y tantos otros mayores y menores, una juventud que revienta por aprender y por profesionalizarse, conjuntos ya validados aquí, en el país, y fuera de él. Profesionales de la música de marca mayor, directores, intérpretes, compositores: la pléyade (1) musical pencopolitana que se esparce por las ciudades del país y lejos más allá.
Con todo lo que ya somos y más, tendremos que conformarnos (2) en un mito ¡Para allá vamos!
AZE
02/10/2023
(1) PLÉYADE: GRUPO DE DESTACADOS EXPONENTES DE UNA MISMA DISCIPLINA. (RAE)
(2) CONFORMAR: EN ESTE CASO, CONFORMAR UNA EMPRESA ES CREARLA DESDE LA IDEA QUE SE TIENE MENTALMENTE HASTA PLASMARLA EN LA REALIDAD. (RAE)
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