
Cómo La Plataforma Demócrata Debiera Trabajar.
Por: Guilmo Barrio Salazar (desde Georgia, E.U.A.)
Corría el Otoño de 1967, el mismo año en que yo salí de mi añorado Chile, cuando Robert Kennedy juntó a un selecto grupo de consejeros de su confianza personal, en Hickory Hills, el hogar familiar que tenía en la ciudad de McLean, del Estado de Virginia, para discutir sobre su desencanto personal relacionado con la guerra en Vietnam y sobre su futuro político.
Entre los presentes, se encontraba el historiador, quien también fue un ayudante en la Casa Blanca estadounidense, el señor Arthur Schlesinger, Jr., quien en su escrito sobre la biografía de «Robert Kennedy y Sus Memorias», indica lo que se dijo aquella tarde en McLean.
El activista liberal Allard Lowenstein, urgió a Kennedy a iniciar un desafío contra la guerra por parte del candidato a la presidencia, Lyndon B. Johnson, para ser presentado en la elección primaria del Partido Demócrata. Pero, por otra parte, Schlesinger le previno los riesgos políticos de esa medida, porque podría ser considerada como una deslealtad, no sólo al partido sino que también al Presidente, sugiriéndole al senador Kennedy que mejor organizara una campaña de paz en la plataforma del Partido Demócrata en 1968. En realidad, Robert Kennedy estaba dubitativo sobre su futuro político y pensó que la propuesta de Schlesinger era muy débil.
El pasado 16 de Junio de 2016, en un discurso delante de varios decenas de miles de votantes que apoyaban al senador Bernie Sanders, no le concedió formalmente la nominación presidencial del Partido Demócrata, a su rival Hillary Rodham Clinton, pero implicó que ha llegado el tiempo de hacer virar su candidatura a hacia una plataforma fuerte, en vez de una serie de distintos puntos políticos, indicando: «Espero que en las próximas semanas continúe la discusión entre las dos campañas, asegurando que sus voces sean escuchadas, para asegurar que el Partido Demócrata pase la plataforma más progresista de su historia, ojalá que el partido tenga las agallas para enfrentar a Wall Street y a otros organismos que tienen sus intereses creados para dominar nuestra vida económica y política».
A finales del mes de mayo de 2016, el Comité Nacional Demócrata anunció que Sanders podría elegir 5 de los 15 miembros del equipo encargado de elaborar la plataforma del partido; a Hillary se le dió la oportunidad de elegir 6, y a la presidente del Comité Nacional Demócrata, Debbie Wasserman Schultz, la de elegir a los 4 restantes. Sanders le indicó al periódico Washington Post: «Estaremos en una posición bastante fuerte para pelear por una economía que trabaje en beneficio de todos los ciudadanos y no solamente en beneficio del 1%, los riquitos de siempre».
En forma retrospectiva, Robert Kennedy pudo haber sido desdeñoso sobre los valores de las plataformas debatidas y adoptadas en las convenciones del partido, pero, a través del tiempo, en la historia estadounidense, las plataformas políticas han hecho una diferencia muy significativa, no necesariamente en determinar quién ganará la elección general, sino influenciando la futura dirección de la política que deberán tomar los partidos a nivel nacional.
En el año 1896, el Partido Demócrata adoptó una plataforma inspirada por el pueblo, relacionada con la conversión gratuita de la plata en monedas, una medida contra la inflación de entonces, en beneficios de la deuda de los agricultores, que era odiosa para los bancos y los intereses industriales. En la campaña del nominado demócrata, William Jennings Bryan, se indicaba: «No se debe crucificar la humanidad en una cruz de oro».
En 1948, los demócratas adoptaron la plataforma de los derechos civiles, apoyado de mala gana por Harry Truman, y aunque en Noviembre de ese año, los demócratas retuvieron la Casa Blanca en Washington, D.C., y sin el apoyo electoral de los Estados de Louisiana, Mississippi, Georgia, y Carolina del Sur; aún así, se les dio una lección futura relacionada con los derechos civiles.
Durante los años comprendidos entre 1968 y 1972, las carreras presidenciales fueron un desastre político para los demócratas. Robert Kennedy fue asesinado antes de la convención en la ciudad de Chicago; la campaña de Eugene McCarthy se vio envuelta en hechos de violencia callejera y, además, dentro de la misma convención y detrás de las bambalinas, se insistía por elegir a Lyndon B. Johnson, para que el plan contra la guerra en Vietnam no fuera aceptado. Todo esto, dio como resultado la elección del candidato republicano, Richard Nixon.
Posteriormente, el escándalo de Watergate, forzó la renuncia de Richard Nixon a la presidencia y se inició la recuperación demócrata nuevamente, al extremo que el “manicero” de Georgia, que entonces era el gobernador de ese Estado, Jimmy Carter, apoyado por el movimiento popular llamado Comité de Organización Social-Demócrata, iniciado en 1973, junto con darle una buena opción a los sindicatos laborales progresistas, comenzó lo que todavía se conoce como la plataforma más liberal en la historia del Partido Demócrata, con una lucha contra la pobreza en los Estados Unidos de Norteamérica, y en pro de la creación programas masivos de trabajos en toda la nación, bajo la campaña que indicaba: «Los trabajos son la solución contra la pobreza, el hambre, y otras necesidades básicas para los trabajadores y sus familias, porque los trabajos les permiten a las personas poder traducir los derechos legales de igualdad y hacerlos una realidad».
Esta luna de miel duró muy poco. A solo meses de haber tomado posesión de la Casa Blanca, Jimmy Carter , en Noviembre de 1977, fijó como su prioridad una política de austeridad económica para aplacar la inflación existente y comenzó los operativos más talentosos, utilizando los conocimientos de una joven abogada llamada Hillary Rodham, que era la esposa del gobernador del Estado de Arkansas, Bill Clinton.
Los eventos de los años 70’s son realmente una preocupación, para no subestimar la importancia de las plataformas. Esto no significa que las plataformas actuales utilizadas por los demócratas no tengan importancia, porque algunas de ellas se convertirán en leyes o en pólizas a seguir en los años futuros.
La candidata demócrata, Hillary Rodham Clinton, tendrá la oportunidad de probar su fidelidad a la plataforma de su partido político, comprendiendo que además será la primera mujer en transformarse en una presidenta en la historia de esta nación y que el arco moral del universo es muy largo, pero se dobla hacia la justicia. Será muy interesante ver como ese arco se dobla durante los años que Hillary presida este país, respondiendo verdaderamente a las necesidades actuales de la ciudadanía norteamericana.
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