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Las instituciones sociales y su carácter simbólico.

Cristián Palma Anguita

Sociólogo y Egresado de Magíster en Psicología Comunitaria.

(El Laberinto del Comportamiento)

Las Instituciones sociales son entes estructurantes, que determinan gran parte de las conductas que ejercemos en la vida social, las instituciones se objetivan y se objetiva el mundo, de esta manera, es como todas las formaciones sociales se transmiten generacionalmente. En el factor lenguaje, por ejemplo, para los niños, en su socialización, el aprendizaje es inherente a la naturaleza de las cosas, los autores (Beger y Luckmann) comentan que, aunque nuestros padres hubieran formado un mundo nuevo, nosotros seríamos igualmente producto de él, ya que la objetividad experimentada por nosotros “los hijos”, nuevamente se reflejaría sobre la experiencia de este nuevo mundo.

Esta transmisión, que recibimos los hijos, fortalece el sentido de realidad de los padres, lo que sucede es que lo institucional, lo experimentamos como realidad objetiva, y esta cuenta con una historia previa a nosotros los hijos o del individuo propiamente tal.

Independiente de la objetividad del mundo social en la experiencia humana, no quiere decir ontológicamente que los seres humanos tomen un estatus que los separe o que nos separe de la propia actividad que producimos, sino que, la relación que se efectúa entre los seres humanos, como productores y el mundo social, el producto creado, es una relación dialéctica. Todas las normas tipificadas se nos han entregado como estructuras inamovibles de nuestra propia vida.

Es así como el ser humano y el mundo social interactúan, “el producto vuelve a actuar sobre el productor. La externalización y la objetivación son momentos de un proceso dialéctico continuo (Berger y Luckmann, 1968, pág. 81)”.

La interacción que señalo se observa materializada en la rutinización de prácticas que vienen a ser una suerte de orden, que procura proveer el rumbo y la especialización de las distintas actividades.

El mundo Institucional es una objetividad de producción y construcción humana, la externalización de las actividades humanas se objetiva mediante prácticas cotidianas o actividades reiteradas, que son siempre las mismas.

Es así como el ser humano y el mundo social interactúan, principalmente con la aparición de los roles, la creación se va habitualizando, se genera una sedimentación de la tradición. Se produce también una legitimación, para que se mantenga la coerción y control.

Las institución representa las normas, lenguaje, valores, procedimientos y métodos para realizar las cosas que llevamos como actividades cotidianas. La estructura del campo simbólico, tiene relación con la vida social e histórica, y es ahí su relación, entre la función social de la institución, y el fenomeno indeterminado de lo simbólico es construido socialmente. Es decir se ecuentra en la vida social, la institución con la norma y lo simbólico traen significación y la significación nace del lenguaje, pero a su vez el lenguaje nace de la significación, el lenguaje es apertura de mundo, y a la vez se produce una dialectica entre el lenguaje y el sentido, lo cual crea realidades. Estas realidades son las representaciones sociales que se perciben en las ditintas acciones que realizamos en la cotidianidad.

Si nos hacemos la pregunta, ¿es posible transformar las intituciones?, ¿de qué manera frente a una sociedad instituida, existe una sociedad o imaginario instituyente, en la cual los sujetos crean nuevos sujetos u otra cosa e idea? Y si nos proponemos cambiar las relaciones simbólicas de la realidad y tenemos la capacidad de distinguir lo establecido y de lo que queremos establecer, sociológicamente ponemos de relieve el enfrentamiento entre los instituido y lo instituyente.

De esta manera, la problemática del simbolismo institucional y particularmente de su autonomía, con vinculación directa a sus propias funciones institucionales, determina el nivel de relación entre el objetivo de ésta y quien percibe dicho objetivo, produciendo un nivel insostenible y funcionalista.

Las instituciones cumplen con su funcionalidad, a medida que garantizan el orden social, comprenden y captan los simbolismos que conlleva una sociedad indisolublemente en el hacer histórico, y en la constitución, antes de toda racionalidad explícita, de un universo de significaciones” (Cartoriadis, 1983, pág. 235).

Las instituciones se integran de facto, en la conformación de la sociedad, la institución social se da en un “universo de significandos” socialmente compartidos, y así avanzamos en la necesidad de una integración institucional y la posibilidad de grandes cambios.

Fuente de figura:

Imagen creada con IA

CPA

09/05/2024

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