¡Alarma de Educación en Chile!
La violencia entre los jóvenes en los establecimientos educacionales, es un SÍNTOMA DE LA FALTA DE EDUCACIÓN DE CONVIVENCIA QUE ADOLECEMOS COMO SOCIEDAD CHILENA. La UNESCO (2005) plantea que el clima escolar es una de las variables más relevantes para lograr que los estudiantes aprendan; la OECD (2005), por su parte, plantea que este factor, sería incluso más relevante que los recursos materiales o personales de los establecimientos escolares. Pero hoy el sistema educacional chileno no cuenta con las competencias suficientes para abordar la complejidad social de niños y jóvenes de entornos de ‘alta vulnerabilidad’ que caracterizan a las escuelas municipales.
El estudio de convivencia escolar Focus 2018 (MINEDUC) y el Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), establecen que para desarrollar la convivencia, toda la comunidad escolar debe participar activamente, incluyendo apoderados y autoridades comunales, implementar fuertes redes territoriales de gestión de convivencia, clarificar funciones y roles, generar comunidades de aprendizaje y, sobre todo, realizar capacitación de alta calidad y aplicabilidad a docentes y asistentes, quienes necesitan de competencias altamente especializadas, para manejar las carencias emocionales y deprivaciones socioculturales severas que han marcado la historia de todos los jóvenes que hoy tienen conductas antisociales. El profundo resentimiento, la rabia y la impotencia de vivir situaciones familiares terribles, desde la más tierna infancia, marcan perfiles de personalidad de los niños en las aulas que requieren de profesionales altamente entrenados, tanto a nivel de manejo conductual como emocional de los niños. Los equipos de trabajo multidisciplinario (PIE), no cuentan con todos los recursos para entregar la real cobertura de apoyo que requiere el sistema educativo municipal. Se exige lo imposible a los docentes. Las mejoras están orientadas a cubrir necesidades educativas de aprendizaje principalmente matemático, verbal y de ciencias. La Unesco en el estudio “Educational programmes for the improvement of coexistence”, concluye que la principal recomendación para lograr ‘sana convivencia’ es que la educación base todos los ejes curriculares en: 1. LA NO VIOLENCIA, 2. LA IGUALDAD Y 3. LA LIBERTAD. Esta recomendación es para todos los países, sean cuales sean sus creencias, principios religiosos o sus sensibilidades culturales.
El cuerpo docente debe planificar las actividades de convivencia, con el mismo rigor y dedicación que con los contenidos de la educación académica. Necesitamos transformar en conductas diarias todos estos conocimientos. ¿Tenemos las competencias como país para lograr este cambio? En mi experiencia de trabajo con los DAEMs y cientos de establecimientos educacionales, digo que si. Pero necesitamos parar de criticar y amenazar y comenzar a trabajar colaborativamente.
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