
Pensamientos de Michelle Obama
Michelle Robinson nació en Illnois, E.U.A., el 17 de enero de 1964. Estudió en una escuela pública y luego Sociología y Estudios Afroamericanos en la U. de Princeton. Se graduó de abogada en Harvard en 1988. Trabajó en organizaciones sin fines de lucro y en Servicios Estudiantiles y Asuntos Comunitarios y Externos de su Centro Médico. En el estudio Sidley Austin conoció a Barack Obama con quien se casó en 1992. Como Primera Dama de los EE.UU. trabajó por los derechos de las mujeres y en la concientización sobre la pobreza, la educación, la nutrición, la actividad física y la alimentación saludable. En su libro “Mi Historia” (2019) relata su vida.
“La profesora a mi hermano le preguntó. ¿Qué te gustaría ser cuando grande? A mí, me preguntó: ¿Con que tipo de hombre te gustaría casarte?”
“No siempre se puede tener una vida cómoda y no siempre serás capaz de resolver todos los problemas, pero no debes subestimar tu importancia porque la historia nos ha demostrado que el valor puede ser contagioso y la esperanza puede tener vida propia”.
“No se pueden tomar decisiones basadas en el miedo y la posibilidad de lo que pueda suceder”.
“No importa qué dificultades o qué obstáculos se interpongan en tu camino, quiero que estudies lo que quieras. Estudia para marcar una diferencia en el mundo”.
“El éxito solo es significativo y agradable si se siente como tuyo propio”.
“Ser presidente no cambia quién eres; revela lo que eres”.
“Lo duro que trabajes importa más que lo mucho que hagas”.
“Una de las lecciones con la que yo crecí, fue permanecer siempre fiel a mí misma y no dejar que lo que otra persona dijera me distrajera de mis objetivos. Por eso, cuando oigo ataques negativos y falsos hacia mí, intento no invertir nada de energía en ellos porque sé quién soy”.
“Si mi futuro estaba determinado simplemente por una prueba estandarizada, yo no estaría aquí ahora. Te lo garantizo”.
“En cada palabra que pronunciamos, en cada acción que tomamos, sabemos que nuestros hijos nos están observando. Nosotros, como padres, somos sus más importantes modelos de conducta”.
“Al final del día, mi título más importante sigue siendo el de madre. Mis hijas son todavía el centro de mi corazón y de mi mundo”.
“Estoy tan cansada del miedo. Y yo no quiero que mis niñas vivan en un país, en un mundo basado en el miedo”.
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