Cantemos la gloria…y otros temas más
Llamó la atención el hecho de que el pasado jueves 6 de diciembre, numerosos vehículos motorizados de Carabineros recorrieran las calles de Valparaíso al son del Himno institucional difundido por sus altoparlantes. El Teniente Coronel Julio Santelices rápidamente aclaró que esto no era “ninguna provocación” agregando: “lo vamos a seguir repitiendo a lo largo de todas las ciudades”. El Ministerio del Interior y Seguridad Pública ha guardado discreto silencio sobre la materia, confirmando lo que es un secreto a voces: la policía uniformada atraviesa por una grave crisis tanto de mando interno (debida obediencia al General Director) como de dependencia (obediencia al Ministro del sector). Esto no deja de ser preocupante ya que cabe preguntarse: ¿Quién se hará cargo de las consecuencias?
En medio del clima tormentoso que sigue viviendo el país, también ha llamado la atención observar que el manejo de la “agenda social” haya sido confiado incondicionalmente al Ministro de Hacienda Ignacio Briones, personero que ha mostrado buena voluntad y capacidad negociadora. El Ejecutivo no muestra fuerza conductora alguna como si el enfrentamiento político de una crisis de esta envergadura no fuera de su competencia. Los partidos de ChileVamos permanecen en un vergonzoso silencio y los parlamentarios Mario Desbordes y Manuel José Ossandón, ambos RN, parecen ser los únicos que logran comprender las razones del estallido social.
Uno de los cuestionamientos más fuertes que tuvo el actual Presidente durante la campaña de 2017, fue el relativo a su fortuna, no por su monto sino por el cumplimiento (¿o incumplimiento?) de las correspondientes obligaciones tributarias y por los obvios e inevitables conflictos de interés.
Ya en su primer gobierno se hizo público el problema con la empresa peruana Exalmar precisamente mientras el país mantenía una disputa limítrofe en La Haya con la nación vecina. Ahora, en el segundo mandato, se conoce que el mandatario llevaba treinta años sin pagar las contribuciones de bienes raíces por su vivienda de veraneo en Caburga.
Esta semana, el Diario Financiero (que no está relacionado ni con el PC ni con el Frente Amplio) informa que el Family Office de la familia Piñera Morel, Inversiones Odisea, ha incrementado su participación accionaria en la Bolsa de Valores de Colombia. La firma aclara que el incremento ha sido menor, que los fondos ocupados ya se encontraban en el extranjero y, textualmente agrega que “Inversiones Odisea es una sociedad perteneciente a la familia Piñera Morel, en que don Sebastián Piñera Echenique no participa ni directa ni indirectamente ni en su propiedad ni en su administración”. (Sic)
Como si lo anterior no fuese suficiente, el diario digital “El Desconcierto” hace público que durante el año 2015, Sebastián Piñera y su familia sacaron dinero a paraísos fiscales, situación que ya fue detectada por el Servicio de Impuestos Internos (SII). Se trata de una suma no menor: US $540.000.000.- (quinientos cuarenta millones de dólares, equivalentes a algo así como CUATROCIENTOS TREINTA Y DOS MIL MILLONES DE PESOS) llevados a las Islas Vírgenes Británicas y al Principado de Luxemburgo, dos de los más emblemáticos territorios de evasión tributaria del planeta. Sin embargo, en 2017, el entonces candidato presidencial, en un panel televisivo condenaba la existencia de estos terrenos agregando, categóricamente, que él sostenía “que los paraísos fiscales debían desaparecer”.
Para cerrar el ciclo, se ha conocido el hecho de que las transferencias de fondos de BANCARD INVERSIONES LIMITADA (de propiedad de Sebastián Piñera Echenique) a la firma extranjera, BANCARD INTERNATIONAL INVESTMENT (por curiosa coincidencia de propiedad de su homónimo Sebastián Piñera Echenique) no han pagado durante dos años los tributos establecidos por la ley, razón por la cual el SII ha procedido a efectuar las reliquidaciones correspondientes. La ley chilena permite que, bajo ciertas condiciones, se condonen parcialmente las multas e intereses del caso, beneficio al cual se acogió Su Excelencia como cualquier ciudadano.
Cuándo se alzan voces para condenar la desvergüenza de los saqueos, muy bien nos haría como país tomar algún curso rápido de ética ciudadana.
Los carabineros, la institución toda, a pesar del desprestigio acumulado por sus detestables actuaciones y los actos de corrupción, no hacen otra cosa que provocar.
Genial, simplemente un artículo para que mucha gente lo lea, los parlamentarios nada dicen sobre esto, son cómplices o no lo entienden.
Aquí hay una clara incompetencia entre los intereses financieros personales del presidente y los intereses que debe asumir como presidente de la nación.