«El mayor problema ecológico es la ilusión de que estamos separados de la naturaleza.»

Alan Watts.

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LAS ELECCIONES QUE SE VIENEN

Con la inscripción de las candidaturas a Presidente, Senadores, Diputados y Cores, las cartas están echadas y el reloj empieza a correr en forma acelerada para las elecciones del 21 de noviembre. Estas serán las primeras elecciones para dichos cargos, luego de las movilizaciones de octubre de 2019, situación que supone abrió una nueva etapa en la política chilena. Un estallido social que logró despertar a una sociedad que había estado adormecida frente a las injusticias por varias décadas, remezón que no tuvo temor a derribar esas verdades “sagradas” tan fielmente vigiladas por los que detentan el poder, provocando un cambio en los actores políticos. Ya en las elecciones para Alcaldes, concejales, gobernadores regionales y delegados constituyentes, se vio reflejado ese nuevo escenario político. Por lo tanto, dicha lógica debería esperarse también en este próximo proceso electoral.

Las demandas de las movilizaciones del 2019, entregan el marco de las aspiraciones que tiene el pueblo para sus nuevas autoridades y en especial por quien será el Presidente o Presidenta de la República para el próximo período. La vara está en alto. Hoy ya nadie puede ofrecer menos que un cambio profundo en la estructura de la sociedad. El sistema económico neo liberal está lo suficientemente cuestionado y no se admiten sólo pequeños arreglos y modificaciones. La gente espera cambios de verdad. Nada de camuflajes que permitan el lucro y las ganancias de los más ricos y grandes empresarios. Las políticas de ayuda a la población en salud, educación, vivienda y pensiones dignas para la vejez tienen ahora el carácter de urgentes y prioritarias. Las medidas para poner término a la injusta distribución de la riqueza no pueden esperar. La gente no está por admitir más negociados y corrupción de las autoridades políticas. El pueblo ha tomado conciencia de su dignidad.

Las elecciones de noviembre, será el momento de comprobar en los hechos, cuánto de estas verdades han calado profundo en los ciudadanos. El pueblo en las urnas tendrá que demostrar que todas sus reivindicaciones y demandas que lo llevaron a movilizarse el año 2019, son justas y valederas.  Los chilenos deberán expresar con su masiva presencia en las votaciones y con el voto por aquellos que representen mejor sus intereses, la real voluntad de un cambio transformador en el sistema económico y todas aquellas medidas que respondan a sus necesidades más apremiantes.

LLAMADO A VOTAR

Por lo anterior, queda muy clara la importancia de que la ciudadanía se manifieste en las próximas elecciones concurriendo en forma masiva a votar. Existen siete nombres en la papeleta: un candidato de la derecha, el de la ex concertación y el de la izquierda. Como siempre no faltan los “curas de catapilco”, donde Marco Enríquez es un experto, esos que no llegan verdaderamente a competir, pero si hacen mayor o menor daño, de acuerdo al número de personas que logran sumar tras sus banderas. 

El pueblo deberá estar atento y vigilante, para no caer en la trampa de los lobos disfrazados de corderos, que tratarán de pasar sus mensajes para engañar y confundir a los votantes, con frases y acciones muy coloridas y bonitas, malabarismos, espectáculos pirotécnicos y ofertones de última hora.

Hay algunos partidos y candidatos que se quedaron en el pasado. No entienden para nada lo que ocurrió en Chile y siguen con sus mismos cuentos y métodos de hacer política como antes. Algunos creen que el manifiesto desprestigio expresado a los políticos y sus partidos, no corre para ellos. Siguen con sus cuentas alegres, presentan candidatos a personas que han tenido problemas con la justicia, con acusaciones de corrupción, o los mismos rostros que ya han tenido cargos de representación en partidos desprestigiados por haber legislado por años contra la voluntad del pueblo. Personas que creen que basta tener presencia en la farándula de la TV o “ser hermano de” o “hijo de” para llegar al Congreso.

LA DERECHA EN SU PEOR MOMENTO

La derecha obviamente tratará en su campaña, de que la gente olvide lo ocurrido estos años. Que lo acontecido con el estallido social no exista y que hay que dar luego vuelta la página. Separar aguas lo más posible del desastroso y fracasado gobierno de Sebastián Piñera y que la experiencia de la derecha en la actual administración se recuerde como algo del pasado. Tienen claro que deben presentarse también subiéndose al carro de los “necesarios cambios”, pero por favor que no sean muchos. Por ello, buscaron con Sebastián Sichel, tener un candidato menos conocido que aquellos viejos estandartes que habían librado batallas anteriores, pero éste es igual hijo político de Sebastián Piñera y sus negocios. Responde a una nueva generación, que pasó por la DC, fue ministro del actual gobierno y luego armó su campaña desde su cargo de Presidente del Banco del Estado. 

