¿TAMBIEN PERIODISMO ZOMBIE?
Me hago la pregunta luego de la violenta, agresiva y amenazante reacción de Sebastián Piñera ante una pregunta periodística en programa Tolerancia Cero. La reacción fue la de una persona que ha sido sorprendida en una acción impropia y a quien se le pide aclarar esa situación, en ningún caso la que corresponde a una persona que pretende ser Presidente de Chile. No se trata de un berrinche de cualquiera y aquí está lo grave y preocupante del asunto.
Sin embargo, el incidente se torna aún más serio cuando , a la reacción del candidato, se suma la del comando del conglomerado de derecha cuyas posteriores declaraciones revelan, a juicio de los sindicatos de Chilevisión, “un desconocimiento absoluto del rol social del periodista que es dar a conocer la veracidad de hechos que a veces no son de público conocimiento” y agregan algo que es todavía más importante: “lamentamos que el ejercicio periodístico sea blanco de críticas sin fundamento , que atentan contra la libertad de expresión y el deber de todo profesional de las comunicaciones que es investigar e informar”. Nada más claro entonces, el señor Piñera y la derecha lo que están buscando es amordazar a quienes tienen el deber de comunicar e informar.
Chile vive una crisis de confianza muy seria, a un nivel que está provocando problemas de gobernabilidad y esto afectará al próximo gobierno cualquiera que sea el elegido. La ciudadanía exige una mayor transparencia y seriedad de quienes ejercen o pretenden ejercer cargos públicos. También exige honestidad y transparencia en los negocios y límites claros y visibles entre el dinero y la política. Todos los sectores políticos y los candidatos se han comprometido ante la ciudadanía a cumplir con los nuevos estándares que exige el ejercicio de la función pública. Sin embargo en el caso del Sr. Piñera, a la hora de mostrar una mayor transparencia en sus negocios, se enfada y amenaza. Ni siquiera desea aclarar las razones de fondo que le movieron a comprar una empresa quebrada.
El señor Piñera no puede pretender que la prensa permanezca muda ante lo ilegal o éticamente incorrecto cuando él es el sospechoso. En su caso, lo que debe hacer es explicar sus pasos y motivaciones como todo personaje público. Él no es una excepción y le pido no imitar a Trump hasta en estas cosas. De lo contrario, tendremos que concluir que al pretendiente a La Moneda, no solo le gustan las empresas zombies , sino que también busca para sí un periodismo zombie.
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