Las sorpresas de la libertad
El pasado martes 16 de abril, se hizo público en la gran mayoría de los países de Occidente el informe anual de la Organización No Gubernamental “REPORTEROS SIN FRONTERAS” (RSF) acerca de la vigencia de la “libertad de expresión” en el mundo.
La fundada evaluación aplicada a más de 180 países, sitúa a tres países nórdicos – Noruega, Finlandia y Suecia- en los primeros lugares de respeto a este derecho humano que es considerado como la savia que alimenta los regímenes auténticamente democráticos. Cierran la tabla de posiciones Turkmenistan antecedido por Corea del Norte. Dos grandes potencias aparecen en lugares rezagados: Rusia en el N° 149 y la República Popular China en el N° 177.
Llama la atención el caso de los EE.UU., nación que en la célebre Primera Enmienda hecha a su Constitución establece taxativamente que “el Congreso no podrá hacer ninguna ley…limitando la libertad de expresión ni de prensa”, disposición que ha servido para sostener la imagen de este país como el de un Estado esencialmente libertario. Pues bien, en el informe de RSF, los EE.UU. retroceden tres lugares (del 45 al 48), variación que se funda en los constantes ataques de Donald Trump a los medios, los que son calificados a diario como “enemigos del pueblo estadounidense”, la prohibición de ingreso a conferencias de prensa en la Casa Blanca a determinados reporteros; la constante calificación de “fake news” a toda denuncia periodística que devele las mentiras diarias del gobernante; revisión y control de material periodístico en fronteras, amenazas de juzgamiento de reporteros conforme a Ley de Espionaje; y negativa de acceso a diversos periodistas extranjeros. A lo dicho se agrega el hecho de que la corporación Sinclair Broadcast Group, propietaria de 160 canales locales, está adquiriendo más de un centenar de nuevos medios con una inversión de 3.900 millones de dólares para sustentar la campaña electoral de Trump. Se concluye:”Los periodistas estadounidenses nunca habían sido objeto de tantas amenazas de muerte, debiendo recurrir a seguridad privada para su protección”.
En América Latina, Costa Rica se ubica en el puesto 10 del ranking en tanto que Uruguay se posiciona en el lugar 19.
El caso de Chile es de alto interés. Tras su histórica lucha por la recuperación de las libertades, hoy el país cae ocho lugares, desde el N° 38 al N° 46. RSF dice: “Aunque es una democracia relativamente estable, Chile continúa sufriendo de corrupción y por resacas de la dictadura militar”. Los periodistas tienen problemas para cubrir ciertos temas como la corrupción política y las protestas de la comunidad mapuche. Los periodistas a menudo son apartados mientras cubren manifestaciones y carecen de protección. El pluralismo y el debate democrático están limitados por la concentración de la propiedad de los medios y la dificultad que encuentran los medios comunitarios para asegurar su supervivencia a largo plazo”.
Tras un breve recuento de los hombres y mujeres de prensa que han sufrido represión, encarcelamiento, torturas y que en no pocos casos han sido asesinados, se señala que “el número de países seguros para los periodistas sigue reduciéndose en todo el planeta debido a una manifiesta hostilidad hacia la profesión”.
Todo lo expresado en forma bastante resumida, sirve para que tomemos conciencia de una situación que es tremendamente preocupante ya que diversos elementos y actitudes mencionados, nos amenazan desde la vuelta de la esquina.
Si bien el desarrollo de las redes sociales implica de por sí un avance en el usufructo de las libertades personales, su manejo práctico implica un peligro que no se quiere ver. El columnista Moisés Naím, en el diario “El País”, de Madrid, lo ha expresado con claridad: “Las redes sociales privilegian el extremismo ya que cuanto más corto sea el mensaje más radical debe ser para que circule mucho. En las redes sociales no hay espacio ni tiempo ni paciencia para los grises, la ambivalencia, los matices o la probabilidad de que visiones encontradas encuentren puntos en común. Todo es muy blanco o muy negro”. No se puede negar que el creciente aumento de la desigualdad económica, la precariedad y la sensación de injusticia social, son algunas de las principales causas de la polarización política, factores que encuentran su caldo de cultivo en la agresividad irresponsable que se esconde en la cobardía del anonimato.
No es posible acercarse al final de este comentario sin dejar de mencionar un hecho que no hace más que confirmar la realidad denunciada por Reporteros in Fronteras. Mientras el diario “La Tercera” tuvo la honestidad de entregar la información analizada a través un buen resumen de los datos entregados y de sus fundamentos, el “decano” de la prensa nacional publicó solo el ranking (listado ordenado de los países) en su sitio on-line (<emol>) el que mantuvo solo durante unas pocas horas. Para “El Mercurio” papel, el informe de RSF no existió simplemente y, por supuesto, no mereció comentario alguno. Asimismo, la locuaz Ministra Secretaria General de Gobierno, pese a que todo lo que tiene que ver con comunicación y prensa se encuentra en el ámbito de su cartera (no olvidemos que la actual Ley de Prensa fue gestada por el ministro Claudio Huepe, antecesor suyo en el cargo) optó por guardar silencio frente a un documento que compromete sin duda la imagen-país.
“La hostilidad hacia los periodistas, e incluso el odio de que se hacen eco los dirigentes políticos de muchos países, han acabado provocando agresiones más graves y frecuentes contra estos profesionales, lo que suscita un clima de miedo inédito en muchos lugares”.
Me sorprende el buen nivel de sus columnas, y esta nos muestra una dimensión mayor, los niveles de deterioro, social, político y humano en que se debate la realidad mundial.