
SE CAE A PEDAZOS EL MURO NEOLIBERAL
Desde Madrid, España.
Los parches que se intentan poner desde el Gobierno y el Parlamento no van a acallar la protesta muy mayoritaria que se vive en Chile. Estos parches tratan de ser paños calientes para superar el momento crítico que vivimos, pero la realidad va por otros derroteros, mucho más grandes, mucho más importantes, mucho más significativos.
Chile ha sido por más de tres décadas un conejillo de indias del modelo neoliberal impulsado desde el exterior. Una prueba, un ensayo, una fórmula destinada a proteger los intereses de las grandes transnacionales, manteniendo en planos de inequidad y sometimiento a los sectores populares. Y ese sistema se aplica bajo coberturas de indicadores macroeconómicos buenos, pero con una distribución de la riqueza injusta. La micro economía por los suelos, como si se aplicara la ley del embudo, al decir de los más veteranos.
Se puso a Chile, mediante el uso de gigantescos medios de comunicación creados al efecto, como un ejemplo en el contexto de las economías latinoamericanas. Y se contó para ello con la condescendencia de la llamada “clase política”, que cogió prebendas importantes y una calidad de vida muy alejada de la que tenía el pueblo llano. Desapareció la clase media, más empobrecida que nunca, en tanto que los de abajo siguieron más abajo aún. El vivir se hacía tarea asfixiante, endeudados, sin dignidad.
De pronto, con una chispa convertida en un alza desmesurada en el billete del Metro, el fuego estalló. Las grandes mayorías oprimidas salieron a la calle y alzaron la protesta en forma pacífica, pero contundente. Desde las alturas respondieron con represión y violencia. Y de ello se aprovecharon otros violentistas y, escudados en las justas demandas, han salido a destruir lo que encontraban a su paso.
Ahora, cuando el saldo de este estallido suma más de una veintena de muertos, cerca de 2 mil heridos (casi dos centenares con graves lesiones oculares) y miles de detenidos, golpeados, torturados y violados, se intenta revertir la situación desde las alturas con medidas que demuestran que no han sabido escuchar.
Documentos suscritos por dirigentes políticos de partidos no creíbles, con la venia de un Presidente que no oye y que se apoya en las fuerzas armadas y de orden, mientras la gente pide su dimisión, buscan acallar la protesta y corregir en muy menor medida los errores que han ahogado al pueblo. No son creíbles esos documentos desde su origen, por las razones antes expuestas y porque no hay presencia de representantes de la masa en rebeldía. No ha habido participación de esas grandes mayorías en la elaboración de tales documentos.
Es difícil conseguir una válvula de escape a la presión que se está viviendo. Y lo dificulta el hecho de que desde el poder no surgen voces nuevas, con discursos diferentes y con ideas de justicia. Y por parte de la masa, tampoco aparecen aquellos líderes transparentes, no contaminados, con ideas de progreso, justicia social y desarrollo igualitario. Las redes sociales son los canales de comunicación, pero allí aparecen voces dispares, unas más acertadas que otras, pero sin despuntar esa idea clara y diáfana que proponga la salida inteligente a la grave situación.
El sistema neoliberal ha fracasado. El conejillo de indias se ha rebelado y el muro levantado internacionalmente en torno a dicho sistema, comienza a derrumbarse. Puede que Chile sea el primer ladrillo que caiga, pero el estruendo que provoca es tan grande, tan certero, que provocará sin duda que el castillo de naipes termine por caer. En definitiva, se necesitan liderazgos con urgencia, porque el diálogo por la Patria debe abrirse ahora mismo.
Contundente verdad, sólida argumentación.
Gracias M.Angel