Con la experiencia de las últimas votaciones anteriores las expectativas para la derecha no son buenas y podría repetirse una derrota. Sus dirigentes saben que cuentan con un votante fiel con los más recalcitrantes sectores tradicionalistas e integristas de la sociedad , pero luego de la traumática experiencia del actual gobierno, es muy difícil llegar ahora a aquellos “independientes” que engañó Piñera en su campaña anterior. Tienen además la pérdida de votos con la postulación de José Antonio Kast, con su posición de una derecha más frontal y del candidato Franco Parici que es poco significativo, pero que en la cuenta final también algo resta.

LA EX CONCERTACIÓN 

En el caso de los partidos de la ex concertación, (DC, PS, PPD y Partido Radical), postulan a una excelente candidata, Yasna Provoste, con buenos antecedentes en sus cargos de representación popular anteriores y que proviene del ala izquierda  de la DC. Tiene además la ventaja de ser la única mujer en competencia y pertenecer a una etnia.  Pero tiene el gran problema de encabezar en este momento a un conglomerado que en su gestión de 24 años de Gobierno, no pudo congeniar sus intereses con los del pueblo, mantiene muchos vicios y “mañas” de los viejos políticos y se vio además involucrado en diversas situaciones de corrupción. Aunque ellos no lo crean, la crítica generalizada a los “políticos” y a la “política”, planteada desde el pueblo y las movilizaciones sociales  les cae muy de cerca.

Se debe recordar además, que este grupo no puede sumar a su haber los logros de los últimos cuatro años del gobierno de Michelle Bachelet, ya que ella gobernó con la “Nueva Mayoría”, que incluía al PC y otros grupos de izquierda. Y fueron precisamente personas de los partidos de la ex concertación, quienes más colocaron dificultades para avanzar en su programa de gobierno. Por lo tanto, el ir ahora representando sólo esa vieja concertación, es un retroceso respecto a sus posiciones más progresistas y responde más a esa añorada “concertación de los acuerdos” que postulaba la derecha. Por otro lado, la separación a última hora del PRO del pacto y la candidatura de Marco Enriquez Ominami le provoca también una pérdida de votos.

Otra debilidad de esta candidatura, está dada por el comportamiento que puedan tener los sectores más progresistas que votaban por el PS y PPD dentro de la alianza, que no están cómodos con la candidata de la DC y se sienten más interpretados por los planteamientos de una izquierda real. Dada la experiencia de estos años, siempre va a quedar la duda, si la DC y los sectores del PS y PPD alineados con el sistema económico, una vez en el gobierno, van a ser consecuentes con lo planteado en la campaña o se darán una voltereta.

LA IZQUIERDA

En la izquierda, su candidato Gabriel Boric, buen representante del cambio generacional en la política y del  Frente Amplio que ya tuvo un buen desempeño con la campaña anterior de Beatriz Sánchez. Ahora, sumando al PC y otros  sectores de izquierda, aparece como una alternativa que mejor puede recoger las aspiraciones de la movilización popular y tener mayor protagonismo en esta nueva etapa que se abre en la política chilena. Es por eso, que la campaña de Boric debe convocar ampliamente a toda la izquierda para ganar en una lógica de continuidad con las movilizaciones del pueblo y mejor garante para implementar el trabajo de la nueva constitución que se desarrollará en forma paralela a la Constituyente. Al mismo tiempo, establecer acercamientos con la candidatura de la ex concertación, que permitan enfrentar unidos una eventual segunda vuelta y posteriormente construir los lazos para dar amplitud y gobernabilidad a un futuro nuevo gobierno.

En este sector, también existen grupos que pueden restarle votación, como personas de extrema izquierda y del Partido del Pueblo, de lamentable y bochornosa participación en la fallida presentación del candidato Diego Ancalao. También el caso de Eduardo Artes con su candidatura más bien de tipo testimonial.

Con el cuadro electoral señalado están dadas ahora ciertas condiciones que podrían permitir un triunfo de los sectores populares y obtener un gobierno de izquierda para el próximo período presidencial. Esto se asegura si el candidato Boric logra una amplia votación en Noviembre, y evita tener que enfrentar una segunda vuelta. Dicha votación tiene un mayor riesgo para las posiciones de la izquierda, ya que la derecha no dudaría en apostar a Provoste para impedir el triunfo de la izquierda, repitiendo lo ocurrido en tiempos de Frei padre, cuando la derecha apoyó a la DC para evitar así la salida de Allende.

Lo que ocurra en los próximos meses será determinante para lograr que el pueblo pueda celebrar un nuevo tiempo de esperanza,  libertad y dignidad.

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