«El afán de riquezas es una gravísima enfermedad, capaz de corromper no solo el ánimo humano, sino también la sociedad y la vida civil».  Anónimo.

 

 

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VOLCANES

Miguel Ángel San Martín

Periodista. Especial para La Ventana Ciudadana, desde Madrid, España.

Gracias al avance de  las nuevas tecnologías y de los medios de comunicación, estamos contemplando en directo lo que ocurre en las Islas Canarias, concretamente en la Isla de La Palma, con la erupción del Volcán Cumbre Vieja.  Una erupción que viene siendo monitoreada desde hace más de diez años por los científicos y que previo al estallido volcánico, hace ya cinco días, pudieron alertar con gran precisión lo que iba a pasar.

     El espectáculo es aterrador. Desde el minuto uno de la erupción lo hemos estado siguiendo. Hemos visto cómo salía expedida, miles de metros hacia lo alto, la magma incandescente con más 1.000 grados de temperatura. Y cómo la lava comenzaba a escurrirse por las hondonadas de las faldas de los cerros con una lentitud exasperante…Después, ese espectáculo colorido y dantesco se ha ido convirtiendo en un enorme río de rocas derretidas que con sus más de diez metros de altitud, arrasa casas, plantaciones, iglesias, edificios. Además, va lanzando gases tóxicos hacia el cielo, amenazando contaminar otros sectores de la tierra.

Sin duda, un espectáculo terrorífico y maravilloso, a la vez. Terrorífico, porque nos sentimos tan pequeños, tan impotentes ante la violencia descomunal de la naturaleza. Y maravilloso, porque la tierra nos está mostrando con colorido, con calor y con ruidos, toda su magnificencia, su enorme y potencial energía.

¿Cuánto va a durar todo este drama? Nadie lo puede predecir. Los expertos hacen cálculos sobre la capacidad del volcán. Y en el caso del Cumbre Vieja de La Palma han llegado a decir que acumula más de 20 millones de metros cúbicos de magma que pugna por salir. Pero también nos han dicho que, a través de los canales internos del centro de la tierra, se va surtiendo el elemento incandescente a este volcán, en un ciclo dramático que no sabemos hasta cuándo estará activo, vomitando sobre la superficie de la tierra. Afortunadamente, no ha habido víctimas fatales.

Toda esta realidad la traslado ahora a Chile, donde existen unos dos mil volcanes, de los cuales, medio centenar presenta algún grado de actividad. Unos casi imperceptible, otros con signos evidentes de que comienza a abrirse el ciclo de la rotura hacia un incierto futuro.

El Volcán Nevados de Chillán, por ejemplo, lleva ya algunos años lanzando pulsos esporádicos de humo y gases, como un viejo que tose de vez en cuando. Esa actividad nos mantiene en guardia, unas veces con alertas amarillas, otras más fuertes, con alertas naranja. Y siempre es monitoreada la actividad por los expertos de las instituciones destinadas al efecto. Es la actividad de los científicos, de los investigadores que nos deben alertar de los peligros, de los que buscan explicaciones sobre lo que ocurre y por qué lo hace. Son ellos, los científicos, los que deben estudiar y encontrar explicaciones oportunas

Debemos, en consecuencia, activar nuestras propias medidas de prevención. Debemos estar atentos yu preparados para saber lo que debemos hacer si es que nos enfrentamos a un fenómeno de estas características.. Debemos estar informados de quién da la voz de alerta, quien nos indica los caminos a recorrer en una evacuación de la zona de peligro, en qué vehículos debemos salir y hacia qué lugar nos debemos dirigir, para albergarnos.

En la ciencia está la clave para conocer lo que pasa y por qué pasa. En la prevención y en la disciplina esta la fórmula para evitar la muerte.

uánto va a durar todo este drama? Nadie lo puede predecir. Los expertos hacen cálculos sobre la capacidad del volcán. Y en el caso del Cumbre Vieja de La Palma han llegado a decir que acumula más de 20 millones de metros cúbicos de magma que pugna por salir. Pero también nos han dicho que, a través de los canales internos del centro de la tierra, se va surtiendo el elemento incandescente a este volcán, en un ciclo dramático que no sabemos hasta cuándo estará activo, vomitando sobre la superficie de la tierra. Afortunadamente, no ha habidvíctimas fatales.

Toda esta realidad la traslado ahora a Chile, donde existen unos dos mil volcanes, de los cuales, medio centenar presenta algún grado de actividad. Unos casi imperceptible, otros con signos evidentes de que comienza a abrirse el ciclo de la rotura hacia un incierto futuro.

