
La Nueva Guerra Fría
Creo que todos recordamos, algunos de aquellos momentos que marcaron el comienzo o el final, de la época histórica de los ataques con las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, un mes de Agosto de 1945. La «Cortina de Hierro» mencionada por Winston Churchill en su discurso del 5 de Mayo de 1946, anunciando el comienzo de la Guerra Fría; la demolición del la Muro de Berlín el 9 de Noviembre de 1989, señalando el final de la Guerra Fría; y los ataques a las Torres Gemelas en el Centro Comercial Mundial (World Trade Center), en la ciudad de Nueva York, y al Pentágono en Washington, D.C., aquel 11 de Septiembre en el 2001, precipitaron la nunca terminada Guerra al Terror. A todo esto, ahora debemos agregar un nuevo punto de inflexión : la escalada de la “Nueva Guerra Fría”, puesta en marcha en Febrero de este 2018.
Tres eventos interconectados le han dado al pasado mes de Febrero esta distintiva situación. Primero, la Postura Nuclear descargada por la administración de Donald John Trump, que ha sido como un borrador de un arsenal nuclear expandido, y una ley más tolerante, con relación al uso de las armas nucleares. Segundo, la decisión del oficialismo chino para eliminar los términos que limitaban el período presidencial en ese país, pavimentándole el camino a Xi Jinping, para que continúe gobernando después del término de cinco años de su presidencia, el cual vence en el año 2023. Y, Tercero, el presidente ruso, Vladimir Putin, al presentar su discurso nacional el 28 de Febrero pasado, en el que anunció el desarrollo de una nueva familia de armas nucleares, con la intención de aniquilar los sistemas anti-proyectiles teledirigidos estadounidenses y atacar al corazón norteamericano.
La Revisión en la Postura Nuclear de Trump es un juego cambiante, porque repele la lógica que gobernó las armas nucleares bajo la presidencia de Barack Obama, que tenía como metas limitar su uso para sólo el caso de un asalto nuclear por parte de un país enemigo, en vez de utilizarlo con propósitos más amplios, incluyendo el categórico avance ruso en las fuerzas de NATO, o para vengarse contra un asalto cibernético contra la infraestructura crítica de los Estados Unidos de Norteamérica. La decisión china en términos de limitarlos también, es muy significativa porque le permitirá a Xi Jinping proceder con su plan de restaurar a su país en su rol histórico como el poder dominante en Asia, lo cual provocará una gran resistencia desde Washington, D.C., a lo que no está dispuesto a renunciar, en vez de dejarse vencer por el rol hegemónico de los Estados Unidos en esa región. El discurso de Putin completó la tripleta de eventos fundamentales, señalando la determinación de Rusia de contra-atacar los avances nucleares norteamericanos, con una igualdad de medidas aterrorizantes, afirmando que los Estados Unidos en forma vengativa buscan incapacitar a Rusia instalando sistemas avanzados de anti-proyectiles, Putin anunció tener planes para desplegar proyectiles nucleares y enviar submarinos automáticos, sin personal designado, para vencer cualquiera de esas capacidades.
Estos tres eventos juntos, han hecho mucho en la creación de un ambiente internacional bastante sospechoso, además de una hostilidad y belicosidad, que no generan un clima sustancialmente diferente al ambiente de pesadilla vivido durante la Guerra Fría anterior. En aquella época, además, las medidas militares habían sido acompañadas de un desliz hacia las vistas de desacuerdos autoritarios y supresivos. Pero, en la actualidad es muy diferente, porque hay tres, en vez de dos poderes envueltos, aumentando el espacio de un mal cálculo, y porque el mundo actual contiene un mayor potencial que nunca hubo antes, incluyendo un envolvimiento de otros países nuclearmente armados, tales como la India, Pakistán, Israel, y Corea del Norte.
Para mantener la paz en esta nueva era, será necesario revivir muchas iniciativas de desarme utilizadas en la era de la Guerra Fría original, también revigorizarlos con los medios más avanzados de la organización y la comunicación de los años recientes. Durante la era de aquellos años, los que abogaban por la paz operaban en dos niveles: A través de campañas masivas para colocar presión en las figuras políticas, por ejemplo, la campaña para congelar las armas nucleares; y trabajando con la comunidad científica para concebir las medidas del control de las armas dirigidas hacia la reducción del riesgo de un Armagedón nuclear. Los activistas de hoy deben realizar una estrategia similar, buscando la movilización de un envolvimiento público más grande, sobre temas nucleares en forma simultánea con un cabildeo, para obtener medidas específicas que puedan parar un desastre.
Trabajando para una oposición, y luego finalizar una carrera revivida de armas, debe ser la meta de estos esfuerzos, con todos los estados nucleares amonestados para que detengan su persecución sobre nuevos sistemas de armas, las que invitan e igualmente atemorizan la adquisición por los rivales. Sin embargo, la prioridad debe ser la prevención de una guerra, posiblemente el envolvimiento del uso nuclear con Corea del Norte. Solamente a unas semanas antes de que los Estados Unidos de Norteamérica programe otra vuelta agresiva de ejercicios militares en la región, un movimiento que puede destellar más pruebas de proyectiles nucleares de parte de Pyongyang y empezar a barrenar al Presidente Moon Jae-in de Corea del Sur en su iniciativa por la paz.
La guerra podría llegar muy pronto. El reciente entendimiento de Corea del Sur en las negociaciones con Corea del Norte, de establecer un acuerdo para conversar con los Estados Unidos, sobre las posibilidades de no continuar con los experimentos nucleares por parte de Corea del Norte, podría ayudar a alejar la Tercera Guerra Mundial, pero solamente si el gobierno estadounidense responde en una forma reconciliadora. Los lectores de La Ventana Ciudadana, en los diversos países donde nos leen, pueden ayudar para adelantarse a las acciones precipitadas de Washington, D.C., urgiendo a los miembros del Congreso norteamericano, para que apoyen una Ley No Constitucional relativa a controlar un Ataque Contra Corea del Norte. Pueden llamar a los siguientes números de teléfonos: La Casa de Representantes (202) 224-3121; el Senado (202) 224-3121; y, la Casa Blanca (202) 456-1414. Así podremos sobrevivir a esta Nueva Guerra Fría, pero solamente a través de movimientos de activistas a nivel mundial, que fueron los que ayudaron a finalizar la primera Guerra Fría.
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