¿Y las otras violencias?
Por estos días, varios son los conceptos que con mayor fuerza recorren las redes sociales y los informativos. Violencia, lumpen, vandalismo, movilización, represión, ciudadanía entre otros. Pero sin duda que el concepto de violencia es el que más se utiliza, especialmente por parte de la autoridad para calificar los actos disruptivos o de transgresión que impulsan determinados sujetos, específicamente el saqueo, destrucción o el pillaje a determinados espacios públicos y privados. En otras palabras, el discurso de la autoridad política y medios de comunicación hablan en general de una violencia, en una lectura vertical de los acontecimientos; es decir, de abajo hacia arriba; omitiendo por ejemplo otras violencias como la cultural, estructural o política.
Al respecto Galtung se refiere a la violencia cultural como aquella manifestación relacionada a la religión, ideología o el lenguaje, vinculados a la esfera simbólica de nuestra existencia, y que es utilizada para legitimar o justificar la violencia estructural. Sobre esta última cabe señalar que se hace presente a través de mediaciones institucionales o estructurales, por ejemplo las injusticias sociales, las necesidades humanas no satisfechas, así como cuando no está garantizado el acceso a bienes básicos como agua, vivienda, alimentación y educación entre otros. También opera cuando se vulneran los derechos relacionados con la libertad de expresión, reunión o movilización, incluso vinculada al abuso, explotación, miseria, hambre y las desigualdades.
Otra de las violencias es la política, muy presente en estas horas. En esa línea, Austin Turk es uno de los autores que entrega mayores elementos para comprenderla, vinculándola a los grupos hegemónicos que controlan los procesos de legalización y criminalización; es decir, por una parte se crean leyes que son obligatorias para otros grupos, mientras que lo segundo consiste en imponer leyes que tienen por objeto la coerción física o psicológica a ciertos grupos o sujetos que desafían las normas legales. Así, los grupos hegemónicos utilizan la ley no solamente para penalizar un delito, sino también para acrecentar y consolidar la dominación.
Al respecto cabe señalar un punto importante, toda acción política es vista como delito cuando es percibida por la autoridad como una alteración a la estructura de la misma; así, quienes promueven esas acciones políticas serán criminalizados, imponiéndoles una determinada realidad. Por ejemplo, podemos constatar como el concepto de violencia es más bien utilizado por la autoridad para calificar las acciones de los manifestantes contra el gobierno que para aquellas acciones que realizan los partidarios del gobierno o las fuerzas policiales contra quienes protestan o se movilizan.
En consecuencia, si queremos hablar y referirnos a la violencia (directa) representada por ejemplo en la destrucción y el saqueo, es un imperativo referirnos a las otras violencias, aquellas que progresivamente han golpeado y violentado a la sociedad chilena en las últimas décadas y que hoy tienen movilizados a miles de chilenos.
Un gran comentario, para compartirlo y analizar en familia y con los amigos.
Muy bien Profe.