
Que nos pillen confesados
Sebastian Sichel y su sociedad limitada a los partidos de derecha, menos los republicanos, lo cual restringe sus posibilidades de presentarse como independiente y progresista, han acuñado una consigna que, probablemente sin quererlo, se presta a equívocos.
“Chile podemos más”, no es otra cosa que una versión supuestamente remozada del lema planteado por Piñera, en su última campaña presidencial, de “construyamos tiempos mejores”. Sin embargo, a la luz de los resultados de su gobierno no solo no hay “tiempos mejores” sino, por el contrario, han agravado las condiciones de vida de la gran mayoría de chilenas y chilenos.
Quizás nos quieren decir que aún pueden más en orden a la incompetencia de su actual gobierno. Puede haber más desempleo, más bajos salarios, más deficiencia en el sistema público de educación, salud, seguridad ciudadana, transporte, entre otros.
Se trata acaso de que pueden hacer las cosas aún más mal de lo que han hecho y que, como es de público conocimiento, no por nada han suscitado las reiteradas críticas a la ineficiencia del gobierno por parte de muchos parlamentarios, alcaldes y dirigentes de los propios partidos de la derecha.
Meritocrático, independiente, nueva generación, sin vínculos con la política tradicional…Se ha expresado tal cúmulo de alabanzas respecto del candidato de la derecha que en la práctica estamos ante una suerte de culto a la personalidad y cabe la sospecha que tales “virtudes” tienen poco que ver con los hechos y más parece que se trata de vender un producto cuyos atributos son de dudosa calidad.
Evelyn Matthei advirtió respecto de Sichel que “es de una irresponsabilidad política tremenda que algunos políticos experimentados estén pensando pasarle el mando a una persona que no está probada y qué recién viene llegando al sector, que nunca ha enfrentado una crisis”.(El Mostrador, 13-01-2021).
En todo caso esto es secundario, el problema del candidato de la derecha no es solo que no parece dar el ancho (y tampoco el largo) sino de los partidos que lo respaldan que pueden ofrecer muchas soluciones, pero difícilmente concretarlas por cuanto ello va contra sus convicciones e intereses.
Las profundas desigualdades, injusticias, inequidades y abusos de todo tipo que padece nuestra sociedad, es la mejor prueba de la incompetencia del gobierno, y el fundamento del “estallido social”, ante lo cual cabe recordar que Piñera expresó que “estamos en una guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie”.
Si Sichel “puede más” y logra escalar, al menos a segunda vuelta, y con la eventual posibilidad de ganar la elección ¡ Qué nos pillen confesados ¡
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