El Volcán Nevados de Chillán, por ejemplo, lleva ya algunos años lanzando pulsos esporádicos de humo y gases, como un viejo que tose de vez en cuando. Esa actividad nos mantiene en guardia, unas veces con alertas amarillas, otras más fuertes, con alertas naranja. Y siempre es monitoreada la actividad por los expertos de las instituciones destinadas al efecto. Es la actividad de los científicos, de los investigadores que nos deben alertar de los peligros, de los que buscan explicaciones sobre lo que ocurre y por qué lo hace. Son ellos, los científicos, los que deben estudiar y encontrar explicaciones oportunas

Debemos, en consecuencia, activar nuestras propias medidas de prevención. Debemos estar atentos yu preparados para saber lo que debemos hacer si es que nos enfrentamos a un fenómeno de estas características.. Debemos estar informados de quién da la voz de alerta, quien nos indica los caminos a recorrer en una evacuación de la zona de peligro, en qué vehículos debemos salir y hacia qué lugar nos debemos dirigir, para albergarnos.

En la ciencia está la clave para conocer lo que pasa y por qué pasa. En la prevención y en la disciplina esta la fórmula para evitar la muerte.

uánto va a durar todo este drama? Nadie lo puede predecir. Los expertos hacen cálculos sobre la capacidad del volcán. Y en el caso del Cumbre Vieja de La Palma han llegado a decir que acumula más de 20 millones de metros cúbicos de magma que pugna por salir. Pero también nos han dicho que, a través de los canales internos del centro de la tierra, se va surtiendo el elemento incandescente a este volcán, en un ciclo dramático que no sabemos hasta cuándo estará activo, vomitando sobre la superficie de la tierra. Afortunadamente, no ha habidvíctimas fatales.

Toda esta realidad la traslado ahora a Chile, donde existen unos dos mil volcanes, de los cuales, medio centenar presenta algún grado de actividad. Unos casi imperceptible, otros con signos evidentes de que comienza a abrirse el ciclo de la rotura hacia un incierto futuro.

El Volcán Nevados de Chillán, por ejemplo, lleva ya algunos años lanzando pulsos esporádicos de humo y gases, como un viejo que tose de vez en cuando. Esa actividad nos mantiene en guardia, unas veces con alertas amarillas, otras más fuertes, con alertas naranja. Y siempre es monitoreada la actividad por los expertos de las instituciones destinadas al efecto. Es la actividad de los científicos, de los investigadores que nos deben alertar de los peligros, de los que buscan explicaciones sobre lo que ocurre y por qué lo hace. Son ellos, los científicos, los que deben estudiar y encontrar explicaciones oportunas

Debemos, en consecuencia, activar nuestras propias medidas de prevención. Debemos estar atentos yu preparados para saber lo que debemos hacer si es que nos enfrentamos a un fenómeno de estas características.. Debemos estar informados de quién da la voz de alerta, quien nos indica los caminos a recorrer en una evacuación de la zona de peligro, en qué vehículos debemos salir y hacia qué lugar nos debemos dirigir, para albergarnos.

En la ciencia está la clave para conocer lo que pasa y por qué pasa. En la prevención y en la disciplina esta la fórmula para evitar la muerte.

uánto va a durar todo este drama? Nadie lo puede predecir. Los expertos hacen cálculos sobre la capacidad del volcán. Y en el caso del Cumbre Vieja de La Palma han llegado a decir que acumula más de 20 millones de metros cúbicos de magma que pugna por salir. Pero también nos han dicho que, a través de los canales internos del centro de la tierra, se va surtiendo el elemento incandescente a este volcán, en un ciclo dramático que no sabemos hasta cuándo estará activo, vomitando sobre la superficie de la tierra. Afortunadamente, no ha habidvíctimas fatales.

Toda esta realidad la traslado ahora a Chile, donde existen unos dos mil volcanes, de los cuales, medio centenar presenta algún grado de actividad. Unos casi imperceptible, otros con signos evidentes de que comienza a abrirse el ciclo de la rotura hacia un incierto futuro.

El Volcán Nevados de Chillán, por ejemplo, lleva ya algunos años lanzando pulsos esporádicos de humo y gases, como un viejo que tose de vez en cuando. Esa actividad nos mantiene en guardia, unas veces con alertas amarillas, otras más fuertes, con alertas naranja. Y siempre es monitoreada la actividad por los expertos de las instituciones destinadas al efecto. Es la actividad de los científicos, de los investigadores que nos deben alertar de los peligros, de los que buscan explicaciones sobre lo que ocurre y por qué lo hace. Son ellos, los científicos, los que deben estudiar y encontrar explicaciones oportunas

Debemos, en consecuencia, activar nuestras propias medidas de prevención. Debemos estar atentos yu preparados para saber lo que debemos hacer si es que nos enfrentamos a un fenómeno de estas características.. Debemos estar informados de quién da la voz de alerta, quien nos indica los caminos a recorrer en una evacuación de la zona de peligro, en qué vehículos debemos salir y hacia qué lugar nos debemos dirigir, para albergarnos.

En la ciencia está la clave para conocer lo que pasa y por qué pasa. En la prevención y en la disciplina esta la fórmula para evitar la muerte.